Juncker promete excluir del déficit los gastos de la crisis de refugiados
ACNUR cifra en 705.000 los inmigrantes y refugiados que han llegado a Europa a través del Mediterráneo en lo que va de año. De ellos, 3.200 han fallecido
Lucía Abellán
Bruselas, El País
Los países que hagan un esfuerzo financiero para paliar la crisis de refugiados tendrán manga ancha fiscal en Bruselas. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha prometido este martes “una dosis añadida de flexibilidad” en el escrutinio de las cuentas públicas para los Estados que dediquen partidas excepcionales a la atención de demandantes de asilo. “El Pacto de Estabilidad y Crecimiento [que establece límites de déficit del 3% del PIB] queda en segundo término a la hora de responder a esta crisis”, ha asegurado Juncker en el pleno del Parlamento Europeo.
El presidente comunitario lanza este mensaje a la vista de que los esfuerzos económicos ofrecidos hasta ahora por los Estados resultan insuficientes para hacer frente a la afluencia de refugiados. “Hay países, incluidos los grandes, que no están haciendo suficientes esfuerzos. Los que no lo hagan no tendrán una aplicación más flexible del pacto”, ha avisado, sugiriendo que los Estados que no se impliquen en la gestión de esta crisis no pueden esperar ningún tipo de concesión.
Las cifras son elocuentes. Más de 705.000 inmigrantes y refugiados han llegado a Europa a través del Mediterráneo en lo que va de año. De ellos, más de 3.200 han fallecido, según los datos que ha anunciado este martes el alto comisariado de la ONU para los refugiados (ACNUR). El balance se asemeja al ofrecido por Frontex, agencia europea de fronteras, que habla de más de 710.000 extranjeros arribados por las diferentes fronteras exteriores de la UE. Aun así, expertos de Frontex advierten de que las cifras pueden estar sobredimensionadas porque hay migrantes que se contabilizan dos veces: cuando acceden por primera vez a Europa por Grecia y cuando reingresan por Hungría tras haber atravesado la ruta de los Balcanes.
Ante este escenario, los países vacilan a la hora de ofrecer financiación. De las cantidades comprometidas por los jefes de Estado y de Gobierno a finales de septiembre, faltan aún 2.300 millones para cuadrar las cifras. “La laguna es enorme, prácticamente la misma que hace un mes. Necesitamos hacer las cosas mejor porque si no corremos el riesgo de no estar a la altura”, ha urgido. Una cifra similar se requiere en número de expertos: faltan 2.029 profesionales para registrar y atender a los potenciales asilados en las fronteras europeas. Y apenas se ha empezado el proceso de reubicar a los 160.000 refugiados que deben trasladarse desde Grecia e Italia a otros Estados.
La relación con Turquía
“La Unión Europea no se encuentra en su mejor momento”, ha concluido Juncker en el debate de la Eurocámara sobre la crisis de refugiados para analizar las últimas decisiones adoptadas por las instituciones. Juncker ha enfatizado un elemento que sabe resulta delicado para el Parlamento Europeo: la relación con Turquía. El presidente ha confirmado una cifra que hasta ahora se manejaba de manera oficiosa, los 3.000 millones de euros adicionales que necesita el Gobierno turco –y que Bruselas está dispuesta a desembolsar- para atender a los 2,5 millones de refugiados que acoge en su territorio.
El jefe de la Comisión ha adoptado un enfoque pragmático: “Sabemos que quedan cuestiones por resolver con Turquía, relativas a la libertad de prensa, al respeto a los derechos fundamentales… pero es que eso no está sobre la mesa ahora”. Juncker ha pedido apoyo a los eurodiputados para acelerar la negociación con Turquía y concluir un plan de acción que permita contener los flujos desde Turquía a Grecia. “Si no, la situación será mucho peor que ahora”, ha advertido.
El líder de los socialdemócratas en la Eurocámara, Gianni Pittella, ha defendido las iniciativas del presidente del Ejecutivo comunitario para agilizar la atención a los refugiados, pero ha lanzado un aviso: “No estamos de acuerdo en firmar un cheque en blanco al Gobierno turco”. En su última intervención en un pleno de la Eurocámara –hoy deja su escaño para volcarse en las elecciones generales españolas-, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha criticado el enfoque europeo respecto a los refugiados: “Esto no se resuelve con alambradas, sino con políticas responsables. Dejen de fomentar guerras”, ha dicho.
Lucía Abellán
Bruselas, El País
Los países que hagan un esfuerzo financiero para paliar la crisis de refugiados tendrán manga ancha fiscal en Bruselas. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha prometido este martes “una dosis añadida de flexibilidad” en el escrutinio de las cuentas públicas para los Estados que dediquen partidas excepcionales a la atención de demandantes de asilo. “El Pacto de Estabilidad y Crecimiento [que establece límites de déficit del 3% del PIB] queda en segundo término a la hora de responder a esta crisis”, ha asegurado Juncker en el pleno del Parlamento Europeo.
El presidente comunitario lanza este mensaje a la vista de que los esfuerzos económicos ofrecidos hasta ahora por los Estados resultan insuficientes para hacer frente a la afluencia de refugiados. “Hay países, incluidos los grandes, que no están haciendo suficientes esfuerzos. Los que no lo hagan no tendrán una aplicación más flexible del pacto”, ha avisado, sugiriendo que los Estados que no se impliquen en la gestión de esta crisis no pueden esperar ningún tipo de concesión.
Las cifras son elocuentes. Más de 705.000 inmigrantes y refugiados han llegado a Europa a través del Mediterráneo en lo que va de año. De ellos, más de 3.200 han fallecido, según los datos que ha anunciado este martes el alto comisariado de la ONU para los refugiados (ACNUR). El balance se asemeja al ofrecido por Frontex, agencia europea de fronteras, que habla de más de 710.000 extranjeros arribados por las diferentes fronteras exteriores de la UE. Aun así, expertos de Frontex advierten de que las cifras pueden estar sobredimensionadas porque hay migrantes que se contabilizan dos veces: cuando acceden por primera vez a Europa por Grecia y cuando reingresan por Hungría tras haber atravesado la ruta de los Balcanes.
Ante este escenario, los países vacilan a la hora de ofrecer financiación. De las cantidades comprometidas por los jefes de Estado y de Gobierno a finales de septiembre, faltan aún 2.300 millones para cuadrar las cifras. “La laguna es enorme, prácticamente la misma que hace un mes. Necesitamos hacer las cosas mejor porque si no corremos el riesgo de no estar a la altura”, ha urgido. Una cifra similar se requiere en número de expertos: faltan 2.029 profesionales para registrar y atender a los potenciales asilados en las fronteras europeas. Y apenas se ha empezado el proceso de reubicar a los 160.000 refugiados que deben trasladarse desde Grecia e Italia a otros Estados.
La relación con Turquía
“La Unión Europea no se encuentra en su mejor momento”, ha concluido Juncker en el debate de la Eurocámara sobre la crisis de refugiados para analizar las últimas decisiones adoptadas por las instituciones. Juncker ha enfatizado un elemento que sabe resulta delicado para el Parlamento Europeo: la relación con Turquía. El presidente ha confirmado una cifra que hasta ahora se manejaba de manera oficiosa, los 3.000 millones de euros adicionales que necesita el Gobierno turco –y que Bruselas está dispuesta a desembolsar- para atender a los 2,5 millones de refugiados que acoge en su territorio.
El jefe de la Comisión ha adoptado un enfoque pragmático: “Sabemos que quedan cuestiones por resolver con Turquía, relativas a la libertad de prensa, al respeto a los derechos fundamentales… pero es que eso no está sobre la mesa ahora”. Juncker ha pedido apoyo a los eurodiputados para acelerar la negociación con Turquía y concluir un plan de acción que permita contener los flujos desde Turquía a Grecia. “Si no, la situación será mucho peor que ahora”, ha advertido.
El líder de los socialdemócratas en la Eurocámara, Gianni Pittella, ha defendido las iniciativas del presidente del Ejecutivo comunitario para agilizar la atención a los refugiados, pero ha lanzado un aviso: “No estamos de acuerdo en firmar un cheque en blanco al Gobierno turco”. En su última intervención en un pleno de la Eurocámara –hoy deja su escaño para volcarse en las elecciones generales españolas-, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha criticado el enfoque europeo respecto a los refugiados: “Esto no se resuelve con alambradas, sino con políticas responsables. Dejen de fomentar guerras”, ha dicho.