F1: Un diluvio lleva la calificación a este domingo
La sesión se fue retrasando en tramos de media hora, cuando la FIA decidió suspenderla. El GP está en peligro.
Austin, As
Es como esas mañanas cuando de pequeños pedíamos cinco minutos más. Y después otros cinco. Y luego otros cinco más. Pero al final sabías que tarde o temprano tenías que levantarte para ir al colegio. Pues así pasó en la Fórmula 1. Como niños. Porque sí, se intentó una y otra vez y hubo hasta cinco veces que se pospuso media hora la celebración de la sesión clasificatoria en Austin al mismo tiempo que no dejaba de llover, de manera intermitente, a veces jarreaba con fuerza, otras lo hacía algo más leve, pero siempre con una intensidad importante y con el circuito plagado de charcos. Media hora más. Y otra. Y otra… En fin.
Al tiempo el espectáculo continuaba. Pilotos y mecánicos se esforzaban por mantener la audiencia televisiva y conseguir unos minutos de publicidad añadida para los patrocinadores. Así vimos a Ricciardo y Kvyat bailando bajo la lluvia, a los Sainz-Verstappen padres e hijos montados en el Toro Rosso los padres y después los hijos jugando a los bolos con latas de bebida energética, a Rosberg jugando al fútbol con Niki Lauda, los mecánicos de Williams haciendo que iban en barca con remos y cascos incluidos, fútbol americano en Manor… Fueron esos momentos en los que la F-1 se mimetizó con el espíritu del espectáculo americano.
A la vez los aficionados que no pudieron entrar hasta el mediodía pasaban frío, se les volaban los paraguas y los más atrevidos participaban del espectáculo, por otra parte deprimente que ofreció la FIA, la FOM y todo el universo de la F-1. Y es que el temporal se preveía y se conocía su alcance durante prácticamente todo el día, excepto a las diez de la mañana cuando se pudieron disputar los libres. La lógica decía que en ese momento habría podido tener lugar la sesión clasificatoria que, finalmente, se celebrará el domingo a las 9:00 horas (hora local de Austin, 15:00 en España).
Y ahí pudimos ver a Lewis Hamilton disfrutando sobre al agua con su impresionante Mercedes dominando a todos, incluso a Vettel que terminó segundo con su Ferrari a ocho décimas y con Hulkenberg, tercero con el Force India. Quinto fue Carlos Sainz, magnífico el madrileño. Y Fernando Alonso decimocuarto. El asturiano estaba contento con el rendimiento de su McLaren en agua, pero se bajó veinte minutos antes de que terminara la sesión. A falta de ocho volvió a llover mucho y todos se metieron a boxes.
A partir de entonces se sucedieron las reuniones entre Charlie Whiting, el comisario jefe y máximo responsable de seguridad de la FIA, los equipos, Bernie Ecclestone… para intentar por todos los medios que hubiera calificación. La cosa es que en Estados Unidos si se cancela un espectáculo hay una ley muy restrictiva en ese sentido y la organización perdería mucho dinero.
En la web oficial pedían a la afición que fuera al circuito, pese a advertir que había mucho viento y lluvia, al tiempo que las autoridades locales exhortaban a que nadie saliese de sus casas. ¿Y qué se espera para el domingo? Pues la previsión es que siga lloviendo, pero menos, con un 80% de posibilidades, que baja al 20% a la hora de la carrera. Así que… veremos.
Austin, As
Es como esas mañanas cuando de pequeños pedíamos cinco minutos más. Y después otros cinco. Y luego otros cinco más. Pero al final sabías que tarde o temprano tenías que levantarte para ir al colegio. Pues así pasó en la Fórmula 1. Como niños. Porque sí, se intentó una y otra vez y hubo hasta cinco veces que se pospuso media hora la celebración de la sesión clasificatoria en Austin al mismo tiempo que no dejaba de llover, de manera intermitente, a veces jarreaba con fuerza, otras lo hacía algo más leve, pero siempre con una intensidad importante y con el circuito plagado de charcos. Media hora más. Y otra. Y otra… En fin.
Al tiempo el espectáculo continuaba. Pilotos y mecánicos se esforzaban por mantener la audiencia televisiva y conseguir unos minutos de publicidad añadida para los patrocinadores. Así vimos a Ricciardo y Kvyat bailando bajo la lluvia, a los Sainz-Verstappen padres e hijos montados en el Toro Rosso los padres y después los hijos jugando a los bolos con latas de bebida energética, a Rosberg jugando al fútbol con Niki Lauda, los mecánicos de Williams haciendo que iban en barca con remos y cascos incluidos, fútbol americano en Manor… Fueron esos momentos en los que la F-1 se mimetizó con el espíritu del espectáculo americano.
A la vez los aficionados que no pudieron entrar hasta el mediodía pasaban frío, se les volaban los paraguas y los más atrevidos participaban del espectáculo, por otra parte deprimente que ofreció la FIA, la FOM y todo el universo de la F-1. Y es que el temporal se preveía y se conocía su alcance durante prácticamente todo el día, excepto a las diez de la mañana cuando se pudieron disputar los libres. La lógica decía que en ese momento habría podido tener lugar la sesión clasificatoria que, finalmente, se celebrará el domingo a las 9:00 horas (hora local de Austin, 15:00 en España).
Y ahí pudimos ver a Lewis Hamilton disfrutando sobre al agua con su impresionante Mercedes dominando a todos, incluso a Vettel que terminó segundo con su Ferrari a ocho décimas y con Hulkenberg, tercero con el Force India. Quinto fue Carlos Sainz, magnífico el madrileño. Y Fernando Alonso decimocuarto. El asturiano estaba contento con el rendimiento de su McLaren en agua, pero se bajó veinte minutos antes de que terminara la sesión. A falta de ocho volvió a llover mucho y todos se metieron a boxes.
A partir de entonces se sucedieron las reuniones entre Charlie Whiting, el comisario jefe y máximo responsable de seguridad de la FIA, los equipos, Bernie Ecclestone… para intentar por todos los medios que hubiera calificación. La cosa es que en Estados Unidos si se cancela un espectáculo hay una ley muy restrictiva en ese sentido y la organización perdería mucho dinero.
En la web oficial pedían a la afición que fuera al circuito, pese a advertir que había mucho viento y lluvia, al tiempo que las autoridades locales exhortaban a que nadie saliese de sus casas. ¿Y qué se espera para el domingo? Pues la previsión es que siga lloviendo, pero menos, con un 80% de posibilidades, que baja al 20% a la hora de la carrera. Así que… veremos.