El régimen sirio recupera ciudades clave tras la ofensiva de Rusia

Estados Unidos suministra desde el aire munición a rebeldes

J. F. / Ó. G.
Washington / Madrid, El País
La ofensiva aérea lanzada por aviones rusos está dando sus frutos en la batalla que libra el régimen de Bachar el Asad y las fuerzas rebeldes. Según informó ayer Damasco, tras una treintena de ataques de cazas rusos, la estratégica localidad de Kafer Nabuda, en la frontera entre las provincias de Hama e Idlib, fue recuperada por tropas del Ejército sirio y combatientes de la milicia libanesa chií Hezbolá. El control de Kafer Nabuda es vital para atacar posiciones insurgentes junto a la carretera M5 que atraviesa el país, desde la frontera jordana, en el sur, hasta Alepo, en el norte.


El Ejército sirio informó también ayer de que junto a Kafer Nabuda, sus tropas recuperaron otras cuatro localidades de la provincia de Hama y la ciudad de Jub al Ahmar, en Latakia. Esta última región, bastión de la cúpula de gobierno, es una de las prioridades en la estrategia militar de El Asad para la que Rusia está aportando su apoyo aéreo. El control de Jub al Ahmar despeja el camino al régimen en la batalla de la fértil planicie de Ghab, entre Hama, Idlib y Latakia, esencial para los intereses de Damasco en la franja occidental de Siria. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres e informadores en el terreno, apuntó que tanto en Kafer Nabuda como en Jub al Ahmar, las hostilidades prosiguen.
EE UU lanza munición

En otro frente de la guerra siria, la coalición aérea que ataca al Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés), liderada por Washington, lanzó el domingo desde el aire munición a fuerzas rebeldes que luchan contra el grupo yihadista en el norte de Siria.

El lanzamiento fue “exitoso” e incluyó munición para armas pequeñas, según anunció ayer un portavoz del Pentágono en un comunicado. El portavoz dijo que EE UU había seleccionado previamente a los líderes de esos grupos para asegurarse de que no tienen lazos extremistas, pero declinó detallar de qué grupos se trata, la munición que arrojaron ni su ubicación sobre el terreno.

Hasta ahora, el único suministro aéreo anunciado públicamente había tenido lugar en octubre cuando EE UU entregó armas y ayuda médica a milicias kurdas que combatían al ISIS en Kobane, una ciudad fronteriza con Turquía que los yihadistas perdieron en enero a manos de combatientes rebeldes y milicianos kurdos.

Todo apunta a que será una práctica que se extenderá con la nueva estrategia anunciada el viernes por el Departamento de Defensa estadounidense. Ante los problemas de reclutamiento y los ataques sufridos, el Gobierno de Barack Obama decidió dejar de entrenar a su propio Ejército de insurgentes moderados. El foco ahora es filtrar a los líderes de unidades rebeldes ya existentes. Esos líderes recibirán entrenamiento y armamento.

En paralelo, una milicia kurda anunció ayer que ha formado una alianza con rebeldes árabes para lanzar una ofensiva contra el ISIS en la provincia de Raqa, el mayor feudo yihadista en el norte de Siria, y que esperan recibir armamento estadounidense.

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