El Nápoles aplasta al Milán de la mano de un brillante Insigne
Milan, As
El Nápoles destrozó al Milán logrando su mayor triunfo ante los rossoneri de todos los tiempos: un 0-4 que ya ha entrado en la leyenda del club partenopeo, cuyo protagonista absoluto fue Lorenzo Insigne. El napolitano, que hace una semana ya realizó el sueño de marcar un gol a la Juve en el San Paolo, en San Siro marcó dos firmando además una asistencia. Es la prueba definitiva sobre la fuerza del conjunto de Sarri, mientras que el Milán continua en su grave crisis de resultados y acabó abucheado por sus mismos tifosi, enfurecidos.
Mihajlovic, sin el lesionado Balotelli, salió de inicio con la pareja Bacca-Luiz Adriano en la delantera, mientras que en la zaga actuaron Ely y Zapata, que sustituyeron a Romagnoli (sancionado) y Mexes (fuera por problemas físicos). El Nápoles pudo contar con Insigne, que superó la lesión sufrida con la Juve, con Callejón e Higuaín completando la delantera y Jorginho a mandar en la medular. En las porterías, dos españoles: Diego López y Pepe Reina, que el viernes asustó a sus tifosi con unas molestias que no le impidieron ser titular.
En el primer tramo del choque los visitantes dejaron la iniciativa al Milán, que sufrió la presión y la defensa muy alta de los partenopei, que por cada semana se asemejan más a las ideas de su técnico. Fue justo gracias a una agobiante presión que los azzurri consiguieron romper el partido: Hamsik interceptó un pase de Zapata y cedió a Insigne que puso a Allan solo ante Diego López. El mediocampista brasileño marcó el 0-1 sin apuros y ya lleva tres tantos en su nuevo equipo: con el Udinese, en 104 presencias, solo anotó uno.
El Milán, a partir de entonces, aumentó su presión ofensiva, creando sin embargo poco peligro en la zona de Pepe Reina. Los visitantes consiguieron acabar la primera parte con un gol de ventaja y nada más empezar la reanudación dieron el latigazo letal: otra maravillosa pared entre Higuaín e Insigne, parecida a la que se vio con la Juve, puso solo en el corazón del área rossonera al Magnífico, que con una rosca firmó el 0-2. Los de Mihajlovic se desmoronaron: Callejón desperdició una gran oportunidad para el tercero, que llegó en el 68' otra vez con Insigne. El talentoso delantero napolitano iluminó la noche de San Siro con un lanzamiento de falta acabado en la escuadra defendida por Diego López que, quizás, hubiera podido hacer algo más. La humillación milanesa se hizo aún más grande cuando Rodrigo Ely, tras un centro de Ghoulam, empujó el balón en su portería completando el póker.
Faltaban aún 15 minutos y los visitantes con Gabbiadini (que sustituyó a Higuaín) estuvieron a pocos centímetros del 0-5. Algo que la mayoría de los hinchas rossoneri de San Siro no vio: tras el 0-3 el estadio milanés empezó a vaciarse y los pocos que se quedaron lo hicieron para protestar. El equipo de Mihajlovic, de hecho, perdió cuatro de los siete partidos disputados en este curso y, tras una inversión de 90 millones de euros en el mercado de fichajes, esperarse algo más era obligatorio.
El Nápoles destrozó al Milán logrando su mayor triunfo ante los rossoneri de todos los tiempos: un 0-4 que ya ha entrado en la leyenda del club partenopeo, cuyo protagonista absoluto fue Lorenzo Insigne. El napolitano, que hace una semana ya realizó el sueño de marcar un gol a la Juve en el San Paolo, en San Siro marcó dos firmando además una asistencia. Es la prueba definitiva sobre la fuerza del conjunto de Sarri, mientras que el Milán continua en su grave crisis de resultados y acabó abucheado por sus mismos tifosi, enfurecidos.
Mihajlovic, sin el lesionado Balotelli, salió de inicio con la pareja Bacca-Luiz Adriano en la delantera, mientras que en la zaga actuaron Ely y Zapata, que sustituyeron a Romagnoli (sancionado) y Mexes (fuera por problemas físicos). El Nápoles pudo contar con Insigne, que superó la lesión sufrida con la Juve, con Callejón e Higuaín completando la delantera y Jorginho a mandar en la medular. En las porterías, dos españoles: Diego López y Pepe Reina, que el viernes asustó a sus tifosi con unas molestias que no le impidieron ser titular.
En el primer tramo del choque los visitantes dejaron la iniciativa al Milán, que sufrió la presión y la defensa muy alta de los partenopei, que por cada semana se asemejan más a las ideas de su técnico. Fue justo gracias a una agobiante presión que los azzurri consiguieron romper el partido: Hamsik interceptó un pase de Zapata y cedió a Insigne que puso a Allan solo ante Diego López. El mediocampista brasileño marcó el 0-1 sin apuros y ya lleva tres tantos en su nuevo equipo: con el Udinese, en 104 presencias, solo anotó uno.
El Milán, a partir de entonces, aumentó su presión ofensiva, creando sin embargo poco peligro en la zona de Pepe Reina. Los visitantes consiguieron acabar la primera parte con un gol de ventaja y nada más empezar la reanudación dieron el latigazo letal: otra maravillosa pared entre Higuaín e Insigne, parecida a la que se vio con la Juve, puso solo en el corazón del área rossonera al Magnífico, que con una rosca firmó el 0-2. Los de Mihajlovic se desmoronaron: Callejón desperdició una gran oportunidad para el tercero, que llegó en el 68' otra vez con Insigne. El talentoso delantero napolitano iluminó la noche de San Siro con un lanzamiento de falta acabado en la escuadra defendida por Diego López que, quizás, hubiera podido hacer algo más. La humillación milanesa se hizo aún más grande cuando Rodrigo Ely, tras un centro de Ghoulam, empujó el balón en su portería completando el póker.
Faltaban aún 15 minutos y los visitantes con Gabbiadini (que sustituyó a Higuaín) estuvieron a pocos centímetros del 0-5. Algo que la mayoría de los hinchas rossoneri de San Siro no vio: tras el 0-3 el estadio milanés empezó a vaciarse y los pocos que se quedaron lo hicieron para protestar. El equipo de Mihajlovic, de hecho, perdió cuatro de los siete partidos disputados en este curso y, tras una inversión de 90 millones de euros en el mercado de fichajes, esperarse algo más era obligatorio.