El Inter pincha en Palermo
Palermo, As
Después de las primeras cinco jornadas de la Serie A, gracias a un pleno de victorias por la mínima, el Inter parecía el candidato principal para llevarse el Scudetto, que una Juve en caída libre no parece dispuesta a defender. El conjunto milanés, efectivo y cruel, sin embargo, no había mostrado todavía un gran fútbol, algo que ha acabado pasando factura en las sucesivas cuatro fechas, en las cuales han llegado una derrota y tres empates: el último, de visitante ante el Palermo (1-1), hubiera podido ser hasta una derrota, con los rosaneri que crearon mucho más en los primeros 45 minutos y se toparon varias veces con Handanovic.
Mancini utilizó un 4-3-2-1 con Perisic y Jovetic detrás de Icardi. El argentino apenas marcó dos goles en este curso, y en este choque se volvió a entender la razón: el juego de los nerazzurri le deja muy aislado y casi nunca le llegan balones para expresar su gran talento como finalizador. Es más, en la primera mitad los visitantes, por primera vez en este campeonato, no lograron rematar ni una vez a puerta: el Palermo, por su parte, se agarró al talento de Vázquez y a la puntería de Gilardino, que crearon varias oportunidades para abrir la lata.
En la reanudación, sin embargo, Biabiany sustituyó a un apagado Kondogbia (que debió ser expulsado por una clara falta a Vazquez que el árbitro trasformó en simulación) y rompió el partido: en el 60', tras un buen pase de Jovetic, el francés llegó a la línea de fondo y puso un centro que Perisic solo tuvo que empujar entre palos.
Después del tanto, la misión nerazzurra era bajar el ritmo de juego y buscar el contragolpe, pero el Palermo mostró una reacción enfurecida y tardó solo seis minutos en poner las tablas: un potente centro de Vazquez fue desviado por varios defensas del Inter en plena área hasta que llegó entre los pies del rapaz Gilardino, que batió a Handanovic firmando su gol número 180 en la Serie A. A partir de entonces el partido fue un vaivén sin pausas, con ambos equipos dispuestos a dejar espacios buscando la victoria y desperdiciando ocasiones claras (un enorme Sorrentino desvió en el travesaño un disparo de Guarín).
En el 80', además, Murillo fue expulsado por una clara falta a Vazquez (un oriundo que a Antonio Conte podría darle mucho...) y el Inter tuvo que aguantar en inferioridad numérica hasta el final, llegando, no obstante, a un paso del 1-2 con Biabiany. No pudo ser, y no habría sido justo: el conjunto de Mancini carece de identidad de juego a pesar de una cantidad de talentos considerable. Gracias al empate el equipo vuelve a alcanzar a la Fiorentina en el primer puesto (los Viola jugarán este domingo ante el Roma), pero el Scudetto, con este tipo de actuaciones, parece un objetivo aún más complicado.
Por otro lado, en el duelo de la zona baja de la clasificación, el Bolonia, que empezó la jornada en la última posición, colocó en esa plaza al Carpi, que perdió 1-2 con un tanto en el descuento del marroquí Adam Masina. Su gol dio aire al Bolonia, que, aunque seguirá en los puestos peligrosos, por lo menos se dio una alegría.
El otro partido del sábado, el Empoli-Génova, acabó 2-0 a favor de los primeros con goles del bosnio Rade Krunic y del polaco Piotr Zielinski. El Empoli, con esta victoria, se acomoda en el centro de la clasificación.
Después de las primeras cinco jornadas de la Serie A, gracias a un pleno de victorias por la mínima, el Inter parecía el candidato principal para llevarse el Scudetto, que una Juve en caída libre no parece dispuesta a defender. El conjunto milanés, efectivo y cruel, sin embargo, no había mostrado todavía un gran fútbol, algo que ha acabado pasando factura en las sucesivas cuatro fechas, en las cuales han llegado una derrota y tres empates: el último, de visitante ante el Palermo (1-1), hubiera podido ser hasta una derrota, con los rosaneri que crearon mucho más en los primeros 45 minutos y se toparon varias veces con Handanovic.
Mancini utilizó un 4-3-2-1 con Perisic y Jovetic detrás de Icardi. El argentino apenas marcó dos goles en este curso, y en este choque se volvió a entender la razón: el juego de los nerazzurri le deja muy aislado y casi nunca le llegan balones para expresar su gran talento como finalizador. Es más, en la primera mitad los visitantes, por primera vez en este campeonato, no lograron rematar ni una vez a puerta: el Palermo, por su parte, se agarró al talento de Vázquez y a la puntería de Gilardino, que crearon varias oportunidades para abrir la lata.
En la reanudación, sin embargo, Biabiany sustituyó a un apagado Kondogbia (que debió ser expulsado por una clara falta a Vazquez que el árbitro trasformó en simulación) y rompió el partido: en el 60', tras un buen pase de Jovetic, el francés llegó a la línea de fondo y puso un centro que Perisic solo tuvo que empujar entre palos.
Después del tanto, la misión nerazzurra era bajar el ritmo de juego y buscar el contragolpe, pero el Palermo mostró una reacción enfurecida y tardó solo seis minutos en poner las tablas: un potente centro de Vazquez fue desviado por varios defensas del Inter en plena área hasta que llegó entre los pies del rapaz Gilardino, que batió a Handanovic firmando su gol número 180 en la Serie A. A partir de entonces el partido fue un vaivén sin pausas, con ambos equipos dispuestos a dejar espacios buscando la victoria y desperdiciando ocasiones claras (un enorme Sorrentino desvió en el travesaño un disparo de Guarín).
En el 80', además, Murillo fue expulsado por una clara falta a Vazquez (un oriundo que a Antonio Conte podría darle mucho...) y el Inter tuvo que aguantar en inferioridad numérica hasta el final, llegando, no obstante, a un paso del 1-2 con Biabiany. No pudo ser, y no habría sido justo: el conjunto de Mancini carece de identidad de juego a pesar de una cantidad de talentos considerable. Gracias al empate el equipo vuelve a alcanzar a la Fiorentina en el primer puesto (los Viola jugarán este domingo ante el Roma), pero el Scudetto, con este tipo de actuaciones, parece un objetivo aún más complicado.
Por otro lado, en el duelo de la zona baja de la clasificación, el Bolonia, que empezó la jornada en la última posición, colocó en esa plaza al Carpi, que perdió 1-2 con un tanto en el descuento del marroquí Adam Masina. Su gol dio aire al Bolonia, que, aunque seguirá en los puestos peligrosos, por lo menos se dio una alegría.
El otro partido del sábado, el Empoli-Génova, acabó 2-0 a favor de los primeros con goles del bosnio Rade Krunic y del polaco Piotr Zielinski. El Empoli, con esta victoria, se acomoda en el centro de la clasificación.