El Ejército afgano asegura que ha reconquistado Kunduz a los talibanes
Soldados de EEUU vuelven a enfrentarse a los insurgentes, que siguen combatiendo en varios puntos de la ciudad
Ángeles Espinosa
Dubái, El País
El Ejército afgano anunció este jueves la recuperación del centro de Kunduz, la ciudad norteña que los talibanes capturaron el pasado lunes, después de una intensa batalla lanzada la noche anterior, en la que contaron con la ayuda de fuerzas especiales de EE. UU. No obstante, varios miles de soldados seguían luchando en la carretera que une esa capital provincial con la vecina de Baghlan, 75 kilómetros más al sur, para tratar de asegurar la urbe, donde volvieron a producirse intensos combates a media tarde, según la cadena de televisión afgana ToloNews. Los insurgentes negaban haber perdido terreno.
“Asesores de las fuerzas especiales de EE. UU., en misión de asesoramiento y asistencia a las fuerzas especiales afganas, encontraron una amenaza insurgente en la ciudad de Kunduz el 1 de octubre y dispararon en defensa propia para eliminar la amenaza”, declaró el coronel Brian Tribus, portavoz de la OTAN en Kabul, citado por Reuters.
Su actuación se produjo durante la contraofensiva afgana para retomar Kunduz. Se trata de la segunda vez que los soldados norteamericanos se enfrentan directamente a los talibanes desde el inicio de esta crisis. En la madrugada de ayer, varios comandos respondieron al fuego insurgente en el aeropuerto de esa ciudad, aunque Tribus no identificó la nacionalidad de los implicados que fue revelada en la prensa estadounidense.
En ambos casos, el portavoz militar ha evitado decir cuántos asesores extranjeros participan en la batalla. Según diversas fuentes, entre 40 y 100 soldados de EE. UU., Reino Unido y Alemania ayudan desde el lunes a las fuerzas afganas. Tribus insistió en que los soldados no están allí para participar en los combates, pero que tienen “derecho a defenderse en caso necesario”.
Poco antes de la medianoche, las tropas gubernamentales lanzaron finalmente su contraofensiva a partir del aeropuerto local, donde se habían concentrado en los días precedentes. En declaraciones a ToloNews, el general Murad Ali Murad, vicejefe del Estado Mayor del Ejército afgano, dijo que 6.000 soldados, sobre todo de las fuerzas especiales, habían recuperado el control de la ciudad con ayuda del apoyo aéreo de la coalición que lidera la OTAN.
Murad añadió que las “operaciones de limpieza” en varios lugares de Kunduz y de la provincia del mismo nombre iban a continuar hasta que se haya acabado con los insurgentes. Al parecer, los militares están llevando a cabo registros casa a casa en busca de posibles talibanes escondidos. Desde el lunes cuando tomaron la ciudad con escasa resistencia de los uniformados, se ha especulado con la infiltración previa de simpatizantes de esa milicia. Según el general, “cientos” de rebeldes resultaron muertos durante el ataque.
El portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, rechazó esas alegaciones y aseguró que continuaban los enfrentamientos. “Los muyahidín [literalmente, quienes hacen la guerra santa] siguen resistiendo dentro del perímetro de seguridad de la ciudad”, afirmó a pesar de la implicación de las fuerzas estadounidenses en los combates.
Sea como fuere, la reconquista de Kunduz aún no estaba consolidada al caer la noche. Los soldados que estaban dentro de la ciudad habían pedido refuerzos, pero el envío de los mismos se encontraba con la dificultad de sortear la presencia de una importante bolsa de insurgentes en la carretera que llega desde Baghlan, la principal vía de acceso a las provincias del norte desde Kabul. Allí, las fuerzas de refresco se encontraron bajo el fuego rebelde. Los talibanes han minado la carretera y se esconden entre los árboles que la flanquean para lanzar emboscadas contra los convoyes militares.
Mientras tanto, la población local empieza a tener escasez de alimentos porque las panaderías están cerradas. Quienes lograron huir de la ciudad ante la entrada de los talibanes, a menudo están durmiendo al raso. Y los hospitales públicos están inoperativos, según responsables locales citados por los medios afganos.
El Parlamento, por su parte, ha formado una comisión para investigar cómo unos centenares de insurgentes pudieron tomar en pocas horas una ciudad de 300.000 habitantes y en la que había varios miles de policías y soldados. El presidente de la Cámara, Abdul Rauf Ibrahimi, ha acusado de irresponsabilidad y falta de experiencia al gobernador Mohammad Omer Safi, sustituido tras su huida por su número dos. Sin embargo, según su biografía, Safi, que es propietario de una empresa de seguridad, tiene un máster gestión de riesgos por la Universidad de Leicester y trabajo durante 12 años como oficial de seguridad de la ONU en el norte de Afganistán. Además, la propia misión de la OTAN en el país había reconocido la víspera del ataque que en el norte del país, el Ejército afgano dispone de “comparativamente pocas tropas suficiente entrenadas para las amplias zonas de que tiene que ocuparse”.
Ángeles Espinosa
Dubái, El País
El Ejército afgano anunció este jueves la recuperación del centro de Kunduz, la ciudad norteña que los talibanes capturaron el pasado lunes, después de una intensa batalla lanzada la noche anterior, en la que contaron con la ayuda de fuerzas especiales de EE. UU. No obstante, varios miles de soldados seguían luchando en la carretera que une esa capital provincial con la vecina de Baghlan, 75 kilómetros más al sur, para tratar de asegurar la urbe, donde volvieron a producirse intensos combates a media tarde, según la cadena de televisión afgana ToloNews. Los insurgentes negaban haber perdido terreno.
“Asesores de las fuerzas especiales de EE. UU., en misión de asesoramiento y asistencia a las fuerzas especiales afganas, encontraron una amenaza insurgente en la ciudad de Kunduz el 1 de octubre y dispararon en defensa propia para eliminar la amenaza”, declaró el coronel Brian Tribus, portavoz de la OTAN en Kabul, citado por Reuters.
Su actuación se produjo durante la contraofensiva afgana para retomar Kunduz. Se trata de la segunda vez que los soldados norteamericanos se enfrentan directamente a los talibanes desde el inicio de esta crisis. En la madrugada de ayer, varios comandos respondieron al fuego insurgente en el aeropuerto de esa ciudad, aunque Tribus no identificó la nacionalidad de los implicados que fue revelada en la prensa estadounidense.
En ambos casos, el portavoz militar ha evitado decir cuántos asesores extranjeros participan en la batalla. Según diversas fuentes, entre 40 y 100 soldados de EE. UU., Reino Unido y Alemania ayudan desde el lunes a las fuerzas afganas. Tribus insistió en que los soldados no están allí para participar en los combates, pero que tienen “derecho a defenderse en caso necesario”.
Poco antes de la medianoche, las tropas gubernamentales lanzaron finalmente su contraofensiva a partir del aeropuerto local, donde se habían concentrado en los días precedentes. En declaraciones a ToloNews, el general Murad Ali Murad, vicejefe del Estado Mayor del Ejército afgano, dijo que 6.000 soldados, sobre todo de las fuerzas especiales, habían recuperado el control de la ciudad con ayuda del apoyo aéreo de la coalición que lidera la OTAN.
Murad añadió que las “operaciones de limpieza” en varios lugares de Kunduz y de la provincia del mismo nombre iban a continuar hasta que se haya acabado con los insurgentes. Al parecer, los militares están llevando a cabo registros casa a casa en busca de posibles talibanes escondidos. Desde el lunes cuando tomaron la ciudad con escasa resistencia de los uniformados, se ha especulado con la infiltración previa de simpatizantes de esa milicia. Según el general, “cientos” de rebeldes resultaron muertos durante el ataque.
El portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, rechazó esas alegaciones y aseguró que continuaban los enfrentamientos. “Los muyahidín [literalmente, quienes hacen la guerra santa] siguen resistiendo dentro del perímetro de seguridad de la ciudad”, afirmó a pesar de la implicación de las fuerzas estadounidenses en los combates.
Sea como fuere, la reconquista de Kunduz aún no estaba consolidada al caer la noche. Los soldados que estaban dentro de la ciudad habían pedido refuerzos, pero el envío de los mismos se encontraba con la dificultad de sortear la presencia de una importante bolsa de insurgentes en la carretera que llega desde Baghlan, la principal vía de acceso a las provincias del norte desde Kabul. Allí, las fuerzas de refresco se encontraron bajo el fuego rebelde. Los talibanes han minado la carretera y se esconden entre los árboles que la flanquean para lanzar emboscadas contra los convoyes militares.
Mientras tanto, la población local empieza a tener escasez de alimentos porque las panaderías están cerradas. Quienes lograron huir de la ciudad ante la entrada de los talibanes, a menudo están durmiendo al raso. Y los hospitales públicos están inoperativos, según responsables locales citados por los medios afganos.
El Parlamento, por su parte, ha formado una comisión para investigar cómo unos centenares de insurgentes pudieron tomar en pocas horas una ciudad de 300.000 habitantes y en la que había varios miles de policías y soldados. El presidente de la Cámara, Abdul Rauf Ibrahimi, ha acusado de irresponsabilidad y falta de experiencia al gobernador Mohammad Omer Safi, sustituido tras su huida por su número dos. Sin embargo, según su biografía, Safi, que es propietario de una empresa de seguridad, tiene un máster gestión de riesgos por la Universidad de Leicester y trabajo durante 12 años como oficial de seguridad de la ONU en el norte de Afganistán. Además, la propia misión de la OTAN en el país había reconocido la víspera del ataque que en el norte del país, el Ejército afgano dispone de “comparativamente pocas tropas suficiente entrenadas para las amplias zonas de que tiene que ocuparse”.