Demasiado Suárez para el Eibar


Barcelona, As
La sociedad que forman Neymar y Suárez le sirve al Barça para ir justificando este período en el que el equipo lo admite todo mientras los tres puntos acaben en el zurrón. Cierto es que al equipo blaugrana le faltan jugadores fundamentales, que el conjunto anda justo de fuerzas y que les faltan efectivos, pero tampoco es menos cierto que las intenciones que demuestra el Barça cuando sale a jugar no son las de un equipo que busque dominar el juego. El Barça sale a ganar sin importarle mucho cómo y mientras cuente entre sus filas con jugadores como el uruguayo o el brasileño, lo normal es que el plan salga bien en un noventa por ciento de los casos, como ante el Eibar, al que venció por 3-1.


Lo que pasa es que esta manera de jugar, puede que no haya otra con los mimbres que tiene el entrenador, invita o bien al susto o bien a la siesta. En la primera parte, se vivieron ambas sensaciones. Susto porque el Eibar estuvo mucho mejor plantado en el campo, mucho más intenso y además se adelantó en el marcador gracias a una nueva jugada de cine cómico protagonizada por la defensa barcelonista. En eso sí que no fallan los zagueros del Barça, que son como la ONCE, cada día, un numerito.

Además del susto tras el gol de Bastón, que sigue en una racha espectacular, el Barcelona le ofreció a sus aficionados una buena dosis de cloroformo. Si un socio había hecho doblete empalmando la Asamblea de Compromisarios con el partido o es un masoquista o se merece la insignia de oro y brillantes del club. La actuación que ofrecieron los barcelonistas en los primeros 45 minutos fue desesperante. Con el equipo desconectado; la defensa complicándose la vida sin necesidad; sin encadenar pases; con un centro del campo desaprecido a excepción de Busquets y una delantera que no cazaba un balón, el panorama era desesperante.

Tanto hablar de árbitros asistentes esta semana evocando conspiraciones extrañas, resultó que uno de los jueces de línea de Del Cerro Grande no vio un fuera de juego de Sandro, que acabó por ser el tanto del empate del Barça. Neymar regateó, Busquets abrió el balón, Sandro centró en posición incorrecta y Suárez envió el balón a la red para igualar el tanto inicial de Bastón, que se había aprovechado de un tremendo fallo de Bartra.

El partido llegó a la media parte empatado a uno, un resultado que le hacía un favor al Barça y que penalizaba al Eibar, que había sido mejor. Salieron en la segunda parte los vascos sin Dani García, lesionado, y eso se acabaría notando. Sin su equilibrio, el Eibar se desordenó y ahí apareció Neymar para asociarse con Suárez y romper el partido a favor de los barcelonistas.

Una jugada del brasileño, en la que tras recuperar un balón elimino a tres rivales, le sirvió a Suárez para poner por delante al Barcelona con un gol de puro delantero centro. La lesión de Verdi vino a confirmar que si algo podía torcérsele a los visitantes, se torcería. El Barça empezó a tener el control del partido y aunque el Eibar no renunció a nada, la defensa barcelonista encontró el tono para dejar de pasar agobios.

Se ensució el partido en los minutos finales, cuando el colegiado empezó a complicarse la vida con errores tontos que pusieron a los jugadores de uno y otro bando muy nerviosos. Probablemente, fruto de una de esas decisiones, Mascherano vio la tarjeta roja directa a indicación del asistente al colegiado. El Barça se quedaba con diez, con un riesgo mínimo, pues al partido le quedaba muy poco tiempo, pero el argentino podría perderse el duelo del Bernabéu. Con el Camp Nou encendido contra el colegiado y saltando chispas entre los jugadores, Neymar y Suárez volvieron a citarse y el charrúa completó un hat-trick que debería enseñarse en las escuelas de fútbol a los niños que quieran ser delanteros centro.

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