Bruselas propone desplegar policías ya para atajar la ola de refugiados
La Comisión Europea insta a desplazar 400 guardias de fronteras a Eslovenia
Lucía Abellán
Bruselas, El País
Bruselas cree urgente acabar con la carestía de mantas, tiendas y, sobre todo, voluntad política para atender a los refugiados en la ruta de los Balcanes. La Comisión Europea ha elaborado una lista de medidas concretas que espera ver aprobadas en la cumbre de líderes convocada para este domingo. La principal consiste en desplegar de inmediato a 400 policías de frontera en Eslovenia, desbordada por la llegada de asilados a su territorio. El Ejecutivo de la UE insta a evaluar las necesidades de acogida “en 24 horas”, según la propuesta a la que ha accedido EL PAÍS.
El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, recibirá este domingo a 10 jefes de Estado o de Gobierno (entre ellos la canciller alemana, Angela Merkel, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, y el húngaro, Viktor Orbán), además de otros cargos institucionales, para tratar de poner orden en el caos generado en la llamada ruta de los Balcanes que transitan los refugiados desde Turquía hasta Alemania. Los Estados muestran muchas dificultades para cooperar en la gestión de estos flujos, con el riesgo que representa para la seguridad de quienes se desplazan hasta Europa en busca de protección.
Si prospera, el despliegue de 400 guardias de frontera (básicamente policías especializados) el próximo miércoles entre Eslovenia y Croacia supondrá el estreno de unas unidades de intervención rápida que ha ideado Bruselas en el seno de Frontex, la agencia europea de coordinación de fronteras. Una de sus tareas será registrar a los recién llegados. Hasta ahora ningún país las había solicitado y la Comisión insiste a Eslovenia, la impulsora de la cumbre del domingo, en que lo haga. De momento su Gobierno solo ha pedido asistencia financiera y material, según confirma una portavoz. Con dos millones de habitantes, este país de la antigua Yugoslavia decidió esta semana sacar el Ejército a las fronteras ante la llegada de 50.000 personas en un plazo de cinco días. La medida disgustó a Bruselas.
Para Croacia, el paso anterior a Eslovenia en la ruta de refugiados, también hay una nueva oferta. Se trata de desplegar una misión de Frontex para “detectar las entradas irregulares y apoyar el registro y la toma de huellas dactilares [de los refugiados]”, recoge el documento comunitario.
La tercera misión de Frontex que podría activarse si los líderes dieran su respaldo pretende reforzar la frontera griega con Macedonia y con Albania, dos de los territorios —sobre todo Macedonia— por los que se desplazan los refugiados, como adelantó este diario el viernes. Se trata de controlar que esos migrantes sean registrados debidamente en Grecia, algo sensible para las autoridades helenas, que dejan marchar a la mayor parte de los migrantes por falta de capacidad.
Roces entre vecinos
La Comisión confía en que a partir del lunes cese el desvío intencionado de flujos de refugiados entre países vecinos para eludir el problema: “Es inaceptable una política de conducir a los refugiados hacia un país vecino”. Es lo que ha venido ocurriendo desde el inicio de esta crisis.
Con el freno a esos tránsitos desesperados de demandantes de asilo, Bruselas también pretende evitar las desgarradoras imágenes de refugiados —muchos de ellos procedentes de Siria— sin comida ni abrigo suficientes en descampados europeos. Los Estados deben comprometerse a utilizar “todos los instrumentos disponibles” para atenderlos. Si no basta, se les insta a recurrir a un mecanismo de protección previsto en el presupuesto europeo para situaciones de emergencia.
Para evitar que la gestión de esta crisis se pierda en las diferentes cadenas de mando, la Comisión pide que cada país establezca una especie de teléfono rojo, con un responsable directo en el gabinete de cada primer ministro al que recurrir para coordinarse.
Además de Merkel, Tsipras y Orbán, en la minicumbre participarán los líderes de Austria, Bulgaria, Eslovenia, Croacia y Rumanía en la UE y los de Macedonia y Serbia de fuera del bloque comunitario. Los representantes de Frontex y de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) también asistirán, así como el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el de la Eurocámara, Martin Schulz.
Lucía Abellán
Bruselas, El País
Bruselas cree urgente acabar con la carestía de mantas, tiendas y, sobre todo, voluntad política para atender a los refugiados en la ruta de los Balcanes. La Comisión Europea ha elaborado una lista de medidas concretas que espera ver aprobadas en la cumbre de líderes convocada para este domingo. La principal consiste en desplegar de inmediato a 400 policías de frontera en Eslovenia, desbordada por la llegada de asilados a su territorio. El Ejecutivo de la UE insta a evaluar las necesidades de acogida “en 24 horas”, según la propuesta a la que ha accedido EL PAÍS.
El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, recibirá este domingo a 10 jefes de Estado o de Gobierno (entre ellos la canciller alemana, Angela Merkel, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, y el húngaro, Viktor Orbán), además de otros cargos institucionales, para tratar de poner orden en el caos generado en la llamada ruta de los Balcanes que transitan los refugiados desde Turquía hasta Alemania. Los Estados muestran muchas dificultades para cooperar en la gestión de estos flujos, con el riesgo que representa para la seguridad de quienes se desplazan hasta Europa en busca de protección.
Si prospera, el despliegue de 400 guardias de frontera (básicamente policías especializados) el próximo miércoles entre Eslovenia y Croacia supondrá el estreno de unas unidades de intervención rápida que ha ideado Bruselas en el seno de Frontex, la agencia europea de coordinación de fronteras. Una de sus tareas será registrar a los recién llegados. Hasta ahora ningún país las había solicitado y la Comisión insiste a Eslovenia, la impulsora de la cumbre del domingo, en que lo haga. De momento su Gobierno solo ha pedido asistencia financiera y material, según confirma una portavoz. Con dos millones de habitantes, este país de la antigua Yugoslavia decidió esta semana sacar el Ejército a las fronteras ante la llegada de 50.000 personas en un plazo de cinco días. La medida disgustó a Bruselas.
Para Croacia, el paso anterior a Eslovenia en la ruta de refugiados, también hay una nueva oferta. Se trata de desplegar una misión de Frontex para “detectar las entradas irregulares y apoyar el registro y la toma de huellas dactilares [de los refugiados]”, recoge el documento comunitario.
La tercera misión de Frontex que podría activarse si los líderes dieran su respaldo pretende reforzar la frontera griega con Macedonia y con Albania, dos de los territorios —sobre todo Macedonia— por los que se desplazan los refugiados, como adelantó este diario el viernes. Se trata de controlar que esos migrantes sean registrados debidamente en Grecia, algo sensible para las autoridades helenas, que dejan marchar a la mayor parte de los migrantes por falta de capacidad.
Roces entre vecinos
La Comisión confía en que a partir del lunes cese el desvío intencionado de flujos de refugiados entre países vecinos para eludir el problema: “Es inaceptable una política de conducir a los refugiados hacia un país vecino”. Es lo que ha venido ocurriendo desde el inicio de esta crisis.
Con el freno a esos tránsitos desesperados de demandantes de asilo, Bruselas también pretende evitar las desgarradoras imágenes de refugiados —muchos de ellos procedentes de Siria— sin comida ni abrigo suficientes en descampados europeos. Los Estados deben comprometerse a utilizar “todos los instrumentos disponibles” para atenderlos. Si no basta, se les insta a recurrir a un mecanismo de protección previsto en el presupuesto europeo para situaciones de emergencia.
Para evitar que la gestión de esta crisis se pierda en las diferentes cadenas de mando, la Comisión pide que cada país establezca una especie de teléfono rojo, con un responsable directo en el gabinete de cada primer ministro al que recurrir para coordinarse.
Además de Merkel, Tsipras y Orbán, en la minicumbre participarán los líderes de Austria, Bulgaria, Eslovenia, Croacia y Rumanía en la UE y los de Macedonia y Serbia de fuera del bloque comunitario. Los representantes de Frontex y de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) también asistirán, así como el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el de la Eurocámara, Martin Schulz.