Bruselas mejora la oferta a Turquía para que frene a los refugiados
La Comisión está dispuesta a desembolsar alrededor de 3.000 millones de euros a Ankara
Lucía Abellán
Bruselas, El País
Bruselas está impaciente por cerrar un acuerdo con Turquía que permita contener los flujos de refugiados. Para allanar el camino, el Ejecutivo comunitario ha mejorado la oferta inicial que lanzó al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y está dispuesta a desembolsar alrededor de 3.000 millones de euros —a petición de Ankara— para atender a los refugiados, según fuentes diplomáticas. Está por ver que los jefes de Estado y de Gobierno acepten esa cifra y el resto de ventajas que se brindan a Turquía.
La relación con Turquía centró la reunión que los líderes europeos mantuvieron anoche en Bruselas. El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, trasladó a los gobernantes un plan pactado con Turquía que los embajadores habían conocido unas horas antes, justo después de que el vicepresidente Frans Timmermans regresara de pactarlo desde Ankara. La principal novedad consiste en elevar a 3.000 millones de euros la cantidad que se concede a Turquía para ocuparse de los dos millones de refugiados sirios que acoge y que asegura le han supuesto un gasto de 7.000 millones. Fuentes comunitarias alertaron de que esa es la propuesta turca y que la cantidad final dependerá de los compromisos que asuman los Estados miembros.
Lo que obtuvo anoche la Comisión fue un mandato político de los países miembros para seguir negociando sobre esta base, aunque el diálogo se avecina lento y dificultoso. "Mantengo un optimismo cauto", sintetizó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. La canciller alemana, Angela Merkel, defendió la idea de prestar ayuda financiera a Turquía, aunque avisó: "Estamos en mitad del proceso. Hay mucho que hacer aún".
A cambio de ese dinero, Bruselas quiere que Turquía acepte quedarse con los refugiados y que controle sus costas para evitar salidas hacia Europa a un ritmo como el actual. Frontex ha registrado 710.000 entradas irregulares en la UE en lo que va de año, aunque las cifras presentan duplicidades porque algunos de los refugiados que entran por Grecia prosiguen su camino por los Balcanes y vuelven a ser contabilizados cuando llegan a Hungría.
Pero Turquía exige algo más que dinero. Lo primero, acelerar la liberalización de visados, prevista para 2017 y que podría adelantarse a 2016, aunque hay muchos Estados —Alemania entre ellos— con reticencias a ese gesto de confianza en los vecinos turcos. También está sobre la mesa avanzar en el proceso de adhesión de Turquía a la UE, prácticamente paralizado por las reticencias hacia el creciente autoritarismo de Turquía y su escasa convergencia con los principios europeos. Ankara quiere también celebrar cumbres bilaterales con la UE para avanzar en estos asuntos. Y la Comisión, que figure en la lista de países seguros a los que retornar a los migrantes que hayan salido de allí. Las medidas serán difíciles de pactar. "Con el pretexto de que Turquía nos ayude no podemos aceptar que haya liberalización de visados sin condiciones", alertó el presidente francés, François Hollande. "Todos estos asuntos presentan importantes problemas políticos", añadieron fuentes diplomáticas de otro de los grandes países comunitarios.
Calendario británico
Más allá de Turquía, los líderes discutieron sobre cómo reforzar las fronteras exteriores de la UE. Bruselas puso sobre la mesa su propuesta de crear un cuerpo europeo de guardacostas que emplee criterios comunes para vigilar la fortaleza Europa (de momento la marítima). Las conclusiones de la cumbre recogen el proyecto, aunque muchos países recelan porque creen que invade competencias nacionales.
Fuera del capítulo migratorio, Bruselas registró ayer avances en uno de los principales incendios políticos que tiene declarados. Se trata de la negociación entre Reino Unido y la UE previa al referéndum sobre la pertenencia o no al club comunitario que este país celebrará en 2017. El primer ministro británico, David Cameron, prometió por primera vez una propuesta escrita de sus demandas "a principios de noviembre para que pueda estudiarse en el próximo consejo europeo de diciembre".
Cameron, Hollande y Merkel se reunieron en los márgenes de la cumbre para forjar una posición común sobre Siria, un asunto que los líderes abordaron más tarde de manera conjunta.
Algunos gobernantes se enredaron en un capítulo que parecía sellado y que la presidencia del Consejo no preveía para esta cumbre. Alemania y Suecia insistieron en incluir en las conclusiones alguna referencia al mecanismo permanente de reparto de refugiados que la Comisión presentó hace unas semanas. Ese sistema supone convertir en estable y automática la redistribución de refugiados cada vez que haya una crisis, algo que suscita muchos recelos entre los Estados del Este. Este bloque manifestó su rechazo a incluirlo porque no quieren que el reparto de 160.000 asilados pactado en septiembre siente un precedente. El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, intervino también para rechazar esta referencia al mecanismo permanente, según fuentes conocedoras de la reunión de líderes. Finalmente hubo una referencia difusa a avanzar en "las propuestas de la Comisión", una coletilla cuyos defensores vinculan al mecanismo permanente, sin mencionarlo expresamente.
Lucía Abellán
Bruselas, El País
Bruselas está impaciente por cerrar un acuerdo con Turquía que permita contener los flujos de refugiados. Para allanar el camino, el Ejecutivo comunitario ha mejorado la oferta inicial que lanzó al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y está dispuesta a desembolsar alrededor de 3.000 millones de euros —a petición de Ankara— para atender a los refugiados, según fuentes diplomáticas. Está por ver que los jefes de Estado y de Gobierno acepten esa cifra y el resto de ventajas que se brindan a Turquía.
La relación con Turquía centró la reunión que los líderes europeos mantuvieron anoche en Bruselas. El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, trasladó a los gobernantes un plan pactado con Turquía que los embajadores habían conocido unas horas antes, justo después de que el vicepresidente Frans Timmermans regresara de pactarlo desde Ankara. La principal novedad consiste en elevar a 3.000 millones de euros la cantidad que se concede a Turquía para ocuparse de los dos millones de refugiados sirios que acoge y que asegura le han supuesto un gasto de 7.000 millones. Fuentes comunitarias alertaron de que esa es la propuesta turca y que la cantidad final dependerá de los compromisos que asuman los Estados miembros.
Lo que obtuvo anoche la Comisión fue un mandato político de los países miembros para seguir negociando sobre esta base, aunque el diálogo se avecina lento y dificultoso. "Mantengo un optimismo cauto", sintetizó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. La canciller alemana, Angela Merkel, defendió la idea de prestar ayuda financiera a Turquía, aunque avisó: "Estamos en mitad del proceso. Hay mucho que hacer aún".
A cambio de ese dinero, Bruselas quiere que Turquía acepte quedarse con los refugiados y que controle sus costas para evitar salidas hacia Europa a un ritmo como el actual. Frontex ha registrado 710.000 entradas irregulares en la UE en lo que va de año, aunque las cifras presentan duplicidades porque algunos de los refugiados que entran por Grecia prosiguen su camino por los Balcanes y vuelven a ser contabilizados cuando llegan a Hungría.
Pero Turquía exige algo más que dinero. Lo primero, acelerar la liberalización de visados, prevista para 2017 y que podría adelantarse a 2016, aunque hay muchos Estados —Alemania entre ellos— con reticencias a ese gesto de confianza en los vecinos turcos. También está sobre la mesa avanzar en el proceso de adhesión de Turquía a la UE, prácticamente paralizado por las reticencias hacia el creciente autoritarismo de Turquía y su escasa convergencia con los principios europeos. Ankara quiere también celebrar cumbres bilaterales con la UE para avanzar en estos asuntos. Y la Comisión, que figure en la lista de países seguros a los que retornar a los migrantes que hayan salido de allí. Las medidas serán difíciles de pactar. "Con el pretexto de que Turquía nos ayude no podemos aceptar que haya liberalización de visados sin condiciones", alertó el presidente francés, François Hollande. "Todos estos asuntos presentan importantes problemas políticos", añadieron fuentes diplomáticas de otro de los grandes países comunitarios.
Calendario británico
Más allá de Turquía, los líderes discutieron sobre cómo reforzar las fronteras exteriores de la UE. Bruselas puso sobre la mesa su propuesta de crear un cuerpo europeo de guardacostas que emplee criterios comunes para vigilar la fortaleza Europa (de momento la marítima). Las conclusiones de la cumbre recogen el proyecto, aunque muchos países recelan porque creen que invade competencias nacionales.
Fuera del capítulo migratorio, Bruselas registró ayer avances en uno de los principales incendios políticos que tiene declarados. Se trata de la negociación entre Reino Unido y la UE previa al referéndum sobre la pertenencia o no al club comunitario que este país celebrará en 2017. El primer ministro británico, David Cameron, prometió por primera vez una propuesta escrita de sus demandas "a principios de noviembre para que pueda estudiarse en el próximo consejo europeo de diciembre".
Cameron, Hollande y Merkel se reunieron en los márgenes de la cumbre para forjar una posición común sobre Siria, un asunto que los líderes abordaron más tarde de manera conjunta.
Algunos gobernantes se enredaron en un capítulo que parecía sellado y que la presidencia del Consejo no preveía para esta cumbre. Alemania y Suecia insistieron en incluir en las conclusiones alguna referencia al mecanismo permanente de reparto de refugiados que la Comisión presentó hace unas semanas. Ese sistema supone convertir en estable y automática la redistribución de refugiados cada vez que haya una crisis, algo que suscita muchos recelos entre los Estados del Este. Este bloque manifestó su rechazo a incluirlo porque no quieren que el reparto de 160.000 asilados pactado en septiembre siente un precedente. El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, intervino también para rechazar esta referencia al mecanismo permanente, según fuentes conocedoras de la reunión de líderes. Finalmente hubo una referencia difusa a avanzar en "las propuestas de la Comisión", una coletilla cuyos defensores vinculan al mecanismo permanente, sin mencionarlo expresamente.