Arabia Saudí y Turquía recelan de los ataques de Rusia en Siria
Riad ve la intervención de Moscú como un intento de salvar a Bachar el Asad
Ángeles Espinosa
Dubái, El País
Arabia Saudí ha pedido este jueves a Rusia que deje de bombardear Siria porque está causando bajas civiles sin alcanzar las posiciones del Estado Islámico (EI), según informa la prensa del reino. Las autoridades saudíes ven la intervención de Moscú como un intento de salvar a Bachar el Asad, cuyo liderazgo cuestionan desde 2011. A diferencia de otras protestas árabes, que condenaron, en el caso sirio la demografía hizo que los suníes (dos tercios de los sirios) coparan las manifestaciones y Riad, erigido en adalid del islam suní, les apoyó. El espaldarazo de Rusia a Damasco supone el fracaso de sus intentos de acercamiento a ese país a través de acuerdos energéticos.
“No hay futuro para El Asad en Siria, con todos nuestros respetos para los rusos y cualquier otro [que le apoye]”, ha declarado el ministro saudí de Exteriores, Adel al Jubeir, en los pasillos de la ONU. Se refería sin duda a Irán, cuyo apoyo al Gobierno de Damasco también critica Riad. Su embajador ante la ONU, Abdalá al Muallimi, ha cuestionado ante la Asamblea General la sinceridad de Moscú y Teherán en la lucha contra el EI “mientras apoyan al brutal régimen de El Asad y a sus aliados terroristas de grupos extranjeros como Hezbolá”.
La inusual dureza de la diplomacia saudí se enmarca en la rivalidad regional que Riad mantiene con la República Islámica, paladín del islam chií, y que se ha visto exacerbado ante la perspectiva de una reintegración internacional de ese país tras el acuerdo nuclear. Arabia Saudí teme el potencial desestabilizador de un Irán política y económicamente fuerte. Ambos se encuentran en lados opuestos no sólo en Siria, sino también en Yemen, Bahréin, Irak y Líbano.
Por su parte, el ministro de Exteriores turco, Feridun Sinirlioglu, ha expresado también su preocupación por los bombardeos rusos, informa Andrés Mourenza. “Esto incrementará la crisis en Siria cuando lo último que necesita Siria es un ambiente más caótico y trágico. Esta situación no sólo no solucionará los problemas a los que se enfrenta la población siria, sino que los incrementará”.
Ángeles Espinosa
Dubái, El País
Arabia Saudí ha pedido este jueves a Rusia que deje de bombardear Siria porque está causando bajas civiles sin alcanzar las posiciones del Estado Islámico (EI), según informa la prensa del reino. Las autoridades saudíes ven la intervención de Moscú como un intento de salvar a Bachar el Asad, cuyo liderazgo cuestionan desde 2011. A diferencia de otras protestas árabes, que condenaron, en el caso sirio la demografía hizo que los suníes (dos tercios de los sirios) coparan las manifestaciones y Riad, erigido en adalid del islam suní, les apoyó. El espaldarazo de Rusia a Damasco supone el fracaso de sus intentos de acercamiento a ese país a través de acuerdos energéticos.
“No hay futuro para El Asad en Siria, con todos nuestros respetos para los rusos y cualquier otro [que le apoye]”, ha declarado el ministro saudí de Exteriores, Adel al Jubeir, en los pasillos de la ONU. Se refería sin duda a Irán, cuyo apoyo al Gobierno de Damasco también critica Riad. Su embajador ante la ONU, Abdalá al Muallimi, ha cuestionado ante la Asamblea General la sinceridad de Moscú y Teherán en la lucha contra el EI “mientras apoyan al brutal régimen de El Asad y a sus aliados terroristas de grupos extranjeros como Hezbolá”.
La inusual dureza de la diplomacia saudí se enmarca en la rivalidad regional que Riad mantiene con la República Islámica, paladín del islam chií, y que se ha visto exacerbado ante la perspectiva de una reintegración internacional de ese país tras el acuerdo nuclear. Arabia Saudí teme el potencial desestabilizador de un Irán política y económicamente fuerte. Ambos se encuentran en lados opuestos no sólo en Siria, sino también en Yemen, Bahréin, Irak y Líbano.
Por su parte, el ministro de Exteriores turco, Feridun Sinirlioglu, ha expresado también su preocupación por los bombardeos rusos, informa Andrés Mourenza. “Esto incrementará la crisis en Siria cuando lo último que necesita Siria es un ambiente más caótico y trágico. Esta situación no sólo no solucionará los problemas a los que se enfrenta la población siria, sino que los incrementará”.