Alemania celebra como un éxito los 25 años de reunificación

La unión logró elevar el nivel de vida de los ciudadanos de la antigua RDA, pese a que las diferencias continúan

Luis Doncel
Berlín, El País
La élite política alemana festejará hoy en la ciudad de Fráncfort los 25 años de la reunificación de los dos países que llevaron el nombre de Alemania desde el final de la II Guerra Mundial hasta 1990. Un cuarto de siglo más tarde puede decirse que la absorción de la RDA por la RFA -algo que a finales de los ochenta estaba fuera del debate político y que cuando se llevó a cabo sufrió numerosas dudas y resistencias- ha sido un éxito.


Los 12.5 millones de habitantes de la antigua RDA se han acostumbrado a vivir en democracia. Y pese a que la equiparación total con sus hermanos del este muy lejos de conseguirse –los ingresos medios por habitante en el este son aún casi un 20% inferiores a los del oeste-, el nivel de vida de los ciudadanos orientales ha mejorado considerablemente. La tasa de paro se ha reducido a la mitad. Además, según comentaba esta semana a un grupo de periodistas extranjeros el historiador Heinrich August Winkler, la reunificación logró resolver de forma definitiva “la cuestión alemana” que durante tanto tiempo había ensangrentado Europa.

“No soy una ingenua. Sé que no hemos logrado aún la equiparación de sueldos y jubilaciones. Y sin embargo, tenemos mucho que festejar mañana", dijo el viernes en un debate parlamentario Iris Gleicke, la encargada del Gobierno para los cinco Estados que, junto con Berlín oriental, formaron hasta 1990 la experiencia alemana del socialismo.

El gran punto negro de la disolución de la RDA fue el costo que tuvo para muchos de sus ciudadanos, que perdieron el trabajo como consecuencia de la desindustrialización que sufrió la región. Desde 1991 hasta 2013, las zonas de la antigua Alemania socialista perdieron casi un 14% de su población. En los últimos tiempos este proceso se ha detenido. En la ciudad de Leipzig, por ejemplo, el año pasado hubo por primera vez más nacimientos que fallecimientos.

Las celebraciones del sábado se dividirán entre Berlín y Fráncfort. Esta ciudad, corazón financiero del país, acoge los actos oficiales este año, por un sistema de elección rotatorio, que coincide con el Estado al que le toca la presidencia del Bundesrat (Cámara Alta del Parlamento). El presidente federal, Joachim Gauck, la canciller, Angela Merkel, y otras altas autoridades llegarán a la Paulskirche, iglesia que tiene un fuerte simbolismo porque en 1848 y 1849 acogió al primer Parlamento elegido democráticamente en el país.

La celebración continuará con un servicio religioso en la catedral de San Bartolomé, al que seguirá un acto en la Opera Antigua. Entre los 1.500 invitados, estarán políticos como el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pero no los principales responsables del hecho que se conmemora: el antiguo canciller Helmut Kohl, el exlíder soviético Mijaíl Gorbachov y el expresidente de EE UU, George Bush. Mientras, en Berlín se festejarán el cuarto de siglo de la Alemania unida con un maratón de conciertos de música clásica, pop y folclórica alemana que comenzó el viernes y que durará hasta el domingo.

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