Alemania acelera la expulsión de migrantes económicos
El Parlamento alemán endurece las normas para el asilo de los refugiados
Luis Doncel
Berlín, El País
La presión sobre Angela Merkel crece. La canciller alemana ha respondido en la mañana del jueves al alud creciente de críticas que le llegan de sus propias filas por la gestión de la crisis de refugiados. Antes de verse en Bruselas con los líderes de la UE para abordar la crisis migratoria, Merkel ha tratado de infundir ánimos a los suyos con un discurso en el Bundestag (Cámara Baja del Parlamento) en el que ha apelado a la solidaridad europea para superar "la prueba histórica” que tiene por delante Alemania.
"Un cierre de fronteras en el siglo XXI, el de Internet, es una ilusión", ha respondido la canciller a los dirigentes y simpatizantes de su partido que le reclaman que cierre el grifo migratorio. Una muestra del malestar en la CDU es el creciente apoyo que ha cosechado una carta demoledora que reclama un cierre inmediato de fronteras. El documento ya ha sido firmado por 126 cargos medios -los que están más en contacto con las bases-, entre ellos 38 diputados regionales.
El vía crucis que Merkel arrastra en las últimas semanas continuó el martes con una reunión de su grupo parlamentario en la que tuvo que escuchar las mayores críticas que han salido de sus propias filas en su década en el poder. Según los testimonios de los asistentes, algunos diputados cuestionaron la capacidad de la canciller para seguir adelante con la misma política. Un diputado de la CSU aseguró que si el Gobierno no logra proteger sus fronteras contra la llegada masiva de inmigrantes, los ciudadanos acabarán eligiendo otro Gobierno.
Nuevas normas para solicitantes de asilo
El paquete de medidas aprobado ayer por el Bundestag con el apoyo de democristianos y socialdemócratas supone el mayor endurecimiento en las normas de asilo desde los años noventa. Los diputados de La Izquierda votaron en contra, y la mayoría de Los Verdes se abstuvo. Tras ser aprobado por el Gobierno el 29 de septiembre y obtener el visto bueno del Bundestag, deberá pasar hoy por el Bundesrat (Senado) para entrar en vigor el 1 de noviembre.
Kosovo, Albania y Montenegro, países seguros. Las solicitudes de asilo de los ciudadanos de estos países serán rechazadas por considerar que en sus países no hay persecución política ni guerra; a no ser que los solicitantes demuestren un motivo por el que sí tienen derecho al asilo.
Bienes en lugar de dinero. Hasta ahora, además de alojamiento, ropa y comida, los recién llegados reciben 143 euros al mes para transporte o tarjetas de teléfono. Con la nueva norma se sustituirá este dinero por bonos con los que obtener los bienes que necesiten. Se trata de desincentivar que llegue más gente para cobrar esa ayuda.
La situación no mejoró al día siguiente en un congreso que los democristianos celebraron en el este de Alemania, en el que Merkel tuvo que escuchar cómo le decían que una gran parte de la población alemana no puede escuchar más su famosa frase de ánimo “Lo vamos a lograr”. En la reunión se vio un cartel en el que se pedía "destronar" a la mujer que lo ha sido todo para la CDU en los últimos años.
Ni un minuto de descanso le ha ofrecido el líder de la CSU y jefe de Gobierno de Baviera, Horst Seehofer, que ha responsabilizado al Gobierno de Merkel de las dificultades que atraviesa el país. "Lo que la gente necesita ahora son hechos, no palabras cálidas y bonitas", ha dicho Seehofer, que pese a ser un teórico aliado de la canciller se ha convertido en estos días en su crítico más feroz. "Si no limitamos el volumen de inmigrantes, Alemania y Europa vamos a sufrir un fracaso grandioso", ha añadido desde el Parlamento regional.
Al cierre de fronteras, Merkel responde con una solución múltiple, que no es fácil y que requerirá tiempo, basada en la mejora de los trámites administrativos en Alemania para acoger a los refugiados, la solidaridad europea para repartir la carga de los recién llegados y tratar de atajar crisis como la de Siria, verdadera causa del flujo migratorio.
"Una Europa que, en un mundo globalizado, quiere asumir sus responsabilidades y que quiere afirmar sus intereses y sus valores, debe ser una Europa solidaria; cualquier otra cosa fracasará", dijo la canciller en medio de unos tímidos aplausos que salían de la bancada democristiana.
La Cámara baja aprueba el paquete de reformas
Tras el discurso de Merkel, el Bundestag aprobó el paquete de reformas de la legislación de asilo diseñado por el Gobierno para acelerar la tramitación de las solicitudes, agilizar las expulsiones y recortar determinadas prestaciones económicas. El proyecto fue respaldado por los democristianos y socialdemócratas que forman la gran coalición de Merkel.
La iniciativa dificulta que los ciudadanos de Albania, Kosovo y Montenegro sean reconocidos como refugiados al considerar que sus países son “seguros”. Además de impulsar este paque de medidas, Merkel ha cedido a la presión de sus socios bávaros de la CSU en otro asunto: la posibilidad de crear zonas de tránsito en la frontera donde alojar a los recién llegados que no tengan perspectivas de obtener la condición de asilado político. Sus socios de Gobierno socialdemócratas rechazan esta idea, que aún no ha sido aprobada.
En la solución de la crisis que imagina Merkel, Turquía desempeña un papel esencial. La visita que la canciller hará este fin de semana al presidente Recep Tayyip Erdogan ha despertado las críticas de la oposición, que la acusan de dar un apoyo inesperado al partido de Erdogan a solo dos semanas de las elecciones parlamentarias, y unos pocos días después de que el país sufriera un salvaje atentado terrorista que dejó cerca de un centenar de muertos. “La mayoría de los refugiados de guerra llegan a Europa a través de Turquía. No seremos capaces de ordenar los flujos migratorios si no colaboramos estrechamente con Turquía”, respondió la canciller.
Luis Doncel
Berlín, El País
La presión sobre Angela Merkel crece. La canciller alemana ha respondido en la mañana del jueves al alud creciente de críticas que le llegan de sus propias filas por la gestión de la crisis de refugiados. Antes de verse en Bruselas con los líderes de la UE para abordar la crisis migratoria, Merkel ha tratado de infundir ánimos a los suyos con un discurso en el Bundestag (Cámara Baja del Parlamento) en el que ha apelado a la solidaridad europea para superar "la prueba histórica” que tiene por delante Alemania.
"Un cierre de fronteras en el siglo XXI, el de Internet, es una ilusión", ha respondido la canciller a los dirigentes y simpatizantes de su partido que le reclaman que cierre el grifo migratorio. Una muestra del malestar en la CDU es el creciente apoyo que ha cosechado una carta demoledora que reclama un cierre inmediato de fronteras. El documento ya ha sido firmado por 126 cargos medios -los que están más en contacto con las bases-, entre ellos 38 diputados regionales.
El vía crucis que Merkel arrastra en las últimas semanas continuó el martes con una reunión de su grupo parlamentario en la que tuvo que escuchar las mayores críticas que han salido de sus propias filas en su década en el poder. Según los testimonios de los asistentes, algunos diputados cuestionaron la capacidad de la canciller para seguir adelante con la misma política. Un diputado de la CSU aseguró que si el Gobierno no logra proteger sus fronteras contra la llegada masiva de inmigrantes, los ciudadanos acabarán eligiendo otro Gobierno.
Nuevas normas para solicitantes de asilo
El paquete de medidas aprobado ayer por el Bundestag con el apoyo de democristianos y socialdemócratas supone el mayor endurecimiento en las normas de asilo desde los años noventa. Los diputados de La Izquierda votaron en contra, y la mayoría de Los Verdes se abstuvo. Tras ser aprobado por el Gobierno el 29 de septiembre y obtener el visto bueno del Bundestag, deberá pasar hoy por el Bundesrat (Senado) para entrar en vigor el 1 de noviembre.
Kosovo, Albania y Montenegro, países seguros. Las solicitudes de asilo de los ciudadanos de estos países serán rechazadas por considerar que en sus países no hay persecución política ni guerra; a no ser que los solicitantes demuestren un motivo por el que sí tienen derecho al asilo.
Bienes en lugar de dinero. Hasta ahora, además de alojamiento, ropa y comida, los recién llegados reciben 143 euros al mes para transporte o tarjetas de teléfono. Con la nueva norma se sustituirá este dinero por bonos con los que obtener los bienes que necesiten. Se trata de desincentivar que llegue más gente para cobrar esa ayuda.
La situación no mejoró al día siguiente en un congreso que los democristianos celebraron en el este de Alemania, en el que Merkel tuvo que escuchar cómo le decían que una gran parte de la población alemana no puede escuchar más su famosa frase de ánimo “Lo vamos a lograr”. En la reunión se vio un cartel en el que se pedía "destronar" a la mujer que lo ha sido todo para la CDU en los últimos años.
Ni un minuto de descanso le ha ofrecido el líder de la CSU y jefe de Gobierno de Baviera, Horst Seehofer, que ha responsabilizado al Gobierno de Merkel de las dificultades que atraviesa el país. "Lo que la gente necesita ahora son hechos, no palabras cálidas y bonitas", ha dicho Seehofer, que pese a ser un teórico aliado de la canciller se ha convertido en estos días en su crítico más feroz. "Si no limitamos el volumen de inmigrantes, Alemania y Europa vamos a sufrir un fracaso grandioso", ha añadido desde el Parlamento regional.
Al cierre de fronteras, Merkel responde con una solución múltiple, que no es fácil y que requerirá tiempo, basada en la mejora de los trámites administrativos en Alemania para acoger a los refugiados, la solidaridad europea para repartir la carga de los recién llegados y tratar de atajar crisis como la de Siria, verdadera causa del flujo migratorio.
"Una Europa que, en un mundo globalizado, quiere asumir sus responsabilidades y que quiere afirmar sus intereses y sus valores, debe ser una Europa solidaria; cualquier otra cosa fracasará", dijo la canciller en medio de unos tímidos aplausos que salían de la bancada democristiana.
La Cámara baja aprueba el paquete de reformas
Tras el discurso de Merkel, el Bundestag aprobó el paquete de reformas de la legislación de asilo diseñado por el Gobierno para acelerar la tramitación de las solicitudes, agilizar las expulsiones y recortar determinadas prestaciones económicas. El proyecto fue respaldado por los democristianos y socialdemócratas que forman la gran coalición de Merkel.
La iniciativa dificulta que los ciudadanos de Albania, Kosovo y Montenegro sean reconocidos como refugiados al considerar que sus países son “seguros”. Además de impulsar este paque de medidas, Merkel ha cedido a la presión de sus socios bávaros de la CSU en otro asunto: la posibilidad de crear zonas de tránsito en la frontera donde alojar a los recién llegados que no tengan perspectivas de obtener la condición de asilado político. Sus socios de Gobierno socialdemócratas rechazan esta idea, que aún no ha sido aprobada.
En la solución de la crisis que imagina Merkel, Turquía desempeña un papel esencial. La visita que la canciller hará este fin de semana al presidente Recep Tayyip Erdogan ha despertado las críticas de la oposición, que la acusan de dar un apoyo inesperado al partido de Erdogan a solo dos semanas de las elecciones parlamentarias, y unos pocos días después de que el país sufriera un salvaje atentado terrorista que dejó cerca de un centenar de muertos. “La mayoría de los refugiados de guerra llegan a Europa a través de Turquía. No seremos capaces de ordenar los flujos migratorios si no colaboramos estrechamente con Turquía”, respondió la canciller.