Al menos 12 muertos en una emboscada del ELN en Colombia
Tres soldados se encuentran heridos y al menos seis personas siguen desaparecidas tras un ataque a una delegación que custodiaba un centenar de votos de una comunidad indígena
Javier Lafuente
Bogotá, El País
Al menos 11 miembros del Ejército y un patrullero de la Policía han muerto este lunes por la mañana tras una emboscada del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla de Colombia, según ha confirmado el presidente Juan Manuel Santos. Además, tres soldados han resultado heridos y se encuentran desaparecidos dos soldados, un patrullero, dos delegados de la Registraduría y un guía indígena de la comunidad U'wa.
El ataque ocurrió mientras la delegación garantizaba la seguridad de los resultados electorales de una zona rural del departamento de Boyacá, en el centro nororiental del país. Los uniformados custodiaban 130 votos emitidos en dos mesas por ciudadanos de la jurisdicción de Bocotá, comunidad indígena U´wa del municipio de Güicán, a unos 200 kilómetros de Tunja, la capital de la región. El atentado se produce cinco días después de que nueve guerrilleros del ELN muriesen tras una operación militar en el departamento de Bolívar, al norte del país.
Nada más confirmar el suceso, el presidente Santos ordenó intensificar los operativos contra la guerrilla: "Es un hecho que demuestra que el ELN no ha entendido que es un tiempo de paz y no de guerra (...) Si el ELN cree que con estos actos va a ganar espacio político o fortalecerse en una eventual negociación, está totalmente equivocado".
El Gobierno y el ELN llevan desde mayo del año pasado dialogando para iniciar un proceso de paz como el que se desarrolla desde hace casi tres años en La Habana con la principal guerrilla del país, las FARC, y poner fin a un conflicto armado que ha dejado más de siete millones de víctimas.
El ataque se produjo un día después de las elecciones regionales, unos comicios que el presidente Santos había destacado por la ausencia de violencia. "Las elecciones de hoy fueron las más pacíficas y las menos violentas en décadas y son un anticipo de lo que podemos lograr si alcanzamos la paz", había dicho el domingo el mandatario colombiano. No obstante, antes de los comicios, diversas organizaciones habían advertido de que, pese al descenso de las muertes durante la campaña, crecía el número de amenazas.
El ELN nació en 1964, casi a la par que las FARC, con una ideología que mezcla cristianismo, marxismo y nacionalismo radical. La extorsión y los secuestros, que se cuentan por miles, han sido su fuente de financiación principal, aunque en los últimos años los vínculos con el narcotráfico han ido a más.
Mientras los Gobiernos de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos se centraban en acabar con las FARC, el ELN, que sufrió sus mayores golpes entre 1995 y 2002, ha recrudecido su actividad. En la actualidad se calcula que tiene unos 2.000 miembros y fuerte apoyo en algunas zonas del país, como Arauca, donde la base social se cifra en torno a unas 40.000 personas. Según datos del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC), de 49 ataques en 2010 se ha pasado a 194 el pasado año, la mayoría contra infraestructuras, aunque entre 2012 y 2013 se triplicaron los atentados contra la fuerza pública. Solo en junio, la guerrilla se atribuye haber derribado un Black Hawk del Ejército, que provocó la muerte de cuatro militares, aunque el Gobierno asegura que el helicóptero explotó al aterrizar y entrar en contacto con unas minas.
Javier Lafuente
Bogotá, El País
Al menos 11 miembros del Ejército y un patrullero de la Policía han muerto este lunes por la mañana tras una emboscada del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla de Colombia, según ha confirmado el presidente Juan Manuel Santos. Además, tres soldados han resultado heridos y se encuentran desaparecidos dos soldados, un patrullero, dos delegados de la Registraduría y un guía indígena de la comunidad U'wa.
El ataque ocurrió mientras la delegación garantizaba la seguridad de los resultados electorales de una zona rural del departamento de Boyacá, en el centro nororiental del país. Los uniformados custodiaban 130 votos emitidos en dos mesas por ciudadanos de la jurisdicción de Bocotá, comunidad indígena U´wa del municipio de Güicán, a unos 200 kilómetros de Tunja, la capital de la región. El atentado se produce cinco días después de que nueve guerrilleros del ELN muriesen tras una operación militar en el departamento de Bolívar, al norte del país.
Nada más confirmar el suceso, el presidente Santos ordenó intensificar los operativos contra la guerrilla: "Es un hecho que demuestra que el ELN no ha entendido que es un tiempo de paz y no de guerra (...) Si el ELN cree que con estos actos va a ganar espacio político o fortalecerse en una eventual negociación, está totalmente equivocado".
El Gobierno y el ELN llevan desde mayo del año pasado dialogando para iniciar un proceso de paz como el que se desarrolla desde hace casi tres años en La Habana con la principal guerrilla del país, las FARC, y poner fin a un conflicto armado que ha dejado más de siete millones de víctimas.
El ataque se produjo un día después de las elecciones regionales, unos comicios que el presidente Santos había destacado por la ausencia de violencia. "Las elecciones de hoy fueron las más pacíficas y las menos violentas en décadas y son un anticipo de lo que podemos lograr si alcanzamos la paz", había dicho el domingo el mandatario colombiano. No obstante, antes de los comicios, diversas organizaciones habían advertido de que, pese al descenso de las muertes durante la campaña, crecía el número de amenazas.
El ELN nació en 1964, casi a la par que las FARC, con una ideología que mezcla cristianismo, marxismo y nacionalismo radical. La extorsión y los secuestros, que se cuentan por miles, han sido su fuente de financiación principal, aunque en los últimos años los vínculos con el narcotráfico han ido a más.
Mientras los Gobiernos de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos se centraban en acabar con las FARC, el ELN, que sufrió sus mayores golpes entre 1995 y 2002, ha recrudecido su actividad. En la actualidad se calcula que tiene unos 2.000 miembros y fuerte apoyo en algunas zonas del país, como Arauca, donde la base social se cifra en torno a unas 40.000 personas. Según datos del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC), de 49 ataques en 2010 se ha pasado a 194 el pasado año, la mayoría contra infraestructuras, aunque entre 2012 y 2013 se triplicaron los atentados contra la fuerza pública. Solo en junio, la guerrilla se atribuye haber derribado un Black Hawk del Ejército, que provocó la muerte de cuatro militares, aunque el Gobierno asegura que el helicóptero explotó al aterrizar y entrar en contacto con unas minas.