Valencia venció en campo del Lyon y se acomoda
Lyon, As
Pues sí, al Valencia no se le ha olvidado jugar. Lo demostró en Lyon. En el vetusto Gerland los de Nuno ofrecieron su mejor versión del año. Más vale tarde que nunca. Era una noche para definirse en la Champions y también como equipo tras un arranque de curso a trompicones e hizo ambas cosas. Parece que ya ve la luz. Por sensaciones y en la clasificación. Se coloca segundo en el Grupo H, por detrás del Zenit, y en el horizonte europeo dos partidos consecutivos ante el Gante.
El Valencia jugó con personalidad, con oficio, con sus señas de identidad: solidaridad, presión y velocidad. A partir de ahí que nadie piense que el Valencia va a ganar sus partidos con la gorra, y menos en Champions. En este partido, desde luego, no lo hizo y quizás nunca lo haga. Sufrió, aunque en líneas generales fue mejor. Lo mereció.
Se impuso en cada parcela del campo a los de Fournier. Al menos así fue durante los primeros 45 minutos, en los que el protagonismo lo compartió el gol de Feghouli con los palos. Hasta cuatro veces golpeó el balón en ellos. Dos por cada bando. Por este orden, Valbuena (tras paradón de Jaume), Abdennour, Feghouli y Lacazette. Empate a palos al margen, los de Nuno en defensa ataron en corto a Lacazette. Al menos ‘todo lo en corto’ que se puede contener a un delantero de su potencial; en la medular el trivote ché se impuso al rombo francés; y en ataque tuvo las ideas más claras, dejando las bandas para los laterales y su tridente tratando de romper por dentro. Y por ahí puso Feghouli la definición, con un potente disparo desde la frontal tras acción pilla de Negredo y buena transición de Piatti.
Cierto es que tras el descanso el Valencia se amontonó en exceso alrededor de Jaume. Eso hizo que el Lyon y toda su afición creyeran en el empate. Pero más por acoso que por ocasiones. Los de Fournier delegaron en su lateral Jallet y en un viejo rockero como Valbuena sus opciones. Pero ni la lesión de Abdennour hizo que el Valencia perdiera el sitio y menos la concentración. Incluso hubo fases en las que a la contra parecía que los de Nuno pondrían la puntilla al Lyon, aunque tantos eran los metros que tenían que recorrer los Piatti, Feghouli, Negredo o Rodrigo que llegaban sin fuerzas al área de Lopes. Pero el que estuvo a tope de todo hasta el final fue Jaume. Lo de este chico está claro que no es flor de un día. En el descuento realizó dos intervenciones de las que él celebra como un delantero un gol. Y hace bien. Él también da puntos. En Lyon los dio.
Pues sí, al Valencia no se le ha olvidado jugar. Lo demostró en Lyon. En el vetusto Gerland los de Nuno ofrecieron su mejor versión del año. Más vale tarde que nunca. Era una noche para definirse en la Champions y también como equipo tras un arranque de curso a trompicones e hizo ambas cosas. Parece que ya ve la luz. Por sensaciones y en la clasificación. Se coloca segundo en el Grupo H, por detrás del Zenit, y en el horizonte europeo dos partidos consecutivos ante el Gante.
El Valencia jugó con personalidad, con oficio, con sus señas de identidad: solidaridad, presión y velocidad. A partir de ahí que nadie piense que el Valencia va a ganar sus partidos con la gorra, y menos en Champions. En este partido, desde luego, no lo hizo y quizás nunca lo haga. Sufrió, aunque en líneas generales fue mejor. Lo mereció.
Se impuso en cada parcela del campo a los de Fournier. Al menos así fue durante los primeros 45 minutos, en los que el protagonismo lo compartió el gol de Feghouli con los palos. Hasta cuatro veces golpeó el balón en ellos. Dos por cada bando. Por este orden, Valbuena (tras paradón de Jaume), Abdennour, Feghouli y Lacazette. Empate a palos al margen, los de Nuno en defensa ataron en corto a Lacazette. Al menos ‘todo lo en corto’ que se puede contener a un delantero de su potencial; en la medular el trivote ché se impuso al rombo francés; y en ataque tuvo las ideas más claras, dejando las bandas para los laterales y su tridente tratando de romper por dentro. Y por ahí puso Feghouli la definición, con un potente disparo desde la frontal tras acción pilla de Negredo y buena transición de Piatti.
Cierto es que tras el descanso el Valencia se amontonó en exceso alrededor de Jaume. Eso hizo que el Lyon y toda su afición creyeran en el empate. Pero más por acoso que por ocasiones. Los de Fournier delegaron en su lateral Jallet y en un viejo rockero como Valbuena sus opciones. Pero ni la lesión de Abdennour hizo que el Valencia perdiera el sitio y menos la concentración. Incluso hubo fases en las que a la contra parecía que los de Nuno pondrían la puntilla al Lyon, aunque tantos eran los metros que tenían que recorrer los Piatti, Feghouli, Negredo o Rodrigo que llegaban sin fuerzas al área de Lopes. Pero el que estuvo a tope de todo hasta el final fue Jaume. Lo de este chico está claro que no es flor de un día. En el descuento realizó dos intervenciones de las que él celebra como un delantero un gol. Y hace bien. Él también da puntos. En Lyon los dio.