Syriza vuelve a ganar las elecciones en Grecia con una amplia ventaja
El partido izquierdista logra el 35,5% de los votos según el recuento del 90%
María Antonia Sánchez-Vallejo
Atenas, El País
Alexis Tsipras y su formación, Syriza, lograron ayer una clara victoria en las elecciones anticipadas convocadas en Grecia después de la firma del tercer rescate con los acreedores europeos y la ruptura del partido. La formación izquierdista, que logró una clara mayoría con más del 70% de los votos escrutados, reeditará su coalición de Gobierno con la derecha nacionalista de Griegos Independientes (ANEL). El partido de Alexis Tsipras logra el 35,5% de los votos (145 escaños), mientras los conservadores de Nueva Democracia se situaban en torno al 28%. La ultraderecha revalidó su tercer puesto con un leve aumento de apoyos, mientras quedó fuera del Parlamento Unidad Popular, la escisión de Syriza tras la firma del rescate.
En sus primeras palabras tras conocerse el resultado, el líder izquierdista agradeció a los ciudadanos que le hayan dado un mandato claro “para cuatro años” y afirmó que las elecciones celebradas ayer lanzan el claro mensaje a Europa de que “Grecia es sinónimo de lucha y dignidad”. “Dimos una batalla difícil y estoy muy contento porque el pueblo nos dio un mandato claro para seguir luchando en el interior y el exterior”, dijo el político a sus partidarios, reunidos en una céntrica plaza de Atenas en un ambiente de euforia que constataba que Syriza había recuperado la ilusión. A la celebración se sumó el líder de ANEL, Panos Kamenos, que se fundió en un abrazo con Tsipras.
Una intención de voto volátil e indecisa hasta el último minuto definió, junto con el bajo porcentaje de participación (el 53,4%), unos comicios de los que la ciudadanía no esperaba nada nuevo, ya que el próximo Gobierno estará maniatado por las duras condiciones del nuevo rescate. Frente a los fallidos pronósticos durante la campaña electoral de coaliciones diversas, se reeditará por tanto el pacto Syriza-ANEL que gobernó Grecia de enero a agosto, en unas elecciones que, más que Syriza, ganó Alexis Tsipras.
“Es indudablemente una victoria personal de Tsipras, sus apelaciones a la lucha ante Europa y su ejercicio de honestidad, asumiendo errores durante estos meses, han inclinado la balanza a su favor. Si alguien sale fortalecido de estas elecciones, es él”, analiza Ilias Yoryadis, sociólogo filo-Syriza. “También podría interpretarse que los griegos prefieren un rescate aplicado por un izquierdista a su ejecución por la derecha”.
Syriza no sólo vuelve al poder, también recupera la autoestima, y de qué manera, tras el cisma vivido en sus filas tras el referéndum y la aprobación del tercer rescate, y se dispone a gobernar por segunda vez en un año, con renovado y claro mandato, el mantra más repetido por Tsipras en los actos de campaña.
Fuentes del partido confirmaron que la formación del Ejecutivo se cerrará antes del miércoles, y el propio Tsipras mantuvo un primer contacto telefónico con Kamenos, con el escenario de una mayoría parlamentaria de 155 escaños (sólo siete menos que en enero). Por contradictoria que pueda parecer una coalición entre la izquierda y la derecha soberanista, Yorgos Vasiliadis, miembro de la Ejecutiva de Syriza y secretario de Estado contra la Corrupción, señalaba tras conocer los resultados: “Con ANEL tenemos un gran nivel de entendimiento y, aunque disentimos en algunas cosas, hay diálogo y ánimo de colaboración. Este Gobierno tendrá margen de maniobra para mejorar algunos aspectos del rescate, como por ejemplo la cesión de los 14 aeropuertos regionales”, añadía.
En efecto, como en enero, ANEL es el único socio capaz de hablar el mismo lenguaje antiausteridad que Syriza y su entendimiento en temas económicos es prácticamente total. Sin embargo, la coyuntura ha cambiado y ahora Grecia vive una dramática crisis de refugiados que podría complicar el diálogo entre los socios, ya que a ambos les separan notables diferencias de criterio en política migratoria. El partido de Kamenos defiende mayor mano dura frente a la inmigración irregular.
Los pronósticos demoscópicos, pues, no se cumplieron, en un día de verano que pareció alejar a los votantes de los colegios electorales hacia las playas. Aunque la participación se resintió con respecto a enero —casi 10 puntos menos— no fueron el sol y el calor los que restaron afluencia a los colegios, sino el cansancio entre los votantes tras tres convocatorias electorales prácticamente seguidas (generales en enero, referéndum en julio y los comicios de ayer). También influyó notablemente la decepción entre algunos votantes de Syriza tras el giro dado por Tsipras en julio. Fueron precisamente estos descontentos los que auparon a Syriza hasta una victoria casi absoluta; la expectativa de voto del partido experimentó una progresión aritmética en los tres últimos días. Además, el 19,3% de los votantes decidieron ayer mismo su papeleta (el 25%, entre los que apoyaron a ANEL).
La escisión que se produjo en el partido de Tsipras tras la firma del tercer rescate dio lugar a una nueva formación, Unidad Popular, cuyo líder Panayiotis Lafazanis, reconoció el mal resultado de su formación, que se queda fuera del Parlamento. Han “perdido la batalla, pero no la guerra”, dijo el exministro. “Nos enfrentamos a partir de mañana al Armagedón del memorándum”, dijo en referencia al tercer rescate.
En el resto de la tabla destaca la consolidación en el tercer puesto —constitucionalmente muy importante en Grecia— de los neonazis de Aurora Dorada, con dos diputados más que en enero; el leve repunte del Pasok, en listas conjuntas con el centroizquierdista Dimar; y la sorpresa que supone la irrupción en el Parlamento de la Unión de Centristas de Vasilis Levendis.
En estos tres factores las encuestas acertaron de pleno, aunque nadie se atreve a predecir cuál pueda ser el comportamiento en la Cámara de la última formación, ejemplo claro de antipolítica basura, con una lista de candidatos en la que aparecen seis familiares directos del líder y otros más sin experiencia política alguna. Levendis fue el único líder que se presentó en el centro de prensa internacional, para disfrutar de su momento de gloria. Llevaba intentando entrar en el Parlamento desde 1992, cuando fundó el partido.
María Antonia Sánchez-Vallejo
Atenas, El País
Alexis Tsipras y su formación, Syriza, lograron ayer una clara victoria en las elecciones anticipadas convocadas en Grecia después de la firma del tercer rescate con los acreedores europeos y la ruptura del partido. La formación izquierdista, que logró una clara mayoría con más del 70% de los votos escrutados, reeditará su coalición de Gobierno con la derecha nacionalista de Griegos Independientes (ANEL). El partido de Alexis Tsipras logra el 35,5% de los votos (145 escaños), mientras los conservadores de Nueva Democracia se situaban en torno al 28%. La ultraderecha revalidó su tercer puesto con un leve aumento de apoyos, mientras quedó fuera del Parlamento Unidad Popular, la escisión de Syriza tras la firma del rescate.
En sus primeras palabras tras conocerse el resultado, el líder izquierdista agradeció a los ciudadanos que le hayan dado un mandato claro “para cuatro años” y afirmó que las elecciones celebradas ayer lanzan el claro mensaje a Europa de que “Grecia es sinónimo de lucha y dignidad”. “Dimos una batalla difícil y estoy muy contento porque el pueblo nos dio un mandato claro para seguir luchando en el interior y el exterior”, dijo el político a sus partidarios, reunidos en una céntrica plaza de Atenas en un ambiente de euforia que constataba que Syriza había recuperado la ilusión. A la celebración se sumó el líder de ANEL, Panos Kamenos, que se fundió en un abrazo con Tsipras.
Una intención de voto volátil e indecisa hasta el último minuto definió, junto con el bajo porcentaje de participación (el 53,4%), unos comicios de los que la ciudadanía no esperaba nada nuevo, ya que el próximo Gobierno estará maniatado por las duras condiciones del nuevo rescate. Frente a los fallidos pronósticos durante la campaña electoral de coaliciones diversas, se reeditará por tanto el pacto Syriza-ANEL que gobernó Grecia de enero a agosto, en unas elecciones que, más que Syriza, ganó Alexis Tsipras.
“Es indudablemente una victoria personal de Tsipras, sus apelaciones a la lucha ante Europa y su ejercicio de honestidad, asumiendo errores durante estos meses, han inclinado la balanza a su favor. Si alguien sale fortalecido de estas elecciones, es él”, analiza Ilias Yoryadis, sociólogo filo-Syriza. “También podría interpretarse que los griegos prefieren un rescate aplicado por un izquierdista a su ejecución por la derecha”.
Syriza no sólo vuelve al poder, también recupera la autoestima, y de qué manera, tras el cisma vivido en sus filas tras el referéndum y la aprobación del tercer rescate, y se dispone a gobernar por segunda vez en un año, con renovado y claro mandato, el mantra más repetido por Tsipras en los actos de campaña.
Fuentes del partido confirmaron que la formación del Ejecutivo se cerrará antes del miércoles, y el propio Tsipras mantuvo un primer contacto telefónico con Kamenos, con el escenario de una mayoría parlamentaria de 155 escaños (sólo siete menos que en enero). Por contradictoria que pueda parecer una coalición entre la izquierda y la derecha soberanista, Yorgos Vasiliadis, miembro de la Ejecutiva de Syriza y secretario de Estado contra la Corrupción, señalaba tras conocer los resultados: “Con ANEL tenemos un gran nivel de entendimiento y, aunque disentimos en algunas cosas, hay diálogo y ánimo de colaboración. Este Gobierno tendrá margen de maniobra para mejorar algunos aspectos del rescate, como por ejemplo la cesión de los 14 aeropuertos regionales”, añadía.
En efecto, como en enero, ANEL es el único socio capaz de hablar el mismo lenguaje antiausteridad que Syriza y su entendimiento en temas económicos es prácticamente total. Sin embargo, la coyuntura ha cambiado y ahora Grecia vive una dramática crisis de refugiados que podría complicar el diálogo entre los socios, ya que a ambos les separan notables diferencias de criterio en política migratoria. El partido de Kamenos defiende mayor mano dura frente a la inmigración irregular.
Los pronósticos demoscópicos, pues, no se cumplieron, en un día de verano que pareció alejar a los votantes de los colegios electorales hacia las playas. Aunque la participación se resintió con respecto a enero —casi 10 puntos menos— no fueron el sol y el calor los que restaron afluencia a los colegios, sino el cansancio entre los votantes tras tres convocatorias electorales prácticamente seguidas (generales en enero, referéndum en julio y los comicios de ayer). También influyó notablemente la decepción entre algunos votantes de Syriza tras el giro dado por Tsipras en julio. Fueron precisamente estos descontentos los que auparon a Syriza hasta una victoria casi absoluta; la expectativa de voto del partido experimentó una progresión aritmética en los tres últimos días. Además, el 19,3% de los votantes decidieron ayer mismo su papeleta (el 25%, entre los que apoyaron a ANEL).
La escisión que se produjo en el partido de Tsipras tras la firma del tercer rescate dio lugar a una nueva formación, Unidad Popular, cuyo líder Panayiotis Lafazanis, reconoció el mal resultado de su formación, que se queda fuera del Parlamento. Han “perdido la batalla, pero no la guerra”, dijo el exministro. “Nos enfrentamos a partir de mañana al Armagedón del memorándum”, dijo en referencia al tercer rescate.
En el resto de la tabla destaca la consolidación en el tercer puesto —constitucionalmente muy importante en Grecia— de los neonazis de Aurora Dorada, con dos diputados más que en enero; el leve repunte del Pasok, en listas conjuntas con el centroizquierdista Dimar; y la sorpresa que supone la irrupción en el Parlamento de la Unión de Centristas de Vasilis Levendis.
En estos tres factores las encuestas acertaron de pleno, aunque nadie se atreve a predecir cuál pueda ser el comportamiento en la Cámara de la última formación, ejemplo claro de antipolítica basura, con una lista de candidatos en la que aparecen seis familiares directos del líder y otros más sin experiencia política alguna. Levendis fue el único líder que se presentó en el centro de prensa internacional, para disfrutar de su momento de gloria. Llevaba intentando entrar en el Parlamento desde 1992, cuando fundó el partido.