Rusia 2018: mil días para un Mundial que está bajo sospecha

Madrid, AS
La Plaza Roja de Moscú será desde hoy el epicentro del Mundial 2018. Allí se dará este mediodía el pistoletazo de salida hacia un torneo para el que justo quedan 1.000 días. No es un Mundial más. No. Es el primero de los dos que más suspicacias han generado en la historia, los de Rusia en 2018 y Qatar en 2022. Los supuestos sobornos con los que ambos países lograron el beneplácito para albergarlos han levantado las alfombras de la mismísima FIFA.
La investigación abierta por el FBI ya se cobró los primeros directivos detenidos en Zúrich y la fiscal de EE UU, Loretta Lynch, en colaboración con la justicia suiza, asegura que habrá más. Ayer mismo la FIFA apartó a su secretario general, Jerome Valcke.


Las posturas de defensores y críticos con respecto a Rusia 2018 han generado una confrontación incluso política. Blatter y Putin, que mantienen una estrecha relación y se comunican en alemán, aguantan los embistes del mundo anglosajón, liderado por el triunvirato Obama-Cameron-Merkel. El presidente ruso está convencido de que el fin último de estos es quitarle a Rusia la organización del Mundial. Varios senadores demócratas y republicanos estadounidenses pidieron por escrito que así sea y la FA inglesa asegura estar lista como posible alternativa.

Acto. Para iniciar la cuenta atrás de 1.000 días, el comité organizador ha preparado una serie de festejos que discurrirán por las ciudades más importantes de Rusia. Moscú será el eje neurálgico. En la Plaza Roja se instalará el Parque del Fútbol, un pabellón interactivo en el que moscovitas y visitantes conocerán de manera virtual y física los secretos de un torneo para el que ya faltan menos de tres años.

También se disputará un cuadrangular de fútbol-6 en categoría Sub-16, en el que participará España. A todos estos actos acudirán ilustres exjugadores invitados como Fernando Hierro, Matthäus, Zambrotta o Smertin, además de los internacionales rusos actuales Akinfeev, Gabulov, Kokorin y Kerzhakov.

El momento culmen de la gala se vivirá a escasos metros de allí, en la Plaza Manezhnaya, donde se activará el reloj que dé inicio a la cuenta atrás. Además de en las once sedes, habrá eventos en otras 22 ciudades de toda Rusia. El Mundial de 2018 asoma acuciado por problemas financieros y judiciales. Quedan 1.000 días para que ruede el balón y prometen ser intensos. La FIFA de hoy y la de entonces quizá tengan poco que ver.

En cifras 

 

9.119 es el presupuesto actual para la remodelación y construcción de estadios para el Mundial. El gobierno ruso lo rebajó un 10% respecto al previsto. Todos serán nuevos excepto tres.
100.000 habitaciones hoteleras estarán disponibles, de las que Moscú, con 27.000, es la que más oferta tiene. El 63% pertenece a hoteles de tres estrellas.
3.141.000 de entradas serán distribuidas para los partidos del Mundial. La organización ya ha confirmado que algunos estadios verán reducida su capacidad.
El sorteo de la fase de clasificación emparejó a España con Italia, Albania, Israel, Macedonia y Liechtenstein. El primero va directo al Mundial; el segundo, repesca. La fase empieza en septiembre de 2016.
81.000 espectadores tendrá el Luznhiki en el Mundial. Acogerá el partido inaugural y la final. Está siendo sometido a remodelación hasta dejarlo como pide la FIFA.
3.140 kilómetros es la distancia que hay entre Ekaterimburgo y Kaliningrado, las dos sedes más alejadas de cuantas componen el Mundial. Ekaterimburgo está alejada de todas.