Pesadilla en Mercedes
Las cosas no rodaron bien para Mercedes en Singapur, y en esta ocasión los problemas de los primeros entrenamientos no eran una triquiñuela, un modo de jugar al despiste. Rosberg y Hamilton sufrieron y, aunque en principio se habló de los Pirelli como la causa del bajón, nada se ha aclarado.
Nira Juanco, As
Mercedes: el lobo vino de verdad. Lo de las flechas de plata en Singapur fue una pesadilla para no dormir desde el primer día. Y encima, todos les criticamos pensando que sus caras de agobio durante las sesiones de entrenamiento era una triquiñuela más de las suyas. Que estaban ocultando su verdadero potencial para llegar a la clasificación y la carrera y arrasar como siempre. Pero no, esta vez el lobo vino de verdad y se comió las ovejas de Pedro. ¿Se acuerdan de esta historia?
Problemas para Rosberg y Hamilton. El calor de la noche de Singapur parece haber sido el lobo de Mercedes. No tenían grip, carecían de tracción, no podían hacer funcionar los neumáticos... Y su gran aliado, la potencia, de poco le sirvió en las calles de la ciudad asiática. Rosberg empezó a sufrir ya en la vuelta de instalación cuando su motor se paró un par de veces. La pesadilla de Hamilton llegó en plena carrera. De repente, cuando él seguía soñando con la victoria, su coche empezó a rodar como si tuviera activado el limitador de velocidad en pit lane (según sus propias palabras). Empezaron a pasarle todos, ¡incluidos los Manor! ¿Puede haber peor sueño? Sí, abandonar por primera vez en la temporada y perder algo de ventaja en el mundial. Y sucedió.
Pérdida de dos segundos y medio. En medio de la iluminada noche de Singapur, se vislumbraban las caras pálidas de los integrantes del muro de Mercedes. Porque si ya es una pesadilla perder de la noche a la mañana dos segundos y medio con respecto al último gran premio (Italia), lo que ya es para gritar de terror es no saber por qué.
A vueltas con los neumáticos Pirelli. Aún no hay respuesta a lo sucedido. El pobre Sr. Wolff, que debió quedar algo tocado tras el terrorífico espectáculo, llegó a considerar incluso alguna de las teorías de la conspiración que circulaban a toda velocidad por el paddock y por las redes sociales: que si las nuevas recomendaciones de seguridad de Pirelli se habían hecho para perjudicar a Mercedes; que si les habían suministrado diferentes compuestos de neumáticos que al resto y por eso no podían hacerlos funcionar... Artimañas para igualar el campeonato.
Algo inesperado para Ferrari. Teorías de la conspiración que tantas veces ha habido en la Fórmula 1 y que carecen de fundamento. Como toda esta debacle de Mercedes, para ser sinceros. Porque si le llegan a contar a Ferrari que arrasaría en Singapur como si del todo poderoso W06 se tratara, las carcajadas hubiesen sido sonoras.
Esperando que Japón arroje luz. Pero la noche confunde. Y ahora la Fórmula 1 viaja a la tierra del sol naciente, a Japón, este fin de semana, sin tiempo para el descanso. SOL. Eso es lo que necesita Mercedes. Dejar la oscuridad y acercarse de nuevo a la LUZ.
Nira Juanco, As
Mercedes: el lobo vino de verdad. Lo de las flechas de plata en Singapur fue una pesadilla para no dormir desde el primer día. Y encima, todos les criticamos pensando que sus caras de agobio durante las sesiones de entrenamiento era una triquiñuela más de las suyas. Que estaban ocultando su verdadero potencial para llegar a la clasificación y la carrera y arrasar como siempre. Pero no, esta vez el lobo vino de verdad y se comió las ovejas de Pedro. ¿Se acuerdan de esta historia?
Problemas para Rosberg y Hamilton. El calor de la noche de Singapur parece haber sido el lobo de Mercedes. No tenían grip, carecían de tracción, no podían hacer funcionar los neumáticos... Y su gran aliado, la potencia, de poco le sirvió en las calles de la ciudad asiática. Rosberg empezó a sufrir ya en la vuelta de instalación cuando su motor se paró un par de veces. La pesadilla de Hamilton llegó en plena carrera. De repente, cuando él seguía soñando con la victoria, su coche empezó a rodar como si tuviera activado el limitador de velocidad en pit lane (según sus propias palabras). Empezaron a pasarle todos, ¡incluidos los Manor! ¿Puede haber peor sueño? Sí, abandonar por primera vez en la temporada y perder algo de ventaja en el mundial. Y sucedió.
Pérdida de dos segundos y medio. En medio de la iluminada noche de Singapur, se vislumbraban las caras pálidas de los integrantes del muro de Mercedes. Porque si ya es una pesadilla perder de la noche a la mañana dos segundos y medio con respecto al último gran premio (Italia), lo que ya es para gritar de terror es no saber por qué.
A vueltas con los neumáticos Pirelli. Aún no hay respuesta a lo sucedido. El pobre Sr. Wolff, que debió quedar algo tocado tras el terrorífico espectáculo, llegó a considerar incluso alguna de las teorías de la conspiración que circulaban a toda velocidad por el paddock y por las redes sociales: que si las nuevas recomendaciones de seguridad de Pirelli se habían hecho para perjudicar a Mercedes; que si les habían suministrado diferentes compuestos de neumáticos que al resto y por eso no podían hacerlos funcionar... Artimañas para igualar el campeonato.
Algo inesperado para Ferrari. Teorías de la conspiración que tantas veces ha habido en la Fórmula 1 y que carecen de fundamento. Como toda esta debacle de Mercedes, para ser sinceros. Porque si le llegan a contar a Ferrari que arrasaría en Singapur como si del todo poderoso W06 se tratara, las carcajadas hubiesen sido sonoras.
Esperando que Japón arroje luz. Pero la noche confunde. Y ahora la Fórmula 1 viaja a la tierra del sol naciente, a Japón, este fin de semana, sin tiempo para el descanso. SOL. Eso es lo que necesita Mercedes. Dejar la oscuridad y acercarse de nuevo a la LUZ.