Perdón de la Iglesia a las mujeres que abortaron: ¿cambio profundo o retoque estético?

Ciudad del Vaticano, BBC
Para muchas mujeres católicas que se vieron en algún momento de sus vidas ante la difícil decisión de interrumpir un embarazo, el anuncio del papa Francisco de ofrecer un permiso temporal para que los sacerdotes puedan absolver del “pecado de aborto” probablemente será un alivio.
El perdón será concedido a las mujeres que abortaron y a los profesionales que participaron en la interrupción de un embarazo que estén “arrepentidos de corazón” y se hará exclusivamente durante el Jubileo de la Misericordia o Año Santo, entre el 8 de diciembre próximo y el 20 de noviembre de 2016.


La iglesia no ha cambiado su posición contraria al aborto.
Si bien no es algo nuevo –hasta ahora quienes se arrepentían de haber abortado podían solicitar la absolución a los obispos a través de los sacerdotes– lo cierto es que la oferta papal flexibiliza el perdón de esta doctrina considerada un “pecado grave” por la Iglesia católica que conlleva excomunión.
Sin embargo, esto no cambia en nada la posición de la Iglesia, contraria al aborto.
El Papa reconoce en carta enviada al encargado de organizar el Año Santo extraordinario el “drama existencial y moral” de las mujeres que han tenido que recurrir al aborto.
Pero el propio Francisco definió en mayo ese acto como una “plaga” y un “atentado a la vida”.
Entonces, ¿es este movimiento del papa Francisco un cambio profundo o un gesto más de lo que algunos consideran una campaña de relaciones públicas del pontífice?

¿Cambio profundo?

Según varios expertos consultados por BBC Mundo, esta flexibilización temporal del perdón del aborto acerca la idea de la misericordia de Dios a sus creyentes en el año Santo o el Jubileo, un tiempo en que se conceden indulgencias especiales a los fieles que cumplen determinadas condiciones.
“Si una persona que ha abortado o ha participado en el aborto antes podía ver que tenía demasiadas dificultades para quitarse ese lastre que siente, ahora lo que te permite es que tengas más accesible el que puedas acercarte a Dios y quitarse esa sensación que tienen tantas chicas jóvenes que han abortado de pesadez”, le dice a BBC Mundo Carmen José Alejo, profesora de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra.
Los católicos creemos que Dios nos perdona. Es el gran momento de la liberación. Tu vida empieza de nuevo”, apunta Alejo, para quien el anuncio del Papa es “una gran novedad”.
De hecho, explica, en la carta dirigida al presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, Rino Fisichella, en la que da a conocer su decisión, “el Papa le dedica un párrafo importante a eso” porque le “quiere dar un peso específico a esta cuestión que atormenta a tanta gente”.
En ese sentido, el sacerdote jesuita chileno Felipe Berríos propone tomar en cuenta las circunstancias en las que viven los fieles católicos y señala que “muchas veces las personas que han abortado son, junto al bebé, las víctimas. No las victimarias”.

“No se les puede negar el perdón de Dios”, dijo el papa de las mujeres que se han arrepentido de practicarse un aborto.
Me encanta que el Papa tenga la audacia de supeditar la norma, la doctrina, a la misericordia, que es lo que hizo Jesús. Ese es el valor evangelizador y pastoral de la medida (que se anunció)”, indica Berríos.
El sacerdote lamenta que en el ámbito sexual, la Iglesia Católica ha sido en muchos casos muy conservadora porque infantiliza a las personas al decirles todo lo que está permitido y lo que no.
“No se está saltando ninguna norma canónica, ni se espera que cada sacerdote pida permiso para conceder una absolución a una mujer que ha abortado. Simplemente se está acercando el Evangelio (a las personas)”.

Debate sobre la criminalización del aborto

Sin embargo, el sociólogo argentino y asesor de la organización Católicas por el Derecho a Decidir Juan Marco Vaggione cree que pese a que la flexibilización del aborto como pecado puede aliviar a algunas católicas, también hay otras creyentes que “no viven la interrupción voluntaria del embarazo como un drama ni con culpa”.

Foto: El aborto está criminalizado en muchos países latinoamericanos.
Son mujeres que han sabido “articular su identidad religiosas como creyentes con una postura abierta hacia los derechos sexuales y reproductivos en general y el aborto en particular”.
Por eso, plantea situar el debate en cómo construir la relación entre el aborto y el derecho en las sociedades latinoamericanas y si se va a mantener la fuerte criminalización que hay en la mayoría de los países de la región.
“Si la parte más religiosa de estas declaraciones lo conecta con el pecado, la pregunta acá es qué va a seguir diciendo la iglesia en relación al aborto en el derecho: la iglesia tiene una de las maquinarias políticas más efectivas de la criminalización del aborto”, señala Vaggione.
En ese sentido, para el doctor en Derecho y Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Córdoba, el anuncio del Papa es “una estrategia de comunicación pública muy eficiente de Francisco I”.
A su juicio, desde que asumió el papado, el pontífice “genera un impacto político y público muy fuerte con supuestas flexibilizaciones que si uno corre un poco esa primera lectura no lo son tanto”.

“La Iglesia es como un gran transatlántico”

Pero la profesora de la Universidad de Navarra Carmen Alejo, no coincide en esa visión.

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Alejo, quien tuvo la ocasión de conocer al Papa en Roma, cree que es muy sincero.
“Habla de lo que reza, de lo que piensa, de lo que ha vivido. Por eso pienso que no es un maquillaje. Realmente cuando se da un giro importante, los papas empiezan a hablar más de misericordia, como sucedió con Juan XXIII. Lo que pasa es que los hombres necesitamos mucho tiempo para que algunas ideas calen“, añade.
En ese sentido coincide el sacerdote Berríos quien apunta que la Iglesia es como un gran trasatlántico, donde los cambios no se producen de forma rápida.
Por su parte, para el profesor de Teología mexicano y defensor de los derechos humanos, Fray Julián Cruzalta, pese a que el anuncio del papa no es suficiente y le gustaría ver más cambios de fondo, incide en el cambio de la agenda papal.
“El Papa lo ha dicho: “ya saben lo que dice la iglesia y yo soy hijo de esa iglesia. Yo comparto esa opinión y no voy a hablar de eso”. Él tiene otras preocupaciones: le interesan los derechos humanos, los pobres, la ecología…”, apunta.
Sin embargo, Cruzalta contrapone la agenda del papa Francisco con la del papa Juan Pablo II que era más de condenar algunas prácticas como el aborto.
“Era una agenda de un mundo que ya se fue. Esta es una agenda del siglo XXI, responde al siglo que viene”, concluye el fraile, quien cree que en el próximo sínodo que se realizará en octubre es probable que haya novedades en otros temas sociales de la iglesia como en el trato a los divorciados que se vuelven a casar.

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