Ordenado recibimiento alemán de refugiados esconde confusión y caos

Munich, Reuters
Los refugiados llegan exhaustos a Alemania, son recibidos y alimentados por voluntarios que los esperan y luego son transportados a centros de acogida de todo el país. Todo parece tan fluido como una línea de montaje de una fábrica de BMW.


Sin embargo, detrás de esta bienvenida eficiente se esconden escenas de caos y confusión en una Alemania que se siente abrumada ante la oleada de recién llegados desde Oriente Medio.

Procedimientos estándar, como identificaciones y registros, son ignorados ya que la mayoría de los recién llegados -sirios, iraquíes y afganos, entre otros- pasan por ciudades como Múnich en su camino a otro lugar donde les espera una nueva vida.

"Las personas que llegan a Múnich no quedan registradas aquí, en absoluto. Son distribuidos por toda Alemania", dijo Christoph Hillenbrand, administrador senior del distrito de Alta Baviera, cerca de Múnich.

A los recién llegados se les dice que se registren para que obtengan los beneficios de los refugiados en su destino final dentro de cinco días, pero no hay manera de comprobar si lo hacen.

De las cerca de 25.000 personas que llegaron durante el fin de semana, sólo unas 2.000 se han quedado en Múnich, reveló Hillenbrand.

Las autoridades estiman que casi el 40 por ciento de los que lleguen este año proceden de los Balcanes y que a la mayoría se les negará el asilo, a diferencia de los sirios que son considerados dignos de protección por su guerra civil.

Los intérpretes que hablan con los refugiados dicen que la mayoría habla árabe, persa o pastún. "Pero hay sirios falsos aquí también, con seguridad", dijo Hillenbrand, es decir, gente que dice ser siria para mejorar sus posibilidades de obtener asilo.

En tiempos normales, los solicitantes de asilo son fotografiados y sus huellas digitales son registradas. Además tienen que mostrar pasaportes y otros documentos oficiales para acreditar su identidad.

Si la Oficina Federal de Migración y Refugiados tiene cualquier duda, puede realizar un análisis técnico de los documentos.

Los solicitantes de asilo también pueden ser grabados al hablar en sus lenguas nativas. La Oficina Federal cuenta con 45 expertos que pueden analizar patrones del habla y acentos en 80 idiomas para comprobar si los inmigrantes han mentido sobre su procedencia.

Mientras, en Berlín, los residentes han donado alimentos que el Islam dice que los musulmanes no pueden comer y ropa que las mujeres no deben usar.

"No sabemos qué hacer con los vestidos de verano, camisetas sin mangas y minifaldas", dijo un trabajador de caridad al diario Tagesspiegel.

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