ONU aprueba principios para reestructuración de deudas soberanas
Naciones Unidas, Reuters
La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el jueves lo que describió como "principios básicos" para los procesos de reestructuración de deuda soberana para mejorar el sistema financiero mundial, una iniciativa inspirada en la crisis crediticia de Argentina.
La moción, presentada por Sudáfrica, se aprobó con 136 votos a favor, 6 en contra y 41 abstenciones en la Asamblea General de 193 países.
A diferencia de lo que ocurre con el Consejo de Seguridad, que tiene el poder de emitir decisiones vinculantes, la Asamblea General no puede imponer su parecer, aunque sus iniciativas sí tienen significado político.
La resolución insta a deudores y acreedores a "actuar de buena fe y con un ánimo de cooperación para alcanzar consensos en los arreglos" de deuda soberana.
"Un estado soberano tiene derecho (...) de elaborar sus políticas macroeconómicas, incluida la reestructuración de su deuda soberana, derecho que no debe verse frustrado u obstruido por medidas abusivas", agregó la resolución.
La votación se realizó un año y un día después de que la Asamblea General acordara negociar y adoptar un marco legal para los procesos de reestructuración de deudas soberanas.
La resolución añade que los estados deben ser inmunes a las decisiones de tribunales locales en lo relativo a reestructuraciones de deuda, y que las excepciones tienen que limitarse.
Argentina, que actualmente enfrenta un duro litigio judicial en Estados Unidos por su deuda reestructurada, acogió con beneplácito la resolución. Su ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, dijo a la asamblea que la resolución favorece la estabilidad económica, la paz social y el desarrollo.
"Hemos cumplido con nuestra responsabilidad como miembros de la comunidad internacional, ayudando a otros países hermanos a que no pasen por las mismas tragedias, por las mismas injusticias, por las mismas miserabilidades que tuvimos que atravesar nosotros los argentinos", señaló más tarde en un discurso la presidenta argentina, Cristina Fernández.
El país sudamericano reestructuró su deuda tras una multimillonaria cesación de pagos en el 2002, pero acreedores que no aceptaron los canjes de bonos lograron el año pasado un fallo favorable de la justicia de Estados Unidos para cobrar la totalidad de la suma adeudada, disparando un conflicto con Argentina aún no resuelto.
Países que se opusieron a la resolución, como Estados Unidos, argumentaron que un mecanismo para las reestructuraciones creado por ley traerá incertidumbre a los mercados financieros.
El representante de Estados Unidos en la Asamblea dijo que la redacción de la resolución era "problemática" y que los países no tienen ningún "derecho" a las reestructuraciones soberanas. Añadió que Naciones Unidas no es el foro apropiado para tratar estos asuntos.
La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el jueves lo que describió como "principios básicos" para los procesos de reestructuración de deuda soberana para mejorar el sistema financiero mundial, una iniciativa inspirada en la crisis crediticia de Argentina.
La moción, presentada por Sudáfrica, se aprobó con 136 votos a favor, 6 en contra y 41 abstenciones en la Asamblea General de 193 países.
A diferencia de lo que ocurre con el Consejo de Seguridad, que tiene el poder de emitir decisiones vinculantes, la Asamblea General no puede imponer su parecer, aunque sus iniciativas sí tienen significado político.
La resolución insta a deudores y acreedores a "actuar de buena fe y con un ánimo de cooperación para alcanzar consensos en los arreglos" de deuda soberana.
"Un estado soberano tiene derecho (...) de elaborar sus políticas macroeconómicas, incluida la reestructuración de su deuda soberana, derecho que no debe verse frustrado u obstruido por medidas abusivas", agregó la resolución.
La votación se realizó un año y un día después de que la Asamblea General acordara negociar y adoptar un marco legal para los procesos de reestructuración de deudas soberanas.
La resolución añade que los estados deben ser inmunes a las decisiones de tribunales locales en lo relativo a reestructuraciones de deuda, y que las excepciones tienen que limitarse.
Argentina, que actualmente enfrenta un duro litigio judicial en Estados Unidos por su deuda reestructurada, acogió con beneplácito la resolución. Su ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, dijo a la asamblea que la resolución favorece la estabilidad económica, la paz social y el desarrollo.
"Hemos cumplido con nuestra responsabilidad como miembros de la comunidad internacional, ayudando a otros países hermanos a que no pasen por las mismas tragedias, por las mismas injusticias, por las mismas miserabilidades que tuvimos que atravesar nosotros los argentinos", señaló más tarde en un discurso la presidenta argentina, Cristina Fernández.
El país sudamericano reestructuró su deuda tras una multimillonaria cesación de pagos en el 2002, pero acreedores que no aceptaron los canjes de bonos lograron el año pasado un fallo favorable de la justicia de Estados Unidos para cobrar la totalidad de la suma adeudada, disparando un conflicto con Argentina aún no resuelto.
Países que se opusieron a la resolución, como Estados Unidos, argumentaron que un mecanismo para las reestructuraciones creado por ley traerá incertidumbre a los mercados financieros.
El representante de Estados Unidos en la Asamblea dijo que la redacción de la resolución era "problemática" y que los países no tienen ningún "derecho" a las reestructuraciones soberanas. Añadió que Naciones Unidas no es el foro apropiado para tratar estos asuntos.