Los correos de Clinton arrojan nueva luz sobre su acción política
Un amigo personal, que no trabajaba en el Departamento de Estado, era un estrecho asesor
Joan Faus
Washington, El País
La nueva ronda de correos electrónicos desclasificados expone parte de la trastienda de la etapa de Hillary Clinton como jefa de la diplomacia de Estados Unidos. Destaca la influencia que tenía su entorno personal en sus decisiones. Por ejemplo, su hija Chelsea le escribe sobre la mala gestión del terremoto de Haití y sobre errores en la página web del Departamento de Estado.
Y el empresario y experiodista Sid Blumenthal, un amigo cercano del matrimonio Clinton, le hace frecuentemente recomendaciones en asuntos nacionales e internacionales, como su relación con la Casa Blanca o los lazos entre EE UU y la Unión Europea.
Blumenthal no trabajaba en el Departamento de Estado, pero sí lo hizo en la Fundación Clinton. Anteriores emails desclasificados revelaron que asesoró a Clinton sobre la situación en Libia en 2011 y 2012, antes del asesinato del embajador estadounidense en ese país.
El Departamento de Estado publicó la noche del lunes más de 4.000 correos electrónicos —más de 7.000 páginas— de Clinton entre 2009 y 2010, sus dos primeros años como secretaria de Estado de Barack Obama. La difusión responde a una orden judicial tras una petición de un medio de comunicación.
El origen del caso está en la revelación en marzo de que, como secretaria de Estado, Clinton solo usaba un correo privado vinculado a un servidor en su residencia y eliminó la mitad de sus 60.000 correos al considerarlos personales. El resto los entregó al Departamento de Estado como tuvieron que hacer sus antecesores.
La polémica ha obligado a dar explicaciones a la favorita a la nominación del Partido Demócrata a las elecciones presidenciales de 2016 y ha alimentado las habituales críticas de opacidad al matrimonio Clinton.
125 textos reservados
La ex primera dama asegura que no envió información confidencial y que no hacía uso de su cuenta gubernamental por mayor comodidad. El Departamento de Estado anunció el lunes que 125 de los correos difundidos han sido considerados ahora material clasificado —en su categoría más baja— por motivos de seguridad nacional. Antes ya habían sido elevados a esa categoría otros 63 correos.
La correspondencia revela el interés de Clinton por el día a día político al poco de fracasar su candidatura presidencial en 2008. En los envíos muestra interés por informaciones periodísticas sobre posibles cambios en la estructura de la Casa Blanca, en supuestas críticas a Obama hechas por John Podesta —el actual jefe de campaña de Clinton y que trabajó en la presidencia de su marido Bill— y en las hipotéticas aspiraciones presidenciales del general David Petraeus.
Los correos también reflejan los grandes asuntos internacionales del momento, como las filtraciones de Wikileaks de documentos oficiales, el sismo en Haití o la crisis económica en Europa. Y cuestiones más personales, como la organización de una apretada agenda diaria o dudas sobre cómo usar una tableta iPad.
Joan Faus
Washington, El País
La nueva ronda de correos electrónicos desclasificados expone parte de la trastienda de la etapa de Hillary Clinton como jefa de la diplomacia de Estados Unidos. Destaca la influencia que tenía su entorno personal en sus decisiones. Por ejemplo, su hija Chelsea le escribe sobre la mala gestión del terremoto de Haití y sobre errores en la página web del Departamento de Estado.
Y el empresario y experiodista Sid Blumenthal, un amigo cercano del matrimonio Clinton, le hace frecuentemente recomendaciones en asuntos nacionales e internacionales, como su relación con la Casa Blanca o los lazos entre EE UU y la Unión Europea.
Blumenthal no trabajaba en el Departamento de Estado, pero sí lo hizo en la Fundación Clinton. Anteriores emails desclasificados revelaron que asesoró a Clinton sobre la situación en Libia en 2011 y 2012, antes del asesinato del embajador estadounidense en ese país.
El Departamento de Estado publicó la noche del lunes más de 4.000 correos electrónicos —más de 7.000 páginas— de Clinton entre 2009 y 2010, sus dos primeros años como secretaria de Estado de Barack Obama. La difusión responde a una orden judicial tras una petición de un medio de comunicación.
El origen del caso está en la revelación en marzo de que, como secretaria de Estado, Clinton solo usaba un correo privado vinculado a un servidor en su residencia y eliminó la mitad de sus 60.000 correos al considerarlos personales. El resto los entregó al Departamento de Estado como tuvieron que hacer sus antecesores.
La polémica ha obligado a dar explicaciones a la favorita a la nominación del Partido Demócrata a las elecciones presidenciales de 2016 y ha alimentado las habituales críticas de opacidad al matrimonio Clinton.
125 textos reservados
La ex primera dama asegura que no envió información confidencial y que no hacía uso de su cuenta gubernamental por mayor comodidad. El Departamento de Estado anunció el lunes que 125 de los correos difundidos han sido considerados ahora material clasificado —en su categoría más baja— por motivos de seguridad nacional. Antes ya habían sido elevados a esa categoría otros 63 correos.
La correspondencia revela el interés de Clinton por el día a día político al poco de fracasar su candidatura presidencial en 2008. En los envíos muestra interés por informaciones periodísticas sobre posibles cambios en la estructura de la Casa Blanca, en supuestas críticas a Obama hechas por John Podesta —el actual jefe de campaña de Clinton y que trabajó en la presidencia de su marido Bill— y en las hipotéticas aspiraciones presidenciales del general David Petraeus.
Los correos también reflejan los grandes asuntos internacionales del momento, como las filtraciones de Wikileaks de documentos oficiales, el sismo en Haití o la crisis económica en Europa. Y cuestiones más personales, como la organización de una apretada agenda diaria o dudas sobre cómo usar una tableta iPad.