Leopoldo Fernández: “Soy un preso político, no un genocida”
La Paz, ANF
En una entrevista exclusiva a la revista "Millón", el exprefecto de Pando, Leopoldo Fernández, dijo que él es un “preso político y no un genocida” y si fuera un genocida no tendría pisada ni habría tenido un gran recibimiento en Cobija, ciudad a la que regresó el mes pasado para la reconstrucción de los hechos de sangre de los que se lo acusa desde hace siete años.
“Soy un preso político y no un genocida, si fuera así no tendría pisada en Cobija. Llegué a El Porvenir y todo el mundo me saludó, la gente salía a la puerta, a la ventana”, recordó Fernández a esta nueva publicación.
En septiembre de 2008, 13 campesinos murieron en refriegas con funcionarios de la Prefectura y cívicos de Pando en El Porvenir. Cinco días después Fernández fue detenido y acusado por los delitos de asesinato, terrorismo, homicidio, asociación delictuosa y lesiones graves y leves. Desde entonces afronta un proceso judicial en La Paz. Después de siete años volvió a Cobija para realizar la inspección ocular del caso y varios ciudadanos lo recibieron con banderas. Tras un periodo en las cárceles de San Pedro y Chonchocoro, ahora está con detención domiciliaria en La Paz.
Fernández explicó que su decisión de permanecer en el país después de este hecho fue porque quiere que los bolivianos sepan que él es inocente. “Sé que la consigna del gobierno es condenarme, pero a mí no me interesa tanto eso, como que el pueblo boliviano me sepa inocente”, sostuvo.
Agregó que no le gusta el grado de resignación de los bolivianos y que por ello luchará para que conozcan lo que está ocurriendo en el país. “La gente no se está dando cuenta, vamos bien, pero estamos mal”, declaró.
Fernández expuso que en su detención domiciliaria tiene visitas diarias que lo ayudan a sobrellevar el encierro, pero “aunque la cárcel sea de oro, sigue siendo prisión”, agregó.
El exprefecto contó que su batalla contra el cáncer es difícil y que después de cinco años el oncólogo no consigue saber aún si está curado o no.
“Yo hubiera preferido-por supuesto- quedarme preso y no venir a mi casa, pero estar sano”, analizó.
“El cacique”, como lo conocen en Pando, informó que no piensa volver a la política, porque no quiere ser un “tapón” para las nuevas generaciones de políticos y que por ello impulsará nuevos liderazgos. “Yo no juego más a la política, o sea, como candidato, yo me voy a dedicar a impulsar nuevos liderazgos”, declaró.
“Negri se llevó con ella la mitad de la carga”
Según contó Fernández, el momento más duro en estos siete años de reclusión fue su estadía en Chonchocoro. Eligió estar en el sector “población”, donde estuvo siete meses compartiendo con los condenados a treinta años sin derecho a indulto.
Leopoldo Fernández estuvo encerrado en la cárcel de San Pedro, luego lo trasladaron a la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro por siete meses y luego fue trasladado nuevamente a San Pedro. Ahora guarda detención domiciliaria.
Recordó que el día que entró a San Pedro en 2008 en el sector La Posta, los reos jugaban un partido de fútbol. Fernández le quitó el silbato al árbitro y llamó a los capitanes de los dos equipos para presentarse.
El principal apoyo del exprefecto fue su esposa Pilar Negri quien vivió con Fernández en la cárcel.
“¡Qué mujer! Negri se llevó con ella la mitad de la carga que significaba para mí estar preso. Toda la carga se me disminuyó en un 50% sólo por el hecho de que Negri estaba conmigo”, dijo.
Mencionó que jamás pudo pedirle que se vaya por “mezquindad o egoísmo, no quería correr el riesgo de que se vaya”. Pese a ello, él la impulsaba para que salga con sus hijas y haga su vida con la mayor normalidad posible.
En una entrevista exclusiva a la revista "Millón", el exprefecto de Pando, Leopoldo Fernández, dijo que él es un “preso político y no un genocida” y si fuera un genocida no tendría pisada ni habría tenido un gran recibimiento en Cobija, ciudad a la que regresó el mes pasado para la reconstrucción de los hechos de sangre de los que se lo acusa desde hace siete años.
“Soy un preso político y no un genocida, si fuera así no tendría pisada en Cobija. Llegué a El Porvenir y todo el mundo me saludó, la gente salía a la puerta, a la ventana”, recordó Fernández a esta nueva publicación.
En septiembre de 2008, 13 campesinos murieron en refriegas con funcionarios de la Prefectura y cívicos de Pando en El Porvenir. Cinco días después Fernández fue detenido y acusado por los delitos de asesinato, terrorismo, homicidio, asociación delictuosa y lesiones graves y leves. Desde entonces afronta un proceso judicial en La Paz. Después de siete años volvió a Cobija para realizar la inspección ocular del caso y varios ciudadanos lo recibieron con banderas. Tras un periodo en las cárceles de San Pedro y Chonchocoro, ahora está con detención domiciliaria en La Paz.
Fernández explicó que su decisión de permanecer en el país después de este hecho fue porque quiere que los bolivianos sepan que él es inocente. “Sé que la consigna del gobierno es condenarme, pero a mí no me interesa tanto eso, como que el pueblo boliviano me sepa inocente”, sostuvo.
Agregó que no le gusta el grado de resignación de los bolivianos y que por ello luchará para que conozcan lo que está ocurriendo en el país. “La gente no se está dando cuenta, vamos bien, pero estamos mal”, declaró.
Fernández expuso que en su detención domiciliaria tiene visitas diarias que lo ayudan a sobrellevar el encierro, pero “aunque la cárcel sea de oro, sigue siendo prisión”, agregó.
El exprefecto contó que su batalla contra el cáncer es difícil y que después de cinco años el oncólogo no consigue saber aún si está curado o no.
“Yo hubiera preferido-por supuesto- quedarme preso y no venir a mi casa, pero estar sano”, analizó.
“El cacique”, como lo conocen en Pando, informó que no piensa volver a la política, porque no quiere ser un “tapón” para las nuevas generaciones de políticos y que por ello impulsará nuevos liderazgos. “Yo no juego más a la política, o sea, como candidato, yo me voy a dedicar a impulsar nuevos liderazgos”, declaró.
“Negri se llevó con ella la mitad de la carga”
Según contó Fernández, el momento más duro en estos siete años de reclusión fue su estadía en Chonchocoro. Eligió estar en el sector “población”, donde estuvo siete meses compartiendo con los condenados a treinta años sin derecho a indulto.
Leopoldo Fernández estuvo encerrado en la cárcel de San Pedro, luego lo trasladaron a la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro por siete meses y luego fue trasladado nuevamente a San Pedro. Ahora guarda detención domiciliaria.
Recordó que el día que entró a San Pedro en 2008 en el sector La Posta, los reos jugaban un partido de fútbol. Fernández le quitó el silbato al árbitro y llamó a los capitanes de los dos equipos para presentarse.
El principal apoyo del exprefecto fue su esposa Pilar Negri quien vivió con Fernández en la cárcel.
“¡Qué mujer! Negri se llevó con ella la mitad de la carga que significaba para mí estar preso. Toda la carga se me disminuyó en un 50% sólo por el hecho de que Negri estaba conmigo”, dijo.
Mencionó que jamás pudo pedirle que se vaya por “mezquindad o egoísmo, no quería correr el riesgo de que se vaya”. Pese a ello, él la impulsaba para que salga con sus hijas y haga su vida con la mayor normalidad posible.