La UE solo logra acuerdos mínimos para contener la ola migratoria

El pulso con los países del Este frena medidas de calado en la crisis

Lucía Abellán
Bruselas, El País
La UE quiso ayer pasar página a las disputas por el reparto de refugiados y centrarse en las medidas que pueden contener la ola de llegadas al continente. Con la distribución de asilados ya saldada por los ministros del Interior el día anterior, los jefes de Estado y de Gobierno acordaron en Bruselas iniciativas de apoyo económico a los países vecinos de Siria, con un mínimo de 1.000 millones inmediatos, y un mayor control de las fronteras exteriores de la UE.


La idea de convocar un Consejo Europeo en medio del drama de refugiados al que asiste Europa pretendía contrarrestar la imagen de inacción ofrecida hasta ahora. El presidente del Consejo, Donald Tusk, quiso dejar atrás la distribución de refugiados acordada un día antes por los ministros del Interior y, a pesar de algunas intervenciones que incidían en esa línea, el tono de la cita fue moderado, según confirman las fuentes consultadas. “Hemos tenido una discusión basada en hechos, no en emociones. Tenemos que corregir las políticas de puertas y ventanas abiertas”, resumió Tusk al término del encuentro, en la madrugada de hoy.

La jornada comenzó con el primer ministro eslovaco, Robert Fico —uno de los más críticos con el sistema de cuotas— amenazando con no cumplir lo pactado por los ministros del Interior. También el polémico primer ministro húngaro, Viktor Orbán, había caldeado el ambiente al criticar el “imperialismo moral” germano precisamente desde Alemania, donde compareció arropado por Horst Seehofer, líder de la CSU, el partido bávaro hermano de la formación de Angela Merkel, la CDU.

Pese a esos prolegómenos, la mayor parte de los líderes intervinieron para hablar de medidas concretas que contengan la crisis de refugiados. Y demostraron que resulta mucho más sencillo coincidir en las políticas para frenar los flujos migratorios que para acoger a quienes pisan a suelo europeo. Los dirigentes de la UE creen que la llegada en poco tiempo de un ingente número de refugiados obedece en buena medida a que la ayuda prestada en los países vecinos escasea. Y por eso aprobaron un desembolso de 1.000 millones de euros para que la ONU atienda a los refugiados en los países vecinos de Siria.

A esos Estados (principalmente Turquía, Jordania y Líbano) se les proporcionará asistencia adicional para que atiendan a los ciudadanos sirios que se han refugiado en sus fronteras (más de cuatro millones). Con Turquía, país del que proviene buena parte de los refugiados que llaman ahora a las puertas de Europa, la situación es más compleja. “El dinero no es el principal problema. Necesitamos estrechar la cooperación, pero el diálogo no es tan fácil como antes”, admitió el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. El líder turco, Recep Tayyip Erdogan, acudirá a Bruselas el próximo 5 de octubre para entrevistarse con la cúpula de la UE. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, también respaldó la idea de que es más conveniente invertir en la región para moderar los flujos, según las fuentes consultadas.

Control de fronteras

Pero el mensaje más reiterado de la noche fue el refuerzo de las fronteras. “Sin recuperar el control de las fronteras, no hay posibilidad de hacer frente a este problema”, concluyó Tusk. El presidente del Consejo aludió a una idea aún poco madura pero que se trató en la reunión de anoche: la aplicación de políticas comunes para el control de fronteras, una competencia hasta ahora de de cada Estado miembro.

El comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos, anunció antes de la cumbre un plan para crear un cuerpo europeo de control de fronteras. Fue una de las propuestas que Juncker puso sobre la mesa y que los jefes de Estado y de Gobierno validaron de modo genérica, aunque algunas de ellas (como el mecanismo permanente de reparto de refugiados) generan recelo en muchos países.

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