La condena al opositor Leopoldo López encona la crisis venezolana
La sentencia de 13 años polariza aún más al país sudamericano, el opositor pide calma a sus simpatizantes a través de su esposa
Javier Lafuente
Caracas, El País
El 10 de septiembre, víspera de una fecha fatídica para la historia de América desde Chile a Estados Unidos, se convertirá a partir de este 2015 en un punto de inflexión para la democracia en Venezuela. Leopoldo López, uno de los principales líderes de la oposición al Gobierno de Nicolás Maduro, fue condenado a 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de cárcel, que cumplirá en la prisión militar de Ramo Verde, donde duerme desde hace 18 meses. La juez Susana Barreiros lo consideró culpable de participar en instigar las manifestaciones de 2014, que provocaron la muerte de 43 personas y cientos de heridos.
La sentencia, celebrada por el oficialismo, criticada por la oposición, es el reflejo de un país polarizado, donde la rabia y el odio conviven en fatal armonía. Al poco de conocerse, López trasladó, a través de su mujer, Lilian Tintori, un mensaje a todos sus seguidores: “Mantengan la calma”, rogó ella a los poco más de 200 simpatizantes de Voluntad Popular reunidos hasta la medianoche en la plaza Bolívar del municipio de Chacao, del que era alcalde López. Los seguidores de la formación que lidera el político preso, y por extensión todos los opositores al Gobierno venezolano, fueron convocados ayer en la plaza José Martí de Caracas, donde López fue detenido el 18 de febrero de 2014. Allí, Tintori tenía previsto leer una carta que le habría entregado su marido en la que expone lo que él considera que tienen que ser los pasos a seguir por sus seguidores.
El alegato de casi tres horas del acusado ante la juez fue en vano. No consiguió desmontar las causas contra él: instigación pública, asociación para delinquir, determinación en daño e incendio. La sentencia, que será recurrida por la defensa de López, es una de las más duras que se barajaban antes de la vista final. Algunos miembros del Gobierno venezolano, que ejerce control sobre el Poder Judicial, celebraron el veredicto: “Hay justicia y le salió barato al monstruo de Ramo Verde! 43 víctimas que descansan eternamente por su aventura fascista!”, tuiteó María Iris Valera, ministra de Asuntos Penitenciarios.
La sentencia trasciende el mero procedimiento judicial. Desde antes de su detención, la figura de Leopoldo López se había convertido en el flanco de la mayoría de los ataques del oficialismo, que no de todo el chavismo. A su encarcelamiento le siguió el de los también opositores Daniel Ceballos —alcalde de San Cristóbal y dirigente de Voluntad Popular, el partido que lidera López— y Antonio Ledezma, alcalde metropolitano de Caracas. Ambos cumplen hoy condenas en arresto domiciliario.
Mientras crecía la presión judicial sobre la oposición, esta no siempre se ha mantenido unida, pese a los múltiples intentos por dar una imagen de cohesión, especialmente a través de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que aglutina a las alternativas al Gobierno de Maduro. Ante las elecciones legislativas del 6 de diciembre, donde los venezolanos elegirán a sus representantes a la Asamblea Nacional, lograr, y sobre todo transmitir, esa unidad será el gran reto de la oposición.
Espaldarazo a la oposición
Después de conocerse la sentencia, entre los allegados a López se respiraba la sensación, avalada por varios analistas, de que la dura condena supone en cierta medida un espaldarazo para la oposición a la hora de movilizar a sus seguidores ante los comicios. De hecho, todos los líderes críticos, desde Henrique Capriles a María Corina Machado, cuyas posturas sobre cómo se debe encarar un posible cambio no son precisamente semejantes, salieron en tromba a condenar la decisión de la juez Barreiros. Chuo Torrealba, máximo representante de la MUD, fue una de las personas que intervino después de conocerse la sentencia en Chacao, junto a Tintori, el abogado de la defensa y un líder de Voluntad Popular.
La maratoniana jornada del jueves estuvo también marcada por los incidentes que se produjeron a la llegada de Tintori al Palacio de Justicia. Seguidores de Voluntad Popular y el oficialismo se enfrentaron al paso de la mujer de Leopoldo López. Según la formación, una persona murió por un infarto durante los incidentes y ocho resultaron heridas, entre ellas la candidata a diputada, Manuela Bolívar, embarazada.
El caso de Leopoldo López ha trascendido también desde el primer momento el panorama político venezolano, en gran medida gracias a la campaña que ha desarrollado la familia del líder de Voluntad Popular, con su mujer, Lilian Tintori, a la cabeza. El primer Gobierno en reaccionar al veredicto fue el de Estados Unidos. A través de la representante del Departamento de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidente, Roberta Jacobson, trasladó su “preocupación” por la sentencia condenatoria. Mientras, en los Gobiernos de América Latina reinaba el silencio más absoluto.
Javier Lafuente
Caracas, El País
El 10 de septiembre, víspera de una fecha fatídica para la historia de América desde Chile a Estados Unidos, se convertirá a partir de este 2015 en un punto de inflexión para la democracia en Venezuela. Leopoldo López, uno de los principales líderes de la oposición al Gobierno de Nicolás Maduro, fue condenado a 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de cárcel, que cumplirá en la prisión militar de Ramo Verde, donde duerme desde hace 18 meses. La juez Susana Barreiros lo consideró culpable de participar en instigar las manifestaciones de 2014, que provocaron la muerte de 43 personas y cientos de heridos.
La sentencia, celebrada por el oficialismo, criticada por la oposición, es el reflejo de un país polarizado, donde la rabia y el odio conviven en fatal armonía. Al poco de conocerse, López trasladó, a través de su mujer, Lilian Tintori, un mensaje a todos sus seguidores: “Mantengan la calma”, rogó ella a los poco más de 200 simpatizantes de Voluntad Popular reunidos hasta la medianoche en la plaza Bolívar del municipio de Chacao, del que era alcalde López. Los seguidores de la formación que lidera el político preso, y por extensión todos los opositores al Gobierno venezolano, fueron convocados ayer en la plaza José Martí de Caracas, donde López fue detenido el 18 de febrero de 2014. Allí, Tintori tenía previsto leer una carta que le habría entregado su marido en la que expone lo que él considera que tienen que ser los pasos a seguir por sus seguidores.
El alegato de casi tres horas del acusado ante la juez fue en vano. No consiguió desmontar las causas contra él: instigación pública, asociación para delinquir, determinación en daño e incendio. La sentencia, que será recurrida por la defensa de López, es una de las más duras que se barajaban antes de la vista final. Algunos miembros del Gobierno venezolano, que ejerce control sobre el Poder Judicial, celebraron el veredicto: “Hay justicia y le salió barato al monstruo de Ramo Verde! 43 víctimas que descansan eternamente por su aventura fascista!”, tuiteó María Iris Valera, ministra de Asuntos Penitenciarios.
La sentencia trasciende el mero procedimiento judicial. Desde antes de su detención, la figura de Leopoldo López se había convertido en el flanco de la mayoría de los ataques del oficialismo, que no de todo el chavismo. A su encarcelamiento le siguió el de los también opositores Daniel Ceballos —alcalde de San Cristóbal y dirigente de Voluntad Popular, el partido que lidera López— y Antonio Ledezma, alcalde metropolitano de Caracas. Ambos cumplen hoy condenas en arresto domiciliario.
Mientras crecía la presión judicial sobre la oposición, esta no siempre se ha mantenido unida, pese a los múltiples intentos por dar una imagen de cohesión, especialmente a través de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que aglutina a las alternativas al Gobierno de Maduro. Ante las elecciones legislativas del 6 de diciembre, donde los venezolanos elegirán a sus representantes a la Asamblea Nacional, lograr, y sobre todo transmitir, esa unidad será el gran reto de la oposición.
Espaldarazo a la oposición
Después de conocerse la sentencia, entre los allegados a López se respiraba la sensación, avalada por varios analistas, de que la dura condena supone en cierta medida un espaldarazo para la oposición a la hora de movilizar a sus seguidores ante los comicios. De hecho, todos los líderes críticos, desde Henrique Capriles a María Corina Machado, cuyas posturas sobre cómo se debe encarar un posible cambio no son precisamente semejantes, salieron en tromba a condenar la decisión de la juez Barreiros. Chuo Torrealba, máximo representante de la MUD, fue una de las personas que intervino después de conocerse la sentencia en Chacao, junto a Tintori, el abogado de la defensa y un líder de Voluntad Popular.
La maratoniana jornada del jueves estuvo también marcada por los incidentes que se produjeron a la llegada de Tintori al Palacio de Justicia. Seguidores de Voluntad Popular y el oficialismo se enfrentaron al paso de la mujer de Leopoldo López. Según la formación, una persona murió por un infarto durante los incidentes y ocho resultaron heridas, entre ellas la candidata a diputada, Manuela Bolívar, embarazada.
El caso de Leopoldo López ha trascendido también desde el primer momento el panorama político venezolano, en gran medida gracias a la campaña que ha desarrollado la familia del líder de Voluntad Popular, con su mujer, Lilian Tintori, a la cabeza. El primer Gobierno en reaccionar al veredicto fue el de Estados Unidos. A través de la representante del Departamento de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidente, Roberta Jacobson, trasladó su “preocupación” por la sentencia condenatoria. Mientras, en los Gobiernos de América Latina reinaba el silencio más absoluto.