Keylor salva, Benzema mata

El Madrid gana con sufrimiento ante un Granada que durante bastantes minutos fue mejor. Gol mal anulado a El Arabi por fuera de juego (con 0-0). e Isco estaba algo adelantado al originar el 1-0.


Juanma Trueba, As
La tarde se prestaba a todo tipo de juegos, con o sin balón. El Bernabéu se iluminaba con esa primavera apacible que es el otoño de Madrid. No había excusas para rajarse y el Granada no las puso. Lo hizo todo para ganar y perdió. Le queda el consuelo de un gol que no debió ser anulado y el respeto de un estadio que no se sintió seguro hasta que el árbitro pitó el final. Hay otras formas de victoria aunque no se canjeen por puntos.

Benítez debe analizar cuánto dejó de poner su equipo y cuánto no puso por mérito del rival. El estudio le será de gran utilidad porque le permitirá ajustar tornillos que andan flojos. La defensa falló como no suele, el mediocampo se atascó por momentos y el ataque careció del dinamismo de las últimas ocasiones.
Inesperado

El Granada sorprendió desde el inicio. Buen equipo, con más virtudes que el orden y el aseo. Ambicioso con el balón y ágil en el ataque, presuroso en los desdobles por banda. Con energía suficiente como para entrar el área de Keylor y pisotear sus flores.

Estoy por asegurar que el Madrid se sorprendió en la misma medida que los espectadores. El rival tenía una talla superior a la que aparecía en el programa. Lo advirtió por vez primera a los siete minutos, cuando Marcelo desactivó un centro del italiano Biraghi, interesante lateral zurdo cedido por el Inter. Lo confirmó cuando a las incursiones visitantes por la izquierda se sumaron sus avances por la derecha. En ese sector cada combinación entre Success y El Arabi era el anuncio de un peligro. Ninguno superior al que desembocó en el gol anulado al Granada, conseguido por el francés de origen magrebí.

El Madrid no estaba siendo zarandeado, tampoco quisiera dar esa imagen. Mientras el rival ganaba confianza, el anfitrión acumulaba ocasiones por la pura inercia de su talento. Andrés Fernández, serio como un torero (recuerda poderosamente a José Mari Manzanares), evitó goles de Cristiano y Modric. No fallaban tanto los rematadores como el último pase.

El partido pendía de un hilo pero costaba averiguar el color. Keylor salvó a su equipo al taponar un tiro de Success (39’); un minuto después, Isco, cara a cara con el portero, se llenó de balón en lugar de recurrir a su catálogo de genialidades

En la segunda parte, prosiguió el intercambio. Un taconazo de El Arabi dejó a Success en posición de gol y el nigeriano cometió un error imperdonable: en vez de chutar, se puso creativo (vaselina con virutas de chocolate). La insolencia fue castigada de inmediato por el Madrid: centro de Isco (al límite del fuera de juego) y gol de cabeza de Benzema.
Cracks

No se rindió el Granada y El Arabi menos que nadie. En una jugada de alta escuela, el delantero regateó a media defensa del Madrid antes de tropezar con Keylor, tan lúcido de reflejos como rápido en las salidas. Hay dos formas de parar una bala: volar tras ella o poner el dedo en el cañón.

Los madridistas creyeron ganar metros, pero nunca los terminaron de colonizar. El rival no se afligía como otros, sino que persistía en el combate. El mérito es inmenso, porque al Madrid le servía la mitad y al Granada sólo el doble.

En los últimos minutos, Isco y Cristiano reclamaron penaltis que bien pudieron ser pitados. Ni siquiera eso afeó la tarde del Granada. Buen equipo, gran rival y estupendo partido para que Benítez entretenga las tardes analizándolo.

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