Griezmann marca, sestea el Atleti


Madrid, As
Todo sigue igual por el Calderón, al menos para el Getafe. Decíamos que era ese vecino enrollado que siempre pasa como pidiendo perdón por pisar el suelo y el de Escribá no cambió la tradición: saltó bien plantado tácticamente, pero volvió para su casa con otros dos goles en contra (y ya son 22) y no marcó ninguno. No habían pasado ni cinco minutos y ya perdía 1-0 ante este Atlético del Cholo que son mucho más que once jugadores. Se vio en este partido: agitó el técnico argentino el equipo e hizo seis cambios con respecto a Ipurúa. Salía con cuatro canteranos (Saúl, Óliver, Gabi y Torres), debutaba, al fin, Savic, Carrasco era titular, Tiago descansaba y… tampoco se notaba demasiado quién había salido o entrado. Al menos en los primeros minutos.


Que el fondo de armario es una virtud de este Atleti ya había quedado claro en capítulos anteriores. Y que el corte francés le sienta como un guante, también. Griezmann fue el principio y el final del gol. El must (esa prenda que todo armario debe tener) del Atlético. Ahora mismo el mejor, una pieza imprescindible.

Él fue quien marcó ese gol a los cuatro minutos, tras un saque de esquina de Carrasco, que rechazó Guaita aunque el balón cayó a los pies de Gabi que lo empaló para enviar un misil al área y por allí, cómo no, andaba Griezmann, siempre el más listo dela clase. La defensa del Getafe, lentísima, tardó mucho en salir para hacer el fuera de juego y el francés (en posición legal, Alexis rompía el fuera de juego) controló perfecto con la izquierda y batió al portero del Getafe con un disparo cruzado con la derecha.

El Atlético lo vio tan fácil que se echó la siesta. Siqueira fue un desastre en los primeros minutos: veía una amarilla en el 2’ y casi le expulsan en el 11’ (por otro), subía para nada o centraba al aire mientras a Simeone se lo llevaban los demonios. No era mejor la cara de Escribá. Un poema. Y no de amor precisamente. Su equipo no se había descompuesto, pero no hacía ni cosquillas. Saúl, enorme, sin perder un balón y jugando al primer toque, y Gabi habían anulado a Medrán y Juan Rodríguez. Y eso que, en la relajación general en la que andaba el Atlético, Óliver se despistó en la salida del balón al final de la primera parte y le regaló una contra a Scepovic, solo ante Oblak que hizo su milagro del día y se la paró.

El descanso le vino mejor al Atlético, que estaba demasiado fuera del partido. Simeone sacó a Correa (por Carrasco, muy activo, pero poco efectivo) y a Jackson por Torres, pero eso no despertó a su equipo. Tan feo lo vio que tuvo que tirar de Tiago, a quien cambió por Óliver. Y es que el Getafe había empezado a jugar con la ansiedad del reloj y acababa de darle un susto: Pedro León se había quedado solo ante Oblak (tras un gran pase filtrado de Víctor) que lanzó el balón fuera tras otro fallo de Siqueira. Eso despertó a Calderón y equipo.

Serenó Tiago y agitó Correa, que cada vez que tocaba el balón era ovacionado, pero se iba acercando el reloj al 90’ y el Getafe jugaba sus mejores minutos, taponando muy bien las líneas de pase rojiblancas. Los cuellos de la camisa habían comenzado a apretar en el estadio, pero entonces se desperezó Griezmann y volvió la tranquilidad. Lohizo con la izquierda tras un gran pase en largo de Tiago y un gran centro de Jackson que fue medio gol. Fue en el minuto 89’, su quinto esta temporada, el tercero en Liga, para acostar al Atlético líder de la Liga en la (casi) impecable hoja de ruta rojiblanca en su etapa reina. Queda la mitad del camino, y allá ya asoma Vila-real.

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