Grecia decidirá el próximo domingo quién dirigirá el gobierno en tiempos difíciles

Atenas, DPA
Los griegos están llamados a las urnas el próximo domingo por segunda vez en ocho meses, para decidir quien dirigirá el gobierno en tiempos aún difíciles, que traerán consigo un nuevo programa de ahorro.
En efecto, si es el ex primer ministro de izquierdas Alexis Tsipras y su partido Syriza o Evangelos Meimarakis y su conservador Nueva Democracia (ND).
Las encuestas auguran una carrera muy ajustada en la que ninguno de los dos conseguiría la mayoría absoluta. Pero sea quien sea el ganador, estará abocado a pactar con otras fuerzas políticas para poder gobernar, de confirmarse esos pronósticos.
Ahora Tsipras juega una carta más emocional. “Sí, he cometido errores”, reconoce continuamente.


Pero Tsipras, de 41 años, y Meimarakis, de 61, tienen un problema común: los dos deben reconocer sus errores y al mismo tiempo convencer a los electores para que les confíen su voto.

Tras su victoria electoral del 25 de enero, Tsipras apenas ha cumplido alguna de sus promesas electorales de entonces. Quería anular el programa de ahorro “con una ley”, dijo entonces, pero en lugar de ello sólo se atrasaron las negociaciones con los acreedores durante siete meses.

Los bancos tuvieron que cerrar transitoriamente e introducir controles de capital para que los ciudadanos no sacaran todo el dinero de sus cuentas. Y al final no le quedó otra opción que aprobar un programa de ahorro aún más duro.

Ahora Tsipras juega una carta más emocional. “Sí, he cometido errores”, reconoce continuamente.

También muchas de sus decisiones de personal fueron equivocadas, asegura. Pero ha aprendido de ello y ahora dirigirá el país con mano más segura. Y principalmente lo que ahora quiere es negociar con los acreedores una reestructuración de la deuda del país.

El conservador Meimarakis, por su parte, sabe qué errores han cometido los partidos establecidos, incluso su Nueva Democracia, entre otras cosas ante el nepotismo ampliamente extendido. Pero también aprendió de esos errores y ahora es importante hablar del futuro.
Meimarakis responde que hay que aprender de otros países que han salido lentamente de la crisis financiera

Su partido llevó a Grecia en 1980 a entrar en la entonces Comunidad Europea (CE) y es garante de la estabilidad, alega. Y en las actuales circunstancias sólo puede haber estabilidad mediante una estrecha cooperación de todas las fuerzas proeuropeas, argumenta.

Aquí divergen los dos partidos, al menos de momento: Tsipras rechaza una gran coalición con Nueva Democracia, algo que sería “contra natura”, dijo en un duelo televisado en la noche del lunes. “O hay un gobierno progresista o conservador”, dijo combativo.

Hasta ahora sólo manifestó su disposición a pactar con sus socios en el anterior gobierno, los populistas de derecha Griegos Independientes. Además apuntó hacia una cooperación con los socialistas o el partido centrista To Potami.

Meimarakis responde que hay que aprender de otros países que han salido lentamente de la crisis financiera. “Los políticos de estos países han cooperado”, argumenta. Lo que Grecia necesita ahora es una “selección nacional” política.

En un punto, sin embargo, ambos están de acuerdo: en no hacer promesas electorales. Quieren hacer todo lo posible para hacer el programa de ahorro lo más soportable posible con algunos cambios. Pero al ser preguntados sobre qué cambios tendrían sentido, ambos se mostraron evasivos.
¿Qué pasa si no hay mayoría en Grecia?

Todas las encuestas apuntan a que ningún partido obtendrá una mayoría absoluta en las eleccionens de Grecia. Para ese caso, el artículo 36 de la Constitución contempla:

El presidente del país encarga al líder de la fuerza política más votada sondear las posibilidades de formar gobierno y obtener la confianza del Parlamento. Tiene tres días para ello.

De fracasar el intento, recibe el encargo la segunda fuerza política más votada. Y si fracasase también ese intento, lo recibe la tercera fuerza.

De no prosperar ninguno de los esfuerzos, el presidente se reúne con todos los líderes de los partidos para promover un gobierno de base firme en el Parlamento. Y si tampoco sale adelante esta iniciativa, se convocan nuevas elecciones, que tendrán que celebrarse al cabo de entre 21 o 30 días como máximo.

Entradas populares