El Vaticano hospeda a una familia de refugiados sirios
Ciudad del Vaticano, EFE
La parroquia de Sant’Anna del Vaticano acoge desde hace días a una familia de refugiados sirios, dos semanas después del llamamiento del papa Francisco para que parroquias y monasterios del mundo brinden asistencia a estas personas.
Así lo ha comunicado hoy la Limosnería apostólica vaticana, encargada de realizar las obras de caridad del papa, que ha explicado que se trata de una familia compuesta por madre, padre y dos hijos, procedente de Damasco, de donde “huyeron a causa de la guerra”.
Todos ellos son fieles de la Iglesia Católica Greco-Melquita, de rito bizantino.
Los cuatro miembros de la familia se encuentran en un apartamento en el Vaticano gestionado por esta parroquia vaticana, en las inmediaciones de la basílica de San Pedro, y la Limosnería apostólica confirmó que se han iniciado ya “los procedimientos necesarios para solicitar la protección internacional” de estos refugiados.
La Limosnería recordó que según contempla la ley de Italia, “durante los primeros seis meses desde la presentación de la demanda de asilo, los solicitantes de protección internacional no pueden trabajar”.
Por ello, durante este periodo la familia será “asistida y acompañada por la comunidad parroquial de Sant’Anna”.
El pasado 6 de septiembre, el papa Francisco hizo un llamamiento a “parroquias, comunidades religiosas y monasterios” de Europa para abrieran sus puertas a refugiados como gesto previo al Jubileo de la Misericordia y anunció que así lo iban a hacer “las dos parroquias del Vaticano”.
La parroquia de Sant’Anna ya ha acogido a esta familia de refugiados, mientras que la otra parroquia vaticana, la de San Pedro, recibirá a otras personas cuya nacionalidad no ha trascendido por el momento, pues aún prosiguen los trámites necesarios para su acogida.
Además, la Limosnería vaticana ha puesto a disposición de centros de acogida de refugiados de Roma un ambulatorio móvil, que fue donado hace años al papa y que hasta ahora estaba reservado solamente a los eventos presididos por el pontífice.
Ahora, brindará asistencia durante algunos momentos de la semana a refugiados que se alojan en centros de acogida de la periferia de Roma.
Los voluntarios, concluye la Limosnería, son médicos, enfermeras, miembros de la Guardia Suiza y trabajadores del Estado Vaticano, de la Universidad de Tor Vergata y del Instituto de Medicina de Solidaridad Onlus.
Finalmente, la Limosnería recordó que en 2014 destinó 50.000 euros para ayudar en el pago de las tasas requeridas para la primera tarjeta que concede la residencia a los refugiados que la solicitan
La parroquia de Sant’Anna del Vaticano acoge desde hace días a una familia de refugiados sirios, dos semanas después del llamamiento del papa Francisco para que parroquias y monasterios del mundo brinden asistencia a estas personas.
Así lo ha comunicado hoy la Limosnería apostólica vaticana, encargada de realizar las obras de caridad del papa, que ha explicado que se trata de una familia compuesta por madre, padre y dos hijos, procedente de Damasco, de donde “huyeron a causa de la guerra”.
Todos ellos son fieles de la Iglesia Católica Greco-Melquita, de rito bizantino.
Los cuatro miembros de la familia se encuentran en un apartamento en el Vaticano gestionado por esta parroquia vaticana, en las inmediaciones de la basílica de San Pedro, y la Limosnería apostólica confirmó que se han iniciado ya “los procedimientos necesarios para solicitar la protección internacional” de estos refugiados.
La Limosnería recordó que según contempla la ley de Italia, “durante los primeros seis meses desde la presentación de la demanda de asilo, los solicitantes de protección internacional no pueden trabajar”.
Por ello, durante este periodo la familia será “asistida y acompañada por la comunidad parroquial de Sant’Anna”.
El pasado 6 de septiembre, el papa Francisco hizo un llamamiento a “parroquias, comunidades religiosas y monasterios” de Europa para abrieran sus puertas a refugiados como gesto previo al Jubileo de la Misericordia y anunció que así lo iban a hacer “las dos parroquias del Vaticano”.
La parroquia de Sant’Anna ya ha acogido a esta familia de refugiados, mientras que la otra parroquia vaticana, la de San Pedro, recibirá a otras personas cuya nacionalidad no ha trascendido por el momento, pues aún prosiguen los trámites necesarios para su acogida.
Además, la Limosnería vaticana ha puesto a disposición de centros de acogida de refugiados de Roma un ambulatorio móvil, que fue donado hace años al papa y que hasta ahora estaba reservado solamente a los eventos presididos por el pontífice.
Ahora, brindará asistencia durante algunos momentos de la semana a refugiados que se alojan en centros de acogida de la periferia de Roma.
Los voluntarios, concluye la Limosnería, son médicos, enfermeras, miembros de la Guardia Suiza y trabajadores del Estado Vaticano, de la Universidad de Tor Vergata y del Instituto de Medicina de Solidaridad Onlus.
Finalmente, la Limosnería recordó que en 2014 destinó 50.000 euros para ayudar en el pago de las tasas requeridas para la primera tarjeta que concede la residencia a los refugiados que la solicitan