El Celta incendia Nervión
Sevilla, As
Fuego en Nervión y no sólo por el intenso calor que se sufrió en la matinal en Nervión. El Celta incendió el coliseo sevillista con una primera parte de fútbol puro. Los gallegos eran aviones al lado de un once sevillista que bostezaba. Nolito y Wass firmaron los goles de una victoria corta, puesto que el celta mereció golear a un Sevilla que no demostró ser de Champions. Ni mucho menos, ahora mismo es un equipo virtualmente de Segunda y con todo merecimiento.
La clave estuvo en un centro del campo que fue coto privado de caza de Augusto y Wass. Ambos volaban al lado de Krychowiak, Banega y, sobre todo, un N'Zonzi que aún no se entera de qué va la película y no parece hacer por enterarse. Tampoco se explica su titularidad indiscutible por delante de jugadores que ya han demostrado más en la Liga y, sobre todo, con la camiseta del Sevilla.
Nolito se mofaba de Mariano cada vez que lo encaraba, y así llegó el primero, y Orellana se aprovechaba de que Coke jugara a pie cambiado, llegando de esta forma el segundo. Pitidos en Nervión y sensación de impotencia.
Si por abajo no podía ser, Emery intentó que fuer apor arriba en la segunda parte. Para ello entró Llorente, que prendió la mecha de la ilusión de la remontada con un remate de cabeza a los nueve minutos. Pero ahí se quedó la cosa, el arreón del Sevilla se derritió conforme la temperatura subía y el Celta no sufrió más de lo normal en los balones parados.
Krohn-Dehli tiró al palo, hubo balones sueltos en el área... No hubiera sido justo. El Celta mereció incluso golear como Iago Aspas se mereció la ovación que se llevó de su ex afición al ser sustituido. El Celta pinta bien mientras que el Sevilla da síntomas muy preocupantes.
Fuego en Nervión y no sólo por el intenso calor que se sufrió en la matinal en Nervión. El Celta incendió el coliseo sevillista con una primera parte de fútbol puro. Los gallegos eran aviones al lado de un once sevillista que bostezaba. Nolito y Wass firmaron los goles de una victoria corta, puesto que el celta mereció golear a un Sevilla que no demostró ser de Champions. Ni mucho menos, ahora mismo es un equipo virtualmente de Segunda y con todo merecimiento.
La clave estuvo en un centro del campo que fue coto privado de caza de Augusto y Wass. Ambos volaban al lado de Krychowiak, Banega y, sobre todo, un N'Zonzi que aún no se entera de qué va la película y no parece hacer por enterarse. Tampoco se explica su titularidad indiscutible por delante de jugadores que ya han demostrado más en la Liga y, sobre todo, con la camiseta del Sevilla.
Nolito se mofaba de Mariano cada vez que lo encaraba, y así llegó el primero, y Orellana se aprovechaba de que Coke jugara a pie cambiado, llegando de esta forma el segundo. Pitidos en Nervión y sensación de impotencia.
Si por abajo no podía ser, Emery intentó que fuer apor arriba en la segunda parte. Para ello entró Llorente, que prendió la mecha de la ilusión de la remontada con un remate de cabeza a los nueve minutos. Pero ahí se quedó la cosa, el arreón del Sevilla se derritió conforme la temperatura subía y el Celta no sufrió más de lo normal en los balones parados.
Krohn-Dehli tiró al palo, hubo balones sueltos en el área... No hubiera sido justo. El Celta mereció incluso golear como Iago Aspas se mereció la ovación que se llevó de su ex afición al ser sustituido. El Celta pinta bien mientras que el Sevilla da síntomas muy preocupantes.