Egipto mata por error a turistas mexicanos en un ataque aéreo
Interior afirma que el convoy fue confundido con terroristas. Hay 12 muertos y 10 heridos
Ricard González / Sonia Corona
Barcelona / México, El País
El Ejército egipcio atacó el domingo a un grupo de turistas mexicanos que recorría el oeste de Egipto. Al menos 12 mexicanos y egipcios fallecieron, y otros diez resultaron heridos después de que los militares lanzaran un ataque aéreo con aviones y helicópteros sobre los viajeros. Los soldados, según la versión oficial egipcia, creyeron que el convoy pertenecía al grupo yihadista Estado Islámico (EI), con el que mantienen duros combates. La cifra de fallecidos, hasta ahora, se mantiene confusa. Fuentes oficiales egipcias cifran ocho los turistas mexicanos muertos, mientras que el Gobierno de Enrique Peña Nieto solo admite dos.
En una llamada telefónica, el ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Sameh Shukry, expresó sus condolencias a su homóloga mexicana, Claudia Ruiz Massieu, y le explicó que el grupo de viajeros se hallaba en una zona donde se estaba llevando a cabo "una operación antiterrorista".
La ministra de Exteriores mexicana dijo que los mexicanos se habían detenido para descansar y comer en su ruta hacia el oasis de Bahariya (a 416 kilómetros de El Cairo) cuando ocurrió el incidente. El lugar de la tragedia se sitúa a unos 350 kilómetros al sur de la capital egipcia. La agencia de viajes egipcia Windows of Egypt —encargada del recorrido— informó al embajador de México en Egipto, Jorge Álvarez Fuentes, que en el grupo viajaban 10 mexicanos que habían llegado el 11 de septiembre a Egipto.
"Un equipo conjunto de la policía y el Ejército estaba persiguiendo a elementos terroristas en la área desértica de Al-Wahat y ha abierto fuego por error contra cuatro vehículos todoterreno con turistas mexicanos que se encontraban en una área restringida", señala el comunicado del Ministerio del Interior egipcio. "No debían estar allí, no tenían los permisos necesarios", ha insistido Rasha Azazi, portavoz del ministerio de Turismo.
Sin embargo, fuentes de la compañía que organizaba el viaje negaron la versión oficial. "Teníamos un permiso de la policía turística y el grupo tenía un agente de la policía turística acompañándolos", replicó un empleado de la empresa a el diario Al Ahram, tras afirmar que no era necesaria una autorización militar para estacionarse en la zona donde tuvo lugar el asalto. Uno de los chóferes del convoy dijo que habían sido atacados desde el aire por un helicóptero Apache, así como también por tropas de tierra. El convoy decidió detenerse porque uno de los pasajeros padecía diabetes y debía alimentarse lo más pronto posible, señaló el sindicato de guías turísticos a Efe. Los vehículos todoterreno se desviaron dos kilómetros de la carretera y dentro del desierto para hacer la escala.
El Gobierno mexicano ha reaccionado con celeridad, y el propio presidente Enrique Peña Nieto ha condenado a través de su cuenta de Twitter el incidente. En sus mensajes, el mandatario solicitó una "exhaustiva investigación" de lo ocurrido y afirmó que se incrementará en las próximas horas el personal diplomático en Egipto para atender a las víctimas y a sus familias. Por su parte, el ministerio de Interior egipcio anunció la creación de un grupo de trabajo para desvelar las circunstancias en las que se produjo el error fatal.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México ha señalado que Álvarez Fuentes, se ha entrevistado con seis mexicanos heridos, que se encuentran estables. El Gobierno egipcio informó en su comunicado que los heridos han sido trasladados al hospital Dar-al-Fouad, al oeste de El Cairo.
Durante los últimos días, se habían registrado en la zona occidental de Egipto, que limita con Libia, enfrentamientos entre tropas egipcias y militantes de la organización Wilayat Sina (Provincia del Sinaí), como fue rebautizado el grupo yihadista Ansar Bait al-Maqdis tras jurar lealtad al Estado Islámico el pasado invierno. Este grupo ha ido extendiendo su ámbito de actuación, antes circunscrito a la Península del Sinaí. En una de sus últimas acciones, el pasado agosto anunció la decapitación del croata Tomislav Salopek, un trabajador de una compañía petrolera secuestrado cuando volvía a El Cairo de una planta situada en el desierto.
Buena parte del desierto occidental, habitado por tribus beduinas, escapó al control del Estado después de la revolución del 2011 y se convirtió en uno de los principales puntos de tránsito del tráfico de armas entre Libia y Egipto. De hecho, varias fuentes no oficiales atribuyeron a las mafias el ataque contra un puesto de control del Ejército ocurrido en julio del 2014 y que se saldó con la muerte de 21 soldados.
Si bien no figura entre los principales puntos de destino turístico de Egipto, la zona desértica entre los oasis de Bahariya y Dahla cuenta con paisajes de gran belleza natural que atraen a los viajeros que quieren explorar el país árabe más allá de los circuitos habituales. El trágico incidente del domingo supone un nuevo golpe al atribulado sector turístico egipcio, uno de los puntales de la economía del país árabe antes de la revolución, y que no ha podido todavía recuperarse a causa de la interminable retahíla de acciones violentas que ha padecido el país en el convulso periodo posrevolucionario. El año pasado recibió casi 10 millones de turistas, mientras que en 2010 ascendieron a 14,7 millones.
Ricard González / Sonia Corona
Barcelona / México, El País
El Ejército egipcio atacó el domingo a un grupo de turistas mexicanos que recorría el oeste de Egipto. Al menos 12 mexicanos y egipcios fallecieron, y otros diez resultaron heridos después de que los militares lanzaran un ataque aéreo con aviones y helicópteros sobre los viajeros. Los soldados, según la versión oficial egipcia, creyeron que el convoy pertenecía al grupo yihadista Estado Islámico (EI), con el que mantienen duros combates. La cifra de fallecidos, hasta ahora, se mantiene confusa. Fuentes oficiales egipcias cifran ocho los turistas mexicanos muertos, mientras que el Gobierno de Enrique Peña Nieto solo admite dos.
En una llamada telefónica, el ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Sameh Shukry, expresó sus condolencias a su homóloga mexicana, Claudia Ruiz Massieu, y le explicó que el grupo de viajeros se hallaba en una zona donde se estaba llevando a cabo "una operación antiterrorista".
La ministra de Exteriores mexicana dijo que los mexicanos se habían detenido para descansar y comer en su ruta hacia el oasis de Bahariya (a 416 kilómetros de El Cairo) cuando ocurrió el incidente. El lugar de la tragedia se sitúa a unos 350 kilómetros al sur de la capital egipcia. La agencia de viajes egipcia Windows of Egypt —encargada del recorrido— informó al embajador de México en Egipto, Jorge Álvarez Fuentes, que en el grupo viajaban 10 mexicanos que habían llegado el 11 de septiembre a Egipto.
"Un equipo conjunto de la policía y el Ejército estaba persiguiendo a elementos terroristas en la área desértica de Al-Wahat y ha abierto fuego por error contra cuatro vehículos todoterreno con turistas mexicanos que se encontraban en una área restringida", señala el comunicado del Ministerio del Interior egipcio. "No debían estar allí, no tenían los permisos necesarios", ha insistido Rasha Azazi, portavoz del ministerio de Turismo.
Sin embargo, fuentes de la compañía que organizaba el viaje negaron la versión oficial. "Teníamos un permiso de la policía turística y el grupo tenía un agente de la policía turística acompañándolos", replicó un empleado de la empresa a el diario Al Ahram, tras afirmar que no era necesaria una autorización militar para estacionarse en la zona donde tuvo lugar el asalto. Uno de los chóferes del convoy dijo que habían sido atacados desde el aire por un helicóptero Apache, así como también por tropas de tierra. El convoy decidió detenerse porque uno de los pasajeros padecía diabetes y debía alimentarse lo más pronto posible, señaló el sindicato de guías turísticos a Efe. Los vehículos todoterreno se desviaron dos kilómetros de la carretera y dentro del desierto para hacer la escala.
El Gobierno mexicano ha reaccionado con celeridad, y el propio presidente Enrique Peña Nieto ha condenado a través de su cuenta de Twitter el incidente. En sus mensajes, el mandatario solicitó una "exhaustiva investigación" de lo ocurrido y afirmó que se incrementará en las próximas horas el personal diplomático en Egipto para atender a las víctimas y a sus familias. Por su parte, el ministerio de Interior egipcio anunció la creación de un grupo de trabajo para desvelar las circunstancias en las que se produjo el error fatal.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México ha señalado que Álvarez Fuentes, se ha entrevistado con seis mexicanos heridos, que se encuentran estables. El Gobierno egipcio informó en su comunicado que los heridos han sido trasladados al hospital Dar-al-Fouad, al oeste de El Cairo.
Durante los últimos días, se habían registrado en la zona occidental de Egipto, que limita con Libia, enfrentamientos entre tropas egipcias y militantes de la organización Wilayat Sina (Provincia del Sinaí), como fue rebautizado el grupo yihadista Ansar Bait al-Maqdis tras jurar lealtad al Estado Islámico el pasado invierno. Este grupo ha ido extendiendo su ámbito de actuación, antes circunscrito a la Península del Sinaí. En una de sus últimas acciones, el pasado agosto anunció la decapitación del croata Tomislav Salopek, un trabajador de una compañía petrolera secuestrado cuando volvía a El Cairo de una planta situada en el desierto.
Buena parte del desierto occidental, habitado por tribus beduinas, escapó al control del Estado después de la revolución del 2011 y se convirtió en uno de los principales puntos de tránsito del tráfico de armas entre Libia y Egipto. De hecho, varias fuentes no oficiales atribuyeron a las mafias el ataque contra un puesto de control del Ejército ocurrido en julio del 2014 y que se saldó con la muerte de 21 soldados.
Si bien no figura entre los principales puntos de destino turístico de Egipto, la zona desértica entre los oasis de Bahariya y Dahla cuenta con paisajes de gran belleza natural que atraen a los viajeros que quieren explorar el país árabe más allá de los circuitos habituales. El trágico incidente del domingo supone un nuevo golpe al atribulado sector turístico egipcio, uno de los puntales de la economía del país árabe antes de la revolución, y que no ha podido todavía recuperarse a causa de la interminable retahíla de acciones violentas que ha padecido el país en el convulso periodo posrevolucionario. El año pasado recibió casi 10 millones de turistas, mientras que en 2010 ascendieron a 14,7 millones.