Derrick Rose: 94 millones malditos por las lesiones

Chicago, As
Derrick Rose se ha vuelto a lesionar. Es un déjà vu, lo sé. Una noticia que ya no es noticia ni en la NBA ni en el baloncesto mundial. Una historia más próxima Al otro lado de la realidad que a la propia realidad, más cercana a lo tragicómico que al simple drama. Su calvario, desde que fue nombrado MVP, ya no hay quien lo defina. Prueben con desgracia, mala suerte, maldición... Cualquiera vale, la verdad.


Esta vez, el jugador de los Chicago Bulls se ha fracturado el hueso orbital izquierdo (cuenca del ojo izquierdo) tras recibir un codazo involuntario de uno de sus compañeros en el primer entrenamiento del equipo. Dos días después del media day y de reconocer que por fin, tras tres o cuatro años, pudo volver a la rutina de preparación durante el verano. "Sé que soy bueno. Hay mucha gente que no sabe lo que puedo hacer", subrayó en la presentación ante los medios de comunicación. Ahora, está otra vez en el dique seco y con el incertidumbre de cuándo volverá a las canchas.

Su retorno, de nuevo, será portada de todos los medios y Adidas, su marca de calzado que pagó por su imagen 250 millones (repartidos en diez años desde 2011), hará anuncios proclamando la vuelta de un jugador, que con sólo 26 años y siete temporadas en la élite, ha disputado 381 partidos de los 621 que han jugado los Bulls desde 2008. Un 61,3% del total.

Una cifra que ha menguado drásticamente después de explotar como estrella de la Liga en la 2011. Ese año, el tres veces All Star fue nombrado MVP y firmó un contrato astronómico de 94,3 millones por cinco temporadas. Ahí acabó su suerte. Desde ese año ha participado en 113 encuentros de los 347 posibles, es decir, en tan sólo un 32,5%. El compañero de Pau Gasol lleva cobrado de su gran contrato 52,8 millones, lo que significa un desembolso de 467.256 dólares por cada duelo. Si los hubiera jugado todos, la cifra se reduciría a los 152.161. Ambas cifras (porcentaje de encuentros y coste económico) pueden variar, mucho o poco, tras este nuevo contratiempo, que deja a Fred Hoiberg en una situación que ya conocía a la perfección Thibodeau: aprender a vivir sin Rose.
Las temporadas de Rose, una a una:

Temporada 2008-2009 | 88 partidos de 89.

Después de jugar los 40 partidos en la universidad de Memphis, llega a la NBA como número uno del draft. Sólo se pierde un partido. El 24 de marzo por problemas en la muñeca. Alcanza el premio de rookie del año con una media de 16,8 puntos y 6,3 asistencias. En la primera ronda de playoffs luce con fuerza (19,7 tantos, 6,3 rebotes y 6,4 pases a canasta en casi 45 minutos por partidos) ante los Celtics, pero no evita la derrota en siete encuentros.

Temporada 2009-2010 | 83 de 87.

Se pierde cuatro partidos por un esguince de muñeca en marzo y los Bulls no ganan en su ausencia. En las rondas finales, los Cleveland Cavaliers de LeBron James son demasiado para un base que ya prepara su salto definitivo a la NBA: 26,8 puntos y 7,2 asistencias en 42,5 minutos en playoffs.

Temporada 2010-2011 | 97 de 98.

Su año. Se pierde el decimocuarto partido de la temporada por rigidez en el cuello y ya. Logra un récord personal de 81 partidos seguidos con unos Bulls que logran el récord de victorias de la franquicia en más de una década (62-20). 25,0 tantos y 7,7 asistencias, más el buen papel del equipo, le coronan como MVP más joven de la historia. Los de Illinois caerían en la final del Este ante el primer proyecto de LeBron con Miami. Rose finaliza con 27,1 puntos los 16 duelos de playoffs.

Temporada 2011-2012 | 40 de 72.

Comienza el calvario. En enero llega su primera lesión esa campaña. Un esguince en el dedo gordo del pie izquierdo le hace estar de baja cinco partidos y otros cinco un mes después. La ingle le deja fuera 12. En abril, más: tobillo y pie. Pero lo peor llega en el primer partido de la primera ronda de playoffs ante los Sixers, cuando se rompe el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Adiós a lo que resta de curso y siguiente en su totalidad.

Temporada 2012-2013 | 0 de 94.

Los Bulls inician una nueva forma de vida: existir sin su jugador franquicia. A pesar de todos los rumores, el base no vuelve ni después del All Star ni en playoffs. El proceso de recuperación es lento y el jugador admite que sólo regresará a la pista cuando esté al 110%.

Temporada 2013-2014 | 10 de 87.

La vuelta más esperada en el baloncesto mundial. Anuncios en radio, televisión y prensa aclaman la vuelta de un emocionado Rose. A mediados de noviembre falta a un partido por una torcedura en el tendón, pero participa en 9 de los 10 primeros encuentros del torneo. Entonces llega el 22 de noviembre. Rose se rompe el menisco en noviembre de 2013. Entonces optó por repararlo y recolocarlo, en vez de quitarlo, lo que se tradujo en un periodo de rehabilitación más prolongado. Regresó a las canchas con la selección de Estados Unidos, ya en verano.

Temporada 2014-2015 | 63 de 94.

Rose se pierde cuatro de los nueve primeros partidos con los Bulls por un par de esguinces de tobillo. A los que hay que sumar otros cuatro por problemas en el tendón de la corva y dos más en diciembre por enfermedad y uno en enero por dolores en la rodilla izquierda. Tras el All Star, el 24 de febrero, el equipo de Chicago anuncia que una resonancia magnética al base confirma una desgarro en el menisco de la rodilla derecha que requirió una cirugía que impidió a Rose disputar 20 partidos.

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