China suma 8.000 efectivos a la fuerza de paz de Naciones Unidas

Ban Ki-moon hace un llamamiento a la acción colectiva para evitar otra catástrofe humana


Sandro Pozzi
Nueva York, El País
China quiere ser más que una potencia económica mayor en el mundo. Aprovechando la celebración del 70 aniversario de las Naciones Unidas, el presidente Xi Jinping anunció este lunes ante el plenario de la Asamblea General que su país va a participar con 8.000 efectivos en la fuerza de pacificación de la ONU. En paralelo, va a movilizar 100 millones de dólares en asistencia militar a la Unión Africana.


“La historia es un espejo. Solo aprendiendo las lecciones de la historia se puede evitar repetir las calamidades del pasado, y por eso debemos examinarla con conciencia”, declaró Jinping al arrancar su intervención. “El pasado no puede cambiarse, pero el futuro puede formarse”. Por eso, para garantizar la paz, Pekín decide ahora crear una fuerza permanente de cascos azules.

En concreto, su país podrá a disposición de las Naciones Unidas un escuadrón de policía permanente. Con un efectivo de este tamaño espera asumir la “dirección” de estas operaciones. La aportación a la Unión Africana, explicó, se utilizará para reforzar su capacidad en la respuesta de crisis que emerjan en el continente. Además, destinará 1.000 millones de dólares al Fondo para la Paz y el Desarrollo.

China es en la actualidad el noveno contribuyente de tropas a la ONU, con unos 3.000 efectivos sobre un total de 106.500 cascos azules. Con esta aportación multiplicaría su aportación técnicamente por cuatro. Estados Unidos. ya pidió en julio a los países miembros más solados, mejor preparados y equipados, para poder actuar con rapidez en conflictos cada vez más complejos y peligrosos.

Con este propósito, el presidente Barack Obama convocó durante la sesión de la tarde una reunión especial paralela de los miembros de los dedicada a reforzar los efectivos de estas misiones de mantenimiento de la paz. Citó que medio centenar de países contribuirán con 30.000 militares y soldados más. Washington va a reforzar también su asistencia a la ONU.

Xi Jinping dejó claro ante el plenario que su país no tiene ambiciones “expansionistas” ni busca incrementar su “esfera de influencia”, pero si garantizó que China estará siempre del lado de los países en desarrollo. También hizo un llamamiento a que se creen “alianzas” en las que los países se traten como iguales. “Ningún país puede preservar su seguridad a expensas de otros”, dijo.

El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, presentó en su “memoria anual” ante el plenario un panorama desolador. Los ciudadanos, dijo, están perdiendo la confianza hacia los líderes porque no son capaces de responder a los principios sobre los que se construyó el organismo. El mundo, denunció, vive un sufrimiento que no se vivía desde la Segunda Guerra Mundial.

“Todos los países deben hacer más para hacer frente a sus responsabilidades”, pidió el máximo responsable de la ONU haciendo referencia a las crisis en Siria, Yemen o Ucrania. Por eso emplazó a los países miembros a actuar de forma colectiva para evitar otra catástrofe humana como la que desoló el mundo hace siete décadas. Lo hecho hasta ahora, lamentó, dista de ser suficiente.

El presidente de turno de la Asamblea General, el danés Mogens Lykketoft, aseguró que el mundo vive en este momento una paradoja. Por un lado, nunca disfrutó de tanta prosperidad. Pero al mismo tiempo, advirtió, nunca desde la Segunda Guerra Mundial corrió un riesgo tan grande de echar por tierra lo logrado. “La locura de las guerras y la destrucción han aumentado”, dijo, “y están desarraigando cada vez a más gente”.

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