China acusa a Japón de amenazar la paz en la región

Pekín advierte de que Tokio rompe su compromiso de 1945 con su reforma constitucional

Agencias
Tokio
China acusó este sábado a Japón de poner en riesgo la paz en la región después de que Tokio aprobara un cambio legislativo que permite a las tropas niponas combatir en el exterior por primera vez desde la II Guerra Mundial. Pekín pidió a Tokio que “aprendiera las profundas lecciones de la historia” y advirtió de que los nuevos cambios legales “no solo rompen la promesa que el país hizo al mundo tras el conflicto, en 1945, sino que también traiciona a su propia gente”, según un editorial de la agencia estatal Xinhua.


Después de un duro debate y de enfrentamientos entre grupos de diputados, que llegaron incluso a las manos, el Gobierno japonés, que preside Shinzo Abe, logró sacar adelante a última hora del viernes un cambio en la ley para permitir a las tropas combatir en el exterior, una acción prohibida explícitamente por la Constitución desde su derrota en la II Guerra Mundial, hace ahora 70 años.

El ministro de Defensa de China aseguró ayer que las reformas han provocado una grave preocupación “entre los ciudadanos japoneses, sus vecinos asiáticos y en la sociedad internacional”, según recogen los medios oficiales del país.

Para Abe, sin embargo, los cambios resultaban imprescindibles para proteger al país de la creciente amenaza que, en su opinión, suponen tanto China como Corea del Norte, aunque la oposición teme que la vaga redacción de los textos permita la incorporación plena de Japón a los conflictos en el exterior.
Reservas de Seúl

Lo cierto es que Corea del Sur también ha expresado sus reservas ante los cambios legislativos aprobados por Japón y pidió al Gobierno tokiota transparencia a la hora de implementar su nueva política de defensa “al tiempo que preserva el espíritu pacifista de su constitución”, según un comunicado del ministerio de Asuntos Exteriores del país.

El primer ministro nipón ha sido incapaz de lograr apoyos suficientes para modificar ese espíritu pacifista de la Carta Magna y ha optado por una “reinterpretación” del texto constitucional para lograr aprobar los cambios en las leyes. La decisión ha provocado críticas internas y enfrentamientos no vistos en décadas en Japón.

Alrededor de 300 personas se manifestaron ayer delante del Parlamento, en protesta por la reforma aprobada y sus organizadores aseguraron que llevarían el caso ante la Justicia porque, en su opinión, la legislación atenta contra la Constitución.

Independientemente del recorrido judicial, los cambios tardarán meses en entrar en vigor y tienen que ser aún aprobados por el Tribunal Supremo. Según los expertos, incluso con los actuales cambios, la capacidad de acción militar de Japón será mucho más limitada que en otros países: el Parlamento tendrá que aprobar cualquier operación, siguiendo criterios estrictos, y el despliegue militar debe reducirse al mínimo posible.

Socios tradicionales de Japón en las misiones en el exterior, como Australia, aplaudieron ayer los cambios introducidos.

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