Carly Fiorina, la única capaz de callar a Trump en el segundo debate republicano

El magnate marcha muy por delante en las encuestas, pero la antigua CEO de HP se está destapando como una gran oradora y ha empezado a remontar.

Javier Taeño | Gaceta trotamundos
Elegante, sobria, con experiencia y conocimientos y sobre todo la gran ganadora del segundo debate entre los candidatos republicanos que aspiran a la Casa Blanca. En silencio y sin entrar en polémicas Carly Fiorina, la antigua CEO de la compañía Hewlett Packard –más conocida como HP- se está haciendo un hueco en las encuestas y poco a poco va remontando. También consigue lo que hasta ahora en la campaña nadie ha logrado, callar a Donald Trump. Visto lo visto tiene mérito.


Y es que la carrera hacia la presidencia ya ha dado comienzo y son los republicanos los grandes animadores, con más de una decena de candidatos que esperan acabar con ocho años de gobiernos demócrata. Y lo cierto es que hay un favorito claro que asoma en el horizonte; la sobreexposición mediática de Trump, que en las últimas semanas se ha dedicado más a repartir ataques a diestro y siniestro que a proponer cosas le ha dado sus frutos y camina con una ventaja cómoda en las encuestas.

Según la última, de CNN y ORC, cuenta con un apoyo de un 32%, por delante del cirujano retirado Ben Carson (19%) y Jeb Bush (9%). Pero para Fiorina esto se ha convertido en una carrera de fondo y tras destacar en el primer debate, lo que le abrió las puertas de este segundo celebrado en la Biblioteca Ronald Reagan en Simi Valley (California), ha empezado su remontada. Lo necesita desde ese 3% que tiene ahora.

Todos los analistas coinciden en que fue la más destacada, mostrando que no va a ser una mera comparsa. Precisamente esta mujer, la única precandidata entre los republicanos, recibió duras críticas de Trump hace escasos días al atacar su apariencia física, tal y como reveló la revista Rolling Stone.

"¡Miren qué cara! ¿Alguien votaría por eso? ¿Pueden imaginar esa cara la de nuestro nuevo presidente?", dijo el candidato.

Pero Fiorina decidió contestarle donde más daño puede hacer a Trump: en la arena política. Primero no queriendo responder a estas declaraciones pese a que la preguntaron, mostrando elegancia y temple ante el aplauso del público, y después dando una auténtica lección de política exterior en la que desgranó algunas de sus ideas como ampliar el Ejército, contener a Rusia y armar a los aliados estadounidenses en Oriente Medio. No está entre las favoritas, pero en las últimas semanas se ha observado su despegue y puede poner contra las cuerdas a los que marchan por delante de ella.

Por su parte Trump quiso cerrar la polémica con Fiorina y manifestó que pensaba que era “una mujer hermosa”, para después pasar a atacar a algunos de sus rivales, como al senador de Kentucky, Rand Paul, muy hundido en las encuestas, al que el magnate le dijo que “ni siquiera debería estar ya en esta etapa” (refiriéndose a la carrera presidencial).

Respecto a Carson, estuvo comedido y no quiso manifestarse sobre sus planes fiscales o de inmigración, asegurando que todavía los está formulando. Jeb Bush y Scott Walker sí que estuvieron más incisivos intentando recortar distancia con Trump, pero se encontraron con las tablas del magnate que en ese terreno es capaz de moverse como pez en el agua.

Otros candidatos como Ted Cruz o Marco Rubio también intentan agarrarse a la carrera presidencial y destacaron en su defensa de la inmigración, teniendo los dos orígenes hispanos. Pero el día era de Fiorina.

La siguiente etapa en el camino es el debate del 28 de octubre de la CNBC, que se celebrará en el Coors Events Center en la universidad de Colorado y donde los candidatos podrán medir sus fuerzas de nuevo. Todos tendrán la vista puesta en el 1 de febrero de 2016 en Iowa, donde darán comienzo las primarias y los 30 delegados de este estado empezarán a poner las cartas sobre la mesa.

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