Tsipras logra aprobar el rescate pero su Gobierno queda muy debilitado
El primer ministro presentará una moción de confianza después de que un tercio de su grupo votara en contra del acuerdo
María Antonia Sánchez-Vallejo
Madrid, El País
El Gobierno griego se someterá a un voto de confianza en el Parlamento tras el varapalo infligido por sus propias filas en la votación del tercer rescate, esta mañana. El Ejecutivo que preside Alexis Tsipras perdió definitivamente su mayoría absoluta parlamentaria al encajar hasta 47 votos desfavorables de Syriza, entre noes, abstenciones y una ausencia, si bien el acuerdo con los socios salió adelante gracias al apoyo de los tres partidos de la oposición proeuropea (liberales, conservadores y socialistas). Los conservadores de Nueva Democracia (ND, 76 escaños) ya han señalado que no votarán a favor del Gobierno en la moción de confianza, que será convocada probablemente por Tsipras a partir del 20 de agosto, cuando Grecia debe devolver 3.200 millones al Banco Central Europeo. Sin el respaldo del principal partido de la oposición y con la brecha abierta en sus filas, el Ejecutivo de Tsipras caería.
En una acalorada sesión que se prolongó hasta la mañana, acumulando un considerable retraso por las objeciones de procedimiento de la presidenta del Parlamento, Zoí Konstandopulu –una de las voces más críticas de Syriza-, el acuerdo con los socios para el tercer rescate (85.000 millones a tres años) recibió la preceptiva luz verde para que el ministro de Finanzas, Efklidis Tsakalotos, participe esta tarde en el Eurogrupo que lo aprobará, posibilitando el desembolso del primer tramo de la ayuda, que Atenas espera se cifre entre 20.000 y 25.000 millones de euros.
En su discurso a la Cámara antes de la votación, Tsipras defendió su decisión de aceptar un programa cuajado de duras condiciones como subidas de impuestos o recorte de gastos sociales, afirmando que tuvo que elegir “entre seguir vivos o el suicidio”. “No lamento la decisión. No estamos exultantes pero tampoco en duelo. Tengo la conciencia limpia porque es lo mejor que pudimos lograr bajo el actual equilibrio de poderes en Europa, bajo las condiciones de asfixia económica y financiera que nos impusieron”.
Aunque haya sacado adelante el rescate, Tsipras ha sufrido un serio revés. Los 47 diputados rebeldes de Syriza (32 noes, 11 abstenciones, un ausente y tres votos parciales en contra) suponen un tercio de su bancada (149 escaños), y además representan una docena más que los que se opusieron en las votaciones anteriores, en julio, de las medidas urgentes impuestas por el cuarteto para proceder a la negociación del rescate.
La ruptura de Syriza parece, pues, consumada. La presidenta del Parlamento, que votó en contra y sobre todo exasperó a Tsipras retardando con sus objeciones formales la sesión, manifestó después del voto: “No voy a apoyar al primer ministro nunca más”. El exministro de Finanzas Yanis Varoufakis, otro de los que votaron no, se mostró sin embargo algo más conciliador al señalar que apoya al Gobierno y a su grupo parlamentario, pero no el rescate, por lo que probablemente entregue su acta de diputado para que Syriza no pierda la mayoría.
Sobre el futuro inmediato, la portavoz del Gobierno, Olga Yerovasili, indicó que se hará lo que corresponda “en conformidad con la Constitución y con el reglamento de la Cámara”.
María Antonia Sánchez-Vallejo
Madrid, El País
El Gobierno griego se someterá a un voto de confianza en el Parlamento tras el varapalo infligido por sus propias filas en la votación del tercer rescate, esta mañana. El Ejecutivo que preside Alexis Tsipras perdió definitivamente su mayoría absoluta parlamentaria al encajar hasta 47 votos desfavorables de Syriza, entre noes, abstenciones y una ausencia, si bien el acuerdo con los socios salió adelante gracias al apoyo de los tres partidos de la oposición proeuropea (liberales, conservadores y socialistas). Los conservadores de Nueva Democracia (ND, 76 escaños) ya han señalado que no votarán a favor del Gobierno en la moción de confianza, que será convocada probablemente por Tsipras a partir del 20 de agosto, cuando Grecia debe devolver 3.200 millones al Banco Central Europeo. Sin el respaldo del principal partido de la oposición y con la brecha abierta en sus filas, el Ejecutivo de Tsipras caería.
En una acalorada sesión que se prolongó hasta la mañana, acumulando un considerable retraso por las objeciones de procedimiento de la presidenta del Parlamento, Zoí Konstandopulu –una de las voces más críticas de Syriza-, el acuerdo con los socios para el tercer rescate (85.000 millones a tres años) recibió la preceptiva luz verde para que el ministro de Finanzas, Efklidis Tsakalotos, participe esta tarde en el Eurogrupo que lo aprobará, posibilitando el desembolso del primer tramo de la ayuda, que Atenas espera se cifre entre 20.000 y 25.000 millones de euros.
En su discurso a la Cámara antes de la votación, Tsipras defendió su decisión de aceptar un programa cuajado de duras condiciones como subidas de impuestos o recorte de gastos sociales, afirmando que tuvo que elegir “entre seguir vivos o el suicidio”. “No lamento la decisión. No estamos exultantes pero tampoco en duelo. Tengo la conciencia limpia porque es lo mejor que pudimos lograr bajo el actual equilibrio de poderes en Europa, bajo las condiciones de asfixia económica y financiera que nos impusieron”.
Aunque haya sacado adelante el rescate, Tsipras ha sufrido un serio revés. Los 47 diputados rebeldes de Syriza (32 noes, 11 abstenciones, un ausente y tres votos parciales en contra) suponen un tercio de su bancada (149 escaños), y además representan una docena más que los que se opusieron en las votaciones anteriores, en julio, de las medidas urgentes impuestas por el cuarteto para proceder a la negociación del rescate.
La ruptura de Syriza parece, pues, consumada. La presidenta del Parlamento, que votó en contra y sobre todo exasperó a Tsipras retardando con sus objeciones formales la sesión, manifestó después del voto: “No voy a apoyar al primer ministro nunca más”. El exministro de Finanzas Yanis Varoufakis, otro de los que votaron no, se mostró sin embargo algo más conciliador al señalar que apoya al Gobierno y a su grupo parlamentario, pero no el rescate, por lo que probablemente entregue su acta de diputado para que Syriza no pierda la mayoría.
Sobre el futuro inmediato, la portavoz del Gobierno, Olga Yerovasili, indicó que se hará lo que corresponda “en conformidad con la Constitución y con el reglamento de la Cámara”.