Toño amarga al Valencia
Valencia, As
Toño rescató al Rayo en el añadido, como lo hizo en la primera parte, como ya había sucedido la temporada pasada. Al igual que entonces, el conjunto vallecano arranca con empate y sigue sin saber qué es la derrota en su estreno desde que volvió a Primera. Sin embargo, este punto salva también la estadística de un Valencia que siempre ha puntuado en el primer partido de Liga desde la 2008-09. Todos contentos.
Sobre el tapete, ambos técnicos cumplieron con el guión. Ya avisó Paco en la previa. En su búsqueda para la mediapunta iba a tirar de algún jugador de otra posición. Miku fue el convexo y se convirtió en el fiel escudero de Manucho. Por su parte, Nuno dejó a un lado la opción de los dos puntas y arriesgó todo por Negredo, que lució en su regreso a casa.
Las primeras ocasiones del partido corrieron por parte de Bebé (3’ y 5’), sin duda, uno de los más activos en ataque. Sin embargo, el Valencia se iba haciendo con el control, labrando poco a poco la leyenda de Toño. El portero fue un muro infranqueable en dos claras llegadas che. Detuvo con su pie un mano a mano con Santi Mina en el minuto 12 y metió una mano milagrosa a Santi Mina (tras la dejada de cabeza de Negredo a medido centro de Piatti) en el 19’. Precisamente el extremo argentino fue el protagonista del tercer susto en la grada, cuando capturó un balón en el área con la puntera y se marchó fuera. Los aficionados franjirrojos sobrevivieron al infarto, al arreón valencianista y ovacionaron a Toño.
El Rayo resistió la embestida y Ebert lo intentó desde fuera del área. Peleón como Manucho, que aprovechó un error de Vezo pero se resbaló ante la presión de Mustafi. Los locales no sucumbieron. Vallecas rugía. El Rayo tomaba aire. Quedaba el segundo asalto.
La consigna parecía clara: centros a Manucho. Primero le centró Nacho, después Miku y el último fue de Ebert. Lo rondaban los locales y Paco movió ficha sacando al centenario Lass y a Fariña. El partido se electrizó. El guineano asistió al mediapunta argentino, remató... el Valencia se cortocircuitó. Pero el último chispazo de Negredo, ya en tiempo añadido, lo frenó Toño con el bíceps. Ya convertido en gigante.
Toño rescató al Rayo en el añadido, como lo hizo en la primera parte, como ya había sucedido la temporada pasada. Al igual que entonces, el conjunto vallecano arranca con empate y sigue sin saber qué es la derrota en su estreno desde que volvió a Primera. Sin embargo, este punto salva también la estadística de un Valencia que siempre ha puntuado en el primer partido de Liga desde la 2008-09. Todos contentos.
Sobre el tapete, ambos técnicos cumplieron con el guión. Ya avisó Paco en la previa. En su búsqueda para la mediapunta iba a tirar de algún jugador de otra posición. Miku fue el convexo y se convirtió en el fiel escudero de Manucho. Por su parte, Nuno dejó a un lado la opción de los dos puntas y arriesgó todo por Negredo, que lució en su regreso a casa.
Las primeras ocasiones del partido corrieron por parte de Bebé (3’ y 5’), sin duda, uno de los más activos en ataque. Sin embargo, el Valencia se iba haciendo con el control, labrando poco a poco la leyenda de Toño. El portero fue un muro infranqueable en dos claras llegadas che. Detuvo con su pie un mano a mano con Santi Mina en el minuto 12 y metió una mano milagrosa a Santi Mina (tras la dejada de cabeza de Negredo a medido centro de Piatti) en el 19’. Precisamente el extremo argentino fue el protagonista del tercer susto en la grada, cuando capturó un balón en el área con la puntera y se marchó fuera. Los aficionados franjirrojos sobrevivieron al infarto, al arreón valencianista y ovacionaron a Toño.
El Rayo resistió la embestida y Ebert lo intentó desde fuera del área. Peleón como Manucho, que aprovechó un error de Vezo pero se resbaló ante la presión de Mustafi. Los locales no sucumbieron. Vallecas rugía. El Rayo tomaba aire. Quedaba el segundo asalto.
La consigna parecía clara: centros a Manucho. Primero le centró Nacho, después Miku y el último fue de Ebert. Lo rondaban los locales y Paco movió ficha sacando al centenario Lass y a Fariña. El partido se electrizó. El guineano asistió al mediapunta argentino, remató... el Valencia se cortocircuitó. Pero el último chispazo de Negredo, ya en tiempo añadido, lo frenó Toño con el bíceps. Ya convertido en gigante.