Soldado y Rubén Castro: los matadores hacen justicia
Villarreal, As
La pegada de dos Matadores puso justicia a un partido que el Betis jugó con ánimo y valentía en su regreso a la categoría y en el que el Villarreal, consolidado, puso la solidez. Marcelino no echará de menos a Vietto, al menos de momento, porque Soldado se estrenó con un tanto a pesar de no estar al cien por cien. Mel y Heliópolis siguen teniendo a su ángel: Rubén Castro Martín, que empató cuando ya se daba todo por perdido.
Salió el Betis sin la perla Ceballos y con sólo dos fichajes, Vargas y Pezzella, en el once titular. Mal el argentino, en la marca y en los despejes. Activo el peruano, al que eclipsaron, por la otra banda, las progresiones de un activo Piccini. Pero sin rematador.
Con una mayoría de futbolistas de Segunda, el que comenzó siendo un buen Betis perdió por lo que más penaliza en Primera: el medio segundo, los detalles. Baptistao estaba en fuera de juego, Soldado no y el valenciano se estrenó con estrella, el gol. Quedaba mucho tiempo pero poco Betis, incapaz apenas de desbordar y crear ocasiones claras.
Un Villarreal plagado de nuevas caras, sobre todo en ataque, ya tenía el partido de cara. El 0-1 diluyó al Betis hasta la segunda mitad, que también inauguró el equipo local con brío, en un cabezazo desviado de Molina y dos jugaditas de Rubén Castro que, por fin, puso a prueba a Areola.
Más claramente pudo sentenciar el Villarreal, rápidos Nahuel y luego Samu García, con Bakambu a la contra. Pezzella sacó bajo palos un chut del senegalés, que también debutaba, y luego el malagueño disparó al palo. Bailly, a la salida de un córner, cabeceó alto mientras el Betis parecía abocado a la derrota, incluso con Ceballos ya sobre el campo. Jugar provocará que no haya dudas con su cláusula: ya vale 12 kilos.
Parecía que esa iba a ser la única buena noticia del Betis en una noche extraña cuando apareció Rubén, el de casi siempre en estos turbulentos últimos cinco años béticos. En otra jugada larga y polémica en la que el Villarreal pidió fuera de juego de Xavi Torres, el canario hizo el último remate, a la red, para salvar al primer punto.
La pegada de dos Matadores puso justicia a un partido que el Betis jugó con ánimo y valentía en su regreso a la categoría y en el que el Villarreal, consolidado, puso la solidez. Marcelino no echará de menos a Vietto, al menos de momento, porque Soldado se estrenó con un tanto a pesar de no estar al cien por cien. Mel y Heliópolis siguen teniendo a su ángel: Rubén Castro Martín, que empató cuando ya se daba todo por perdido.
Salió el Betis sin la perla Ceballos y con sólo dos fichajes, Vargas y Pezzella, en el once titular. Mal el argentino, en la marca y en los despejes. Activo el peruano, al que eclipsaron, por la otra banda, las progresiones de un activo Piccini. Pero sin rematador.
Con una mayoría de futbolistas de Segunda, el que comenzó siendo un buen Betis perdió por lo que más penaliza en Primera: el medio segundo, los detalles. Baptistao estaba en fuera de juego, Soldado no y el valenciano se estrenó con estrella, el gol. Quedaba mucho tiempo pero poco Betis, incapaz apenas de desbordar y crear ocasiones claras.
Un Villarreal plagado de nuevas caras, sobre todo en ataque, ya tenía el partido de cara. El 0-1 diluyó al Betis hasta la segunda mitad, que también inauguró el equipo local con brío, en un cabezazo desviado de Molina y dos jugaditas de Rubén Castro que, por fin, puso a prueba a Areola.
Más claramente pudo sentenciar el Villarreal, rápidos Nahuel y luego Samu García, con Bakambu a la contra. Pezzella sacó bajo palos un chut del senegalés, que también debutaba, y luego el malagueño disparó al palo. Bailly, a la salida de un córner, cabeceó alto mientras el Betis parecía abocado a la derrota, incluso con Ceballos ya sobre el campo. Jugar provocará que no haya dudas con su cláusula: ya vale 12 kilos.
Parecía que esa iba a ser la única buena noticia del Betis en una noche extraña cuando apareció Rubén, el de casi siempre en estos turbulentos últimos cinco años béticos. En otra jugada larga y polémica en la que el Villarreal pidió fuera de juego de Xavi Torres, el canario hizo el último remate, a la red, para salvar al primer punto.