Scioli vuelve de Italia e intenta salvar su imagen en las inundaciones

El gobernador de Buenos Aires declara la “emergencia hídrica”. El candidato justifica su viaje porque estaba agotado tras las primarias y quería tratar su brazo amputado

Carlos E. Cué
Buenos Aires, El País
Daniel Scioli es conocido políticamente porque es tan precavido y cuida tanto sus gestos que nunca comete errores graves. Sin embargo, el gobernador de Buenos Aires y candidato con más opciones de ser el nuevo presidente de Argentina acaba de protagonizar un fallo de manual: se fue de viaje a Italia para descansar mientras su provincia, del tamaño de ese país europeo y clave políticamente —tiene el 40% del electorado— se inundaba. Hay al menos 12.000 afectados, según el gobernador, —hasta 30.000 según otras fuentes— y 2.000 evacuados. Scioli ha provocado críticas duras y malestar incluso entre sus filas. El gobernador, muy poco acostumbrado a este tipo de críticas directas contra él, trató de rectificar y pocas horas después de pisar suelo italiano tomó otro avión de vuelta y ayer, visiblemente cansado, compareció ante la prensa para anunciar que declaraba la “emergencia hídrica”. Scioli prometió ayudas a todos los afectados, reivindicó que sí ha hecho muchas obras para paliar este tipo de situaciones, al contrario de lo que dicen sus rivales, pero sobre todo justificó su viaje a Italia.


“Era un viaje privado. La campaña fue extenuante, el estrés me llevó al límite de los dolores que padezco que me exige hacer consultas permanentemente”, dijo en referencia a su brazo amputado hace 25 años tras un accidente de la lancha fueraborda en la que competía cuando era un protagonista de la jet set argentina. Scioli se trata periódicamente el brazo en Italia y utiliza ese “problema físico” en su campaña como un elemento que lo une con la idea de un esforzado superviviente y lo aleja de la del millonario que también es, como su rival Mauricio Macri.

Scioli, con cara muy seria y tono muy bajo, recién aterrizado de un largo viaje desde Italia, aseguró que se fue porque le habían informado de que las aguas estaban bajando —en realidad nunca lo hicieron— y que en cuanto le informaron “que venía la Sudestada”, el viento que complica el temporal, se volvió. Scioli no llegó a decir que se fue a Italia de vacaciones pero prácticamente lo admitió al hablar de "viaje privado" y de lo agotado que le había dejado la campaña.

En un principio su entorno justificó la visita en un encuentro con el primer ministro italiano, Matteo Renzi, pero el Ejecutivo de ese país no tenía constancia de esa cita. En realidad, explicó Scioli, era una “cita privada”, esto es fuera de la agenda oficial de Renzi, que está de vacaciones. Scioli, de origen italiano, siempre ha tratado de mantener una agenda propia con contactos internacionales y los analistas esperan que él tenga una relación más cercana que Cristina Fernández de Kirchner con EEUU y la Unión Europea. El candidato también tiene previsto viajar a España en breve, como un nuevo gesto de apertura.

Pero antes de cambiar esa política exterior tiene que ganar las elecciones, y las inundaciones pueden ser un bache clave. Scioli trató de mostrarse humilde y preocupado pero reivindicó que en su gestión se han invertido 12.000 millones de pesos (1.300 millones de dólares) en grandes obras para evitar situaciones como esta y culpó al cambio climático. “En EEUU se habla de la corriente del Niño, esto es producto del cambio climático, en otros países pasan cosas peores. Pregúntenle a los intendentes cómo estaríamos si no hubiésemos hecho esas obras. Pero el temporal ha sido muy intenso”.

Scioli trataba en todo momento de corregir el impacto de su viaje. “En 24 horas estaba de vuelta, además con la tecnología actual estaba en contacto permanente. Llegué a la mañana a Italia y me volví a la tarde. Acá estoy como siempre al frente”.

Scioli tiene previsto en algún momento visitar las zonas afectadas, y envió a todos sus ministros a recorrer los puntos calientes para que los ciudadanos indignados les vean. El Gobierno de Fernández de Kirchner está visiblemente molesto y su portavoz y probable sucesor de Scioli al frente de la gobernación de Buenos Aires, Aníbal Fernández, dijo que el candidato no les había informado de su viaje a Italia.

La campaña electoral se ha colocado en el punto que más le puede interesar a Mauricio Macri, que después del resultado de las primarias no es el favorito: un debate sobre la gestión. Scioli lleva ocho años como gobernador de Buenos Aires, Macri los mismos como alcalde. Este último utilizó toda la artillería contra su rival y le explicó cómo lo habían hecho en la ciudad de Buenos Aires, donde no ha habido ningún problema. "La ausencia del Estado es dos veces. Primero porque no se han hecho las obras, y segundo, frente a la emergencia, no llega la ayuda”, apuntó. También dijo que la provincia de Buenos Aires “tiene un problema serio de falta de inversión” y aseguró que no se han hecho las obras necesarias. “El presupuesto tiene menos del 3% asignado a inversión. En una provincia bien administrada tendría que llegar al 20%”, insistió el principal candidato opositor, que ha visto en las inundaciones el gran momento para reivindicarse como buen gestor frente a Scioli.

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