Refugiados llegan a Grecia, hallan condiciones deplorables
Kos, AP
Encerrados en un estadio de fútbol bajo un sol implacable, sin alimentos, agua ni instalaciones sanitarias, un millar de refugiados hicieron horas de cola el miércoles para registrarse ante las autoridades griegas en la isla de Kos, ahora en el frente de batalla de la crisis humanitaria en este país en quiebra financiera.
Después de enviar refuerzos policiales, el gobierno prometió alquilar un buque comercial para alojar hasta 2.500 personas.
Alekos Flambouraris, un colaborador del primer ministro, dijo que el buque serviría para dar alojamiento y verificar documentos. Su oficina dijo que se anunciarán más detalles el jueves.
La orden de contratar el buque se dio después de un estallido de violencia frente a una comisaría en la isla turística, donde los migrantes hacían cola para recibir un documento de residencia temporaria.
Enfrentada a su peor crisis financiera desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Grecia se ha visto sobrepasada por la oleada sin precedentes de refugiados y migrantes por razones económicas. Más de 125.000 han llegado a las islas del Egeo oriental en lo que va de año — un 750% más que en 2014.
El país es la principal puerta de entrada a Europa para quienes llegan por mar, ante la creciente peligrosidad de la ruta que une el norte de África e Italia por los combates en Libia. Desde Grecia, los migrantes avanzan hacia el norte a través de los Balcanes con la esperanza de lograr asilo, especialmente en Alemania, Holanda o Escandinavia.
"Alepo es la peor ciudad del mundo", dijo Dirar, otro graduado en inglés que hizo la travesía con el grupo de Mohamed. "No hay electricidad, ni agua, ni internet. La explosión de un cohete destruyó mi casa", dijo, mostrando en su celular una imagen de sí mismo entre los escombros.
"Estaba tan contento de estar vivo que me hice una foto", dijo. "Desde Grecia, viajaré a través de Macedonia, Serbia y Hungría hasta Alemania".
Pero antes, los que llegan a las islas tienen que registrarse ante las autoridades griegas para obtener los documentos necesarios para viajar. Los enormes retrasos causados por las multitudinarias llegadas y la falta de preparación de las autoridades han atrapado a miles de personas en Kos, donde esperan a los papeles que les permitirán ocupar una plaza en un transbordador con rumbo a Atenas.
Las autoridades en Kos empezaron hace dos días a desalojar a los refugiados que dormían a la intemperie en parques y calles, encerrándolos en un viejo estadio de fútbol que funciona como el principal centro de registro para los que llegan a la isla.
"La situación aquí es muy mala y la policía aquí pega a un niño, pega a un hombre, pegan a los niños, está muy mal", dijo a AP por teléfono la refugiada siria Laith Salé, que está en el estadio. "No podemos salir".
La organización benéfica Médicos Sin Fronteras criticó duramente a las autoridades griegas después de que los agentes en el estadio emplearan el martes extintores antiincendios y bastones para disolver una muchedumbre que reclamaba sus documentos.
"MSF está muy preocupado por cómo evoluciona la situación en Kos", dijo el director de operaciones de la organización, Brice de le Vingne el martes por la noche. "Lo que antes era una situación de inacción del estado ahora es de abusos del estado, en la que la policía emplea cada vez más mano dura contra estas personas vulnerables".
No fue posible contactar el miércoles con representantes municipales, pero las autoridades locales llevan tiempo pidiendo que se traslade a los migrantes al continente. El alcalde, Giorgos Kyritsis, ha prometido sacarlos de los parques y zonas públicas.
Más de 7.000 personas llegaron a Kos en julio, dijo MSF, que proporciona asistencia médica a los refugiados.
Las autoridades locales creen que al no ofrecer un alojamiento mejor, disuaden a los migrantes de viajar a la isla, señaló MSF.
"Pero la realidad es que la gente que huye de la guerra seguirá llegando, tanto si las autoridades intentan evitarlo como si no", señaló la organización, también conocida como Medecins sans Frontieres. "Uno se pregunta qué más necesitan las autoridades griegas para estar a la altura de las circunstancias, asumir sus responsabilidades y recibir a estas personas de forma humana y con dignidad".
Encerrados en un estadio de fútbol bajo un sol implacable, sin alimentos, agua ni instalaciones sanitarias, un millar de refugiados hicieron horas de cola el miércoles para registrarse ante las autoridades griegas en la isla de Kos, ahora en el frente de batalla de la crisis humanitaria en este país en quiebra financiera.
Después de enviar refuerzos policiales, el gobierno prometió alquilar un buque comercial para alojar hasta 2.500 personas.
Alekos Flambouraris, un colaborador del primer ministro, dijo que el buque serviría para dar alojamiento y verificar documentos. Su oficina dijo que se anunciarán más detalles el jueves.
La orden de contratar el buque se dio después de un estallido de violencia frente a una comisaría en la isla turística, donde los migrantes hacían cola para recibir un documento de residencia temporaria.
Enfrentada a su peor crisis financiera desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Grecia se ha visto sobrepasada por la oleada sin precedentes de refugiados y migrantes por razones económicas. Más de 125.000 han llegado a las islas del Egeo oriental en lo que va de año — un 750% más que en 2014.
El país es la principal puerta de entrada a Europa para quienes llegan por mar, ante la creciente peligrosidad de la ruta que une el norte de África e Italia por los combates en Libia. Desde Grecia, los migrantes avanzan hacia el norte a través de los Balcanes con la esperanza de lograr asilo, especialmente en Alemania, Holanda o Escandinavia.
"Alepo es la peor ciudad del mundo", dijo Dirar, otro graduado en inglés que hizo la travesía con el grupo de Mohamed. "No hay electricidad, ni agua, ni internet. La explosión de un cohete destruyó mi casa", dijo, mostrando en su celular una imagen de sí mismo entre los escombros.
"Estaba tan contento de estar vivo que me hice una foto", dijo. "Desde Grecia, viajaré a través de Macedonia, Serbia y Hungría hasta Alemania".
Pero antes, los que llegan a las islas tienen que registrarse ante las autoridades griegas para obtener los documentos necesarios para viajar. Los enormes retrasos causados por las multitudinarias llegadas y la falta de preparación de las autoridades han atrapado a miles de personas en Kos, donde esperan a los papeles que les permitirán ocupar una plaza en un transbordador con rumbo a Atenas.
Las autoridades en Kos empezaron hace dos días a desalojar a los refugiados que dormían a la intemperie en parques y calles, encerrándolos en un viejo estadio de fútbol que funciona como el principal centro de registro para los que llegan a la isla.
"La situación aquí es muy mala y la policía aquí pega a un niño, pega a un hombre, pegan a los niños, está muy mal", dijo a AP por teléfono la refugiada siria Laith Salé, que está en el estadio. "No podemos salir".
La organización benéfica Médicos Sin Fronteras criticó duramente a las autoridades griegas después de que los agentes en el estadio emplearan el martes extintores antiincendios y bastones para disolver una muchedumbre que reclamaba sus documentos.
"MSF está muy preocupado por cómo evoluciona la situación en Kos", dijo el director de operaciones de la organización, Brice de le Vingne el martes por la noche. "Lo que antes era una situación de inacción del estado ahora es de abusos del estado, en la que la policía emplea cada vez más mano dura contra estas personas vulnerables".
No fue posible contactar el miércoles con representantes municipales, pero las autoridades locales llevan tiempo pidiendo que se traslade a los migrantes al continente. El alcalde, Giorgos Kyritsis, ha prometido sacarlos de los parques y zonas públicas.
Más de 7.000 personas llegaron a Kos en julio, dijo MSF, que proporciona asistencia médica a los refugiados.
Las autoridades locales creen que al no ofrecer un alojamiento mejor, disuaden a los migrantes de viajar a la isla, señaló MSF.
"Pero la realidad es que la gente que huye de la guerra seguirá llegando, tanto si las autoridades intentan evitarlo como si no", señaló la organización, también conocida como Medecins sans Frontieres. "Uno se pregunta qué más necesitan las autoridades griegas para estar a la altura de las circunstancias, asumir sus responsabilidades y recibir a estas personas de forma humana y con dignidad".