Merkel presiona a los socios de la UE para que acepten acoger a refugiados
Berlín alerta de que Schengen peligra si no hay un reparto justo de demandantes de asilo
Luis Doncel
Berlín, El País
La crisis migratoria ocupa ya el centro de la agenda política alemana y europea. La canciller Angela Merkel insistió ayer en que la UE debe acordar un reparto equitativo del cada vez mayor número de refugiados que llegan a suelo europeo. La líder alemana anunció que las propuestas que prepara con Francia, ya casi listas, incluyen una cuota obligatoria que cada país deberá asumir y alertó de las consecuencias fatales que tendría una falta de acuerdo. “Si no logramos una distribución equitativa, muchos volverán a cuestionarse Schengen. Y eso es algo que no deseamos”, avisó. “Toda Europa debe moverse”, añadió.
Las imágenes de familias desesperadas llegando a Europa o tragedias como la de las más de 70 de personas que murieron asfixiadas la semana pasada en un camión frigorífico en Austria han desplazado del primer plano problemas como la crisis griega o la del este de Ucrania. En Berlín, Merkel dedicó la mayor parte de los más de 90 minutos que duró su tradicional conferencia de prensa veraniega a responder sobre el reto migratorio.
La canciller lanzó un doble mensaje. De puertas adentro, apeló a la fortaleza alemana para asumir el desafío de recibir este año a 800.000 solicitantes de asilo —un récord absoluto en la historia alemana que cuadruplica las peticiones de 2014— y criticó con dureza las actitudes xenófobas surgidas principalmente en el este del país. Para estas, no cabe ningún tipo de comprensión ni de tolerancia, dijo Merkel. “No sigan a esa gente”, pidió a sus ciudadanos. Esta es la “Alemania oscura” que vuelve a aparecer a la que se refirió la semana pasada el presidente federal, Joachim Gauck.
Un reto a la altura de la reunificación alemana
La canciller Angela Merkel apeló ayer a las virtudes de los alemanes para afrontar el desafío de la llegada de más refugiados de los que nadie previó hace unos meses. “Hemos mostrado muchas veces que somos capaces de manejar las cosas”, declaró Merkel, que citó como ejemplo la unión de la Alemania Oriental con la Occidental hace 25 años tras la caída del muro de Berlín.
Después de que el Gobierno federal transfiriera 1.000 millones de euros adicionales a las Administraciones que se ocupan de acoger a los demandantes de asilo, Merkel anunció que ese dinero no bastará y dijo que hay que agilizar los trámites. “El rigor alemán es estupendo. Pero ahora necesitamos ser más flexibles”, apostilló.
Pero Merkel tenía también un recado para sus socios europeos: todos deben asumir su responsabilidad. El Gobierno alemán no está dispuesto a repetir el fracaso de principios de verano, cuando España, Reino Unido y la mayoría de países del Este se negaron a asumir unas cuotas decididas por la Comisión Europea en función de variables como la población o la tasa de desempleo.
Merkel rechazó ayer criticar directamente a los socios, pero dejó claro que la situación no es “satisfactoria” y apeló a la “camaradería”. “No me gustaría sacar ahora todos los instrumentos de tortura”, dijo la canciller alemana con una muestra de humor.
Merkel presiona para lograr su objetivo de que el resto de países de la Unión contribuyan al esfuerzo de proteger a quienes huyen de la persecución y la guerra. Y para ello sugiere que una falta de acuerdo europeo volvería a poner sobre la mesa el debate sobre la libertad de movimientos. “Si no logramos una distribución equitativa de los refugiados, muchos volverán a cuestionarse [el acuerdo de] Schengen. Y eso es algo que no deseamos”, respondió. Merkel insistió en que la libre circulación de ciudadanos es “un principio fundamental de la UE” que hay que preservar. Pero al mismo tiempo dejó claro que la situación actual es insostenible.
Hace tiempo que Alemania protesta por soportar, junto con países como Suecia, la mayor carga de refugiados. Estas quejas se han intensificado en las últimas semanas, cuando todas las previsiones de demandantes de asilo se han visto superadas por la realidad. “Todos los Estados miembros deben asumir su responsabilidad”, dijo con gesto serio la canciller. Merkel constata que el acuerdo de Dublín, según el cual los refugiados deben solicitar asilo en el primer país de la UE que pisen, no se está cumpliendo.
La inclusión de cuotas obligatorias promete chocar con países como España y ocupó gran parte de las conversaciones que Merkel mantuvo ayer con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el castillo de Meseberg, a unos 70 kilometros de Berlín. Otro asunto conflictivo fue la decisión sobre el acuerdo de Dublín, que el Gobierno español defiende y que, según Berlín, hace tiempo que dejó de funcionar.
Luis Doncel
Berlín, El País
La crisis migratoria ocupa ya el centro de la agenda política alemana y europea. La canciller Angela Merkel insistió ayer en que la UE debe acordar un reparto equitativo del cada vez mayor número de refugiados que llegan a suelo europeo. La líder alemana anunció que las propuestas que prepara con Francia, ya casi listas, incluyen una cuota obligatoria que cada país deberá asumir y alertó de las consecuencias fatales que tendría una falta de acuerdo. “Si no logramos una distribución equitativa, muchos volverán a cuestionarse Schengen. Y eso es algo que no deseamos”, avisó. “Toda Europa debe moverse”, añadió.
Las imágenes de familias desesperadas llegando a Europa o tragedias como la de las más de 70 de personas que murieron asfixiadas la semana pasada en un camión frigorífico en Austria han desplazado del primer plano problemas como la crisis griega o la del este de Ucrania. En Berlín, Merkel dedicó la mayor parte de los más de 90 minutos que duró su tradicional conferencia de prensa veraniega a responder sobre el reto migratorio.
La canciller lanzó un doble mensaje. De puertas adentro, apeló a la fortaleza alemana para asumir el desafío de recibir este año a 800.000 solicitantes de asilo —un récord absoluto en la historia alemana que cuadruplica las peticiones de 2014— y criticó con dureza las actitudes xenófobas surgidas principalmente en el este del país. Para estas, no cabe ningún tipo de comprensión ni de tolerancia, dijo Merkel. “No sigan a esa gente”, pidió a sus ciudadanos. Esta es la “Alemania oscura” que vuelve a aparecer a la que se refirió la semana pasada el presidente federal, Joachim Gauck.
Un reto a la altura de la reunificación alemana
La canciller Angela Merkel apeló ayer a las virtudes de los alemanes para afrontar el desafío de la llegada de más refugiados de los que nadie previó hace unos meses. “Hemos mostrado muchas veces que somos capaces de manejar las cosas”, declaró Merkel, que citó como ejemplo la unión de la Alemania Oriental con la Occidental hace 25 años tras la caída del muro de Berlín.
Después de que el Gobierno federal transfiriera 1.000 millones de euros adicionales a las Administraciones que se ocupan de acoger a los demandantes de asilo, Merkel anunció que ese dinero no bastará y dijo que hay que agilizar los trámites. “El rigor alemán es estupendo. Pero ahora necesitamos ser más flexibles”, apostilló.
Pero Merkel tenía también un recado para sus socios europeos: todos deben asumir su responsabilidad. El Gobierno alemán no está dispuesto a repetir el fracaso de principios de verano, cuando España, Reino Unido y la mayoría de países del Este se negaron a asumir unas cuotas decididas por la Comisión Europea en función de variables como la población o la tasa de desempleo.
Merkel rechazó ayer criticar directamente a los socios, pero dejó claro que la situación no es “satisfactoria” y apeló a la “camaradería”. “No me gustaría sacar ahora todos los instrumentos de tortura”, dijo la canciller alemana con una muestra de humor.
Merkel presiona para lograr su objetivo de que el resto de países de la Unión contribuyan al esfuerzo de proteger a quienes huyen de la persecución y la guerra. Y para ello sugiere que una falta de acuerdo europeo volvería a poner sobre la mesa el debate sobre la libertad de movimientos. “Si no logramos una distribución equitativa de los refugiados, muchos volverán a cuestionarse [el acuerdo de] Schengen. Y eso es algo que no deseamos”, respondió. Merkel insistió en que la libre circulación de ciudadanos es “un principio fundamental de la UE” que hay que preservar. Pero al mismo tiempo dejó claro que la situación actual es insostenible.
Hace tiempo que Alemania protesta por soportar, junto con países como Suecia, la mayor carga de refugiados. Estas quejas se han intensificado en las últimas semanas, cuando todas las previsiones de demandantes de asilo se han visto superadas por la realidad. “Todos los Estados miembros deben asumir su responsabilidad”, dijo con gesto serio la canciller. Merkel constata que el acuerdo de Dublín, según el cual los refugiados deben solicitar asilo en el primer país de la UE que pisen, no se está cumpliendo.
La inclusión de cuotas obligatorias promete chocar con países como España y ocupó gran parte de las conversaciones que Merkel mantuvo ayer con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el castillo de Meseberg, a unos 70 kilometros de Berlín. Otro asunto conflictivo fue la decisión sobre el acuerdo de Dublín, que el Gobierno español defiende y que, según Berlín, hace tiempo que dejó de funcionar.