Luis Suárez compensa el fallo de Leo Messi
Bilbao, AS
El uruguayo solucionó con una volea un partido complicado en el que Iraizoz detuvo una pena máxima a Leo en el primer tiempo. Alves y Busquets, lesionados.
Logró el Barcelona sus tres primeros puntos del campeonato venciendo en San Mamés por 0-1 masticando tornillos. Seguramente, este es el paisaje que le espera al equipo barcelonista hasta que Luis Enrique pueda disponer de todos sus efectivos, que por uno u otro motivo tiene en el dique seco. Ayer, por cierto, se le sumaron Alves y Busquets a la lista de convalecientes.
Cuando todo, hasta la izquierda de Messi, falla; el fútbol no circula; se pierde la verticalidad y se debuta en La Catedral ante un Athletic que viene de ganarte por 4-0, no queda otra otra que tirar de orgullo y de lucha. Y el Barça supo defender con mucha dignidad su condición de campeón en circunstancias complicadas. Y dentro de ese orgullo, hay que reconocer que Suárez es el jugador que cualquier equipo querría tener en momentos de duda. El uruguayo ganó tres puntos para un Barcelona que fue mejor que el Athletic, pero que perfectamente pudo perder el partido. En momentos de duda, acuda a Suárez.
Comenzó el partido bajo el recuerdo de la reciente final de la Supercopa, en la que el Athletic superó en todo a los barcelonistas. Si el Athletic temía al Barcelona por el enojo causado hace diez días, los visitantes, tenían el mismo sentimiento por el rival, pero por motivos absolutamente opuestos. Eso se reflejó en los primeros 20 minutos de partido, en el que el área fue un territorio extraño para el balón. No pasaba nada sobre el terreno de juego, más que pases horizontales por parte de uno y otro equipo esperando a ver quien era el primero que se equivocaba.
A los 20 minutos, Alves sufrió una lesión de adductor tras una entrada de Aduriz, que sigue siendo una pesadilla para el Barcelona, aunque no marque. Ayer envió a los vestuarios antes de tiempo al brasileño y a Busquets de un lustruso patadón. La entrada de Sergi Roberto en lugar de Alves suponía un desafío para el canterano, que falló claramente en las dos Supercopas como volante. En cambio, en San Mamés recuperó su posición de lateral con la que ensayó en la pretemporada y realizó un partido estupendo.
Desde la banda de Sergi Roberto, el Barcelona empezó a producir juego y desde ahí llegó la primera jugada de peligro. El lateral rebañó claramente fuera del campo un balón que posteriormente Elustondo paró con la mano ante la cara de Del Cerro Grande, que se hizo el loco. Se empezaba a enrarecer el ambiente.
Para compensar su cantada anterior, el colegiado decidió volver a equivocarse a la media hora al señalar un penalti muy dudoso sobre Suárez. Un penalti que jamás señalaría si no hubiera ignorado las manos anteriores. Messi, de nuevo funesto desde los 11 metros, falló ante Gorka, que no pasa por un gran especialista en esta suerte.
En la segunda parte, el Athletic notó el esfuerzo de la primera y las coberturas ya no llegaban como antes, especialmente, porque Messi decidió retrasar su posición para crear espacios como el que aprovechó Alba para sumarse al ataque y centrar un balón con el que Suárez fusiló a bocajarro a Gorka en un tremendo error de marcaje de sus vigilantes.
El partido parecía controlado por el Barça, pero la lesión de Busquets lo complicó, aunque Bravo apenas tuvo que intervenir. Salvó el Barça la primera estación del Vía Crucis que le espera
El uruguayo solucionó con una volea un partido complicado en el que Iraizoz detuvo una pena máxima a Leo en el primer tiempo. Alves y Busquets, lesionados.
Logró el Barcelona sus tres primeros puntos del campeonato venciendo en San Mamés por 0-1 masticando tornillos. Seguramente, este es el paisaje que le espera al equipo barcelonista hasta que Luis Enrique pueda disponer de todos sus efectivos, que por uno u otro motivo tiene en el dique seco. Ayer, por cierto, se le sumaron Alves y Busquets a la lista de convalecientes.
Cuando todo, hasta la izquierda de Messi, falla; el fútbol no circula; se pierde la verticalidad y se debuta en La Catedral ante un Athletic que viene de ganarte por 4-0, no queda otra otra que tirar de orgullo y de lucha. Y el Barça supo defender con mucha dignidad su condición de campeón en circunstancias complicadas. Y dentro de ese orgullo, hay que reconocer que Suárez es el jugador que cualquier equipo querría tener en momentos de duda. El uruguayo ganó tres puntos para un Barcelona que fue mejor que el Athletic, pero que perfectamente pudo perder el partido. En momentos de duda, acuda a Suárez.
Comenzó el partido bajo el recuerdo de la reciente final de la Supercopa, en la que el Athletic superó en todo a los barcelonistas. Si el Athletic temía al Barcelona por el enojo causado hace diez días, los visitantes, tenían el mismo sentimiento por el rival, pero por motivos absolutamente opuestos. Eso se reflejó en los primeros 20 minutos de partido, en el que el área fue un territorio extraño para el balón. No pasaba nada sobre el terreno de juego, más que pases horizontales por parte de uno y otro equipo esperando a ver quien era el primero que se equivocaba.
A los 20 minutos, Alves sufrió una lesión de adductor tras una entrada de Aduriz, que sigue siendo una pesadilla para el Barcelona, aunque no marque. Ayer envió a los vestuarios antes de tiempo al brasileño y a Busquets de un lustruso patadón. La entrada de Sergi Roberto en lugar de Alves suponía un desafío para el canterano, que falló claramente en las dos Supercopas como volante. En cambio, en San Mamés recuperó su posición de lateral con la que ensayó en la pretemporada y realizó un partido estupendo.
Desde la banda de Sergi Roberto, el Barcelona empezó a producir juego y desde ahí llegó la primera jugada de peligro. El lateral rebañó claramente fuera del campo un balón que posteriormente Elustondo paró con la mano ante la cara de Del Cerro Grande, que se hizo el loco. Se empezaba a enrarecer el ambiente.
Para compensar su cantada anterior, el colegiado decidió volver a equivocarse a la media hora al señalar un penalti muy dudoso sobre Suárez. Un penalti que jamás señalaría si no hubiera ignorado las manos anteriores. Messi, de nuevo funesto desde los 11 metros, falló ante Gorka, que no pasa por un gran especialista en esta suerte.
En la segunda parte, el Athletic notó el esfuerzo de la primera y las coberturas ya no llegaban como antes, especialmente, porque Messi decidió retrasar su posición para crear espacios como el que aprovechó Alba para sumarse al ataque y centrar un balón con el que Suárez fusiló a bocajarro a Gorka en un tremendo error de marcaje de sus vigilantes.
El partido parecía controlado por el Barça, pero la lesión de Busquets lo complicó, aunque Bravo apenas tuvo que intervenir. Salvó el Barça la primera estación del Vía Crucis que le espera