La votación del tercer rescate griego propicia la fractura de Syriza
El primer ministro Alexis Tsipras deberá confiar en el apoyo de la oposición
María Antonia Sánchez-Vallejo
Madrid, El País
La aprobación del acuerdo del tercer rescate griego amenaza con precipitar la ruptura de Syriza, el partido en el Gobierno en Atenas, que ya perdió su mayoría absoluta parlamentaria en las dos votaciones previas y tiene previsto un congreso extraordinario en septiembre para zanjar su división. La propuesta de su ala radical de crear un movimiento antirrescate y el tenso debate de este jueves en el Parlamento, con ásperas alusiones personales, han hecho de la tramitación del texto un pandemónium. La economía ha proporcionado un leve respiro, con una sorprendente subida del 0,8% del PIB en el segundo trimestre.
El Parlamento celebra este jueves un decisivo y encendido debate, plagado de acusaciones personales entre miembros de Syriza, para aprobar el tercer rescate que se concede a Grecia desde 2010, un programa a tres años por valor de 85.000 millones de euros, que se suman a los 240.000 millones concedidos en los dos anteriores (en 2010 y 2012). La diferencia con los previos es que este rescate viene de la mano de un partido que hizo campaña de la lucha contra la austeridad y los ajustes y que, tras apenas seis meses en el poder, se ha visto obligado a claudicar en prácticamente todas sus promesas electorales, incluidas las líneas rojas de las privatizaciones, las pensiones o los impuestos. Sacar adelante el rescate no sólo puede precipitar la fractura definitiva de Syriza, también un más que probable adelanto electoral.
El exministro de Energía y Medio Ambiente, Panayotis Lafazanis, purgado en julio por su oposición al rescate, ha anunciado este jueves en Iskra, la web informativa de la Plataforma de Izquierda —la facción radical más organizada e importante de Syriza, que él dirige—, la creación de un movimiento antirrescate que articule la movilización popular contra el memorándum que se plasmó en un rotundo no en el referéndum del 5 de julio, en el que más del 61% de los votantes rechazaron el acuerdo con los socios (un acuerdo, por lo demás, más clemente que el tercer rescate). “La lucha contra el nuevo memorándum empieza hoy, con la movilización de gente en cada rincón del país”, dice el texto de Iskra, con la fundación de “un movimiento de unidad que justificará el deseo popular de democracia y justicia social”.
Si bien el comunicado no habla de un nuevo partido, no es descartable que, una vez sustanciada la ruptura, los críticos avancen hacia su formación. La propuesta de Lafazanis, suscrita por otros 12 miembros de la Plataforma de Izquierda, recuerda a la del también exministro Yanis Varoufakis, que abogó hace unas semanas por la creación de un frente antiausteridad, aunque de ámbito europeo. Varoufakis ha reiterado en la sesión parlamentaria de este jueves que “el acuerdo [de rescate] no es viable”.
Paralelamente, 19 miembros del comité central de Syriza han pedido a Tsipras que retire el acuerdo. Todos ellos pertenecen al llamado Grupo de los 53, del que proviene el actual ministro de Finanzas, Efklidis Tsakalotos, y que se presenta como una tercera vía entre la mayoría liderada por Tsipras y las facciones más izquierdistas. Los 53 defienden por encima de todo la unidad de Syriza y a la vez una nueva relación con Europa, en pie de igualdad.
Con un tercio del grupo parlamentario en contra de la dirección, la aprobación de un rescate que el primer ministro, Alexis Tsipras, presentó como la única opción posible a “una salida desordenada del euro”, y que saldrá adelante gracias al apoyo de la oposición proeuropea, ha acelerado el cisma de Syriza y la probable convocatoria de elecciones anticipadas en septiembre u octubre si el Gobierno pierde definitivamente su mayoría parlamentaria.
En las dos votaciones anteriores, en julio, Syriza, que tiene 149 escaños, perdió una quinta parte de sus apoyos, quedándose en 123, tres por encima del límite de 120 que dinamitaría su mayoría en la Cámara y abocaría a nuevas elecciones, un escenario anticipado en las últimas semanas por varios miembros del Ejecutivo, incluido el ministro de Sanidad o la portavoz del gabinete. “Es bien sabido que algunos parlamentarios de Syriza no votarán a favor del acuerdo. Un Gobierno que no tiene una mayoría [parlamentaria] no puede ir muy lejos”, ha dicho este jueves la portavoz a una televisión local. Fuentes cercanas a Syriza han indicado este jueves que esperan más votos negativos que en las anteriores votaciones.
El Gobierno de Tsipras se ha defendido como ha podido del frente del no, aunque en la sesión parlamentaria ha habido tensión y abundantes críticas personales. La presidenta de la Cámara, Zoí Konstandopulu —una de las voces más rebeldes de Syriza, que además se niega a dimitir—, ha criticado ásperamente al líder de su grupo parlamentario y a Tsakalotos, a quien incluso ha llegado a echar en cara su pobre dominio del griego (ha vivido parte de su vida en Inglaterra). También ha tildado de inconstitucionales algunas de las reformas contenidas en el acuerdo, como las de las pensiones.
Tsakalotos, por su parte, ha defendido la aprobación para evitar un crédito puente que, sobre todo, sería sólo calderilla para las acuciantes necesidades financieras de Atenas (esta opción todavía sigue estando sobre la mesa). El ministro ha defendido la rebaja lograda en los objetivos presupuestarios como uno de los puntos más importantes del pacto.
Leve repunte del PIB
El PIB repuntó un 0,8% en el segundo trimestre de este año (abril-junio).
La variación interanual respecto al mismo periodo de 2014 ha sido del 1,4%.
El crecimiento ha sorprendido a los analistas, que esperaban una contracción de hasta el 0,5%.
El primer trimestre de 2015 había registrado una contracción del 0,2% respecto al cuarto trimestre de 2014.
Los datos son de la Autoridad Estadística Griega (Elstat), un organismo que los acreedores exigen reformar para garantizar su independencia.
Los controles de capital, aún vigentes, han frenado esta tendencia de crecimiento, aunque aún no hay datos.
El acuerdo del rescate se basa en previsiones de recesión para este año del 2,1-2,3%.
Calendario urgente para el plan de privatizaciones
La agencia estatal de privatizaciones (Taiped, en sus siglas griegas) ha anunciado este jueves el calendario de ofertas de licitación para los dos mayores puertos del país, los del Pireo (Atenas) y Salónica, y la deficitaria red de ferrocarriles (Trainose, en sus siglas griegas), una parte importante del tercer rescate.
Taiped ha puesto como límite de la licitación del Pireo el próximo mes de octubre; diciembre para la red de ferrocarriles y febrero de 2016 para el puerto de Salónica. Los dos últimos interesan mucho a Rusia, en especial la dársena del llamado “puerto yugoslavo” de Salónica, en desuso desde hace años. Las principales terminales de carga del puerto del Pireo están ya en manos del gigante chino Cosco desde 2009, en una concesión a 35 años.
Excluidos los bancos, el nuevo plan de privatizaciones griego pretende recabar un total de 6.400 millones hasta 2017, según los términos pactados en el rescate. Se trata de una pretensión ambiciosa, dado que entre 2011 y 2015 apenas si logró colocar 5.000 millones, algunos de ellos en operaciones dudosas, como la venta de parte del monopolio de loterías y apuestas OPAP —uno de los negocios públicos más rentables— a un consorcio greco-checo por un precio irrisorio.
El nuevo fondo de privatizaciones acordado en el tercer rescate tiene mucho más aliento, 30 años, durante los cuales deben colocarse 50.000 millones en activos. Atenas logró que al menos la sede del nuevo fondo privatizador se quede en Grecia, aún bajo la supervisión de la Comisión Europa, y se admitan variantes para sacar rentabilidad a los bienes, como el alquiler.
María Antonia Sánchez-Vallejo
Madrid, El País
La aprobación del acuerdo del tercer rescate griego amenaza con precipitar la ruptura de Syriza, el partido en el Gobierno en Atenas, que ya perdió su mayoría absoluta parlamentaria en las dos votaciones previas y tiene previsto un congreso extraordinario en septiembre para zanjar su división. La propuesta de su ala radical de crear un movimiento antirrescate y el tenso debate de este jueves en el Parlamento, con ásperas alusiones personales, han hecho de la tramitación del texto un pandemónium. La economía ha proporcionado un leve respiro, con una sorprendente subida del 0,8% del PIB en el segundo trimestre.
El Parlamento celebra este jueves un decisivo y encendido debate, plagado de acusaciones personales entre miembros de Syriza, para aprobar el tercer rescate que se concede a Grecia desde 2010, un programa a tres años por valor de 85.000 millones de euros, que se suman a los 240.000 millones concedidos en los dos anteriores (en 2010 y 2012). La diferencia con los previos es que este rescate viene de la mano de un partido que hizo campaña de la lucha contra la austeridad y los ajustes y que, tras apenas seis meses en el poder, se ha visto obligado a claudicar en prácticamente todas sus promesas electorales, incluidas las líneas rojas de las privatizaciones, las pensiones o los impuestos. Sacar adelante el rescate no sólo puede precipitar la fractura definitiva de Syriza, también un más que probable adelanto electoral.
El exministro de Energía y Medio Ambiente, Panayotis Lafazanis, purgado en julio por su oposición al rescate, ha anunciado este jueves en Iskra, la web informativa de la Plataforma de Izquierda —la facción radical más organizada e importante de Syriza, que él dirige—, la creación de un movimiento antirrescate que articule la movilización popular contra el memorándum que se plasmó en un rotundo no en el referéndum del 5 de julio, en el que más del 61% de los votantes rechazaron el acuerdo con los socios (un acuerdo, por lo demás, más clemente que el tercer rescate). “La lucha contra el nuevo memorándum empieza hoy, con la movilización de gente en cada rincón del país”, dice el texto de Iskra, con la fundación de “un movimiento de unidad que justificará el deseo popular de democracia y justicia social”.
Si bien el comunicado no habla de un nuevo partido, no es descartable que, una vez sustanciada la ruptura, los críticos avancen hacia su formación. La propuesta de Lafazanis, suscrita por otros 12 miembros de la Plataforma de Izquierda, recuerda a la del también exministro Yanis Varoufakis, que abogó hace unas semanas por la creación de un frente antiausteridad, aunque de ámbito europeo. Varoufakis ha reiterado en la sesión parlamentaria de este jueves que “el acuerdo [de rescate] no es viable”.
Paralelamente, 19 miembros del comité central de Syriza han pedido a Tsipras que retire el acuerdo. Todos ellos pertenecen al llamado Grupo de los 53, del que proviene el actual ministro de Finanzas, Efklidis Tsakalotos, y que se presenta como una tercera vía entre la mayoría liderada por Tsipras y las facciones más izquierdistas. Los 53 defienden por encima de todo la unidad de Syriza y a la vez una nueva relación con Europa, en pie de igualdad.
Con un tercio del grupo parlamentario en contra de la dirección, la aprobación de un rescate que el primer ministro, Alexis Tsipras, presentó como la única opción posible a “una salida desordenada del euro”, y que saldrá adelante gracias al apoyo de la oposición proeuropea, ha acelerado el cisma de Syriza y la probable convocatoria de elecciones anticipadas en septiembre u octubre si el Gobierno pierde definitivamente su mayoría parlamentaria.
En las dos votaciones anteriores, en julio, Syriza, que tiene 149 escaños, perdió una quinta parte de sus apoyos, quedándose en 123, tres por encima del límite de 120 que dinamitaría su mayoría en la Cámara y abocaría a nuevas elecciones, un escenario anticipado en las últimas semanas por varios miembros del Ejecutivo, incluido el ministro de Sanidad o la portavoz del gabinete. “Es bien sabido que algunos parlamentarios de Syriza no votarán a favor del acuerdo. Un Gobierno que no tiene una mayoría [parlamentaria] no puede ir muy lejos”, ha dicho este jueves la portavoz a una televisión local. Fuentes cercanas a Syriza han indicado este jueves que esperan más votos negativos que en las anteriores votaciones.
El Gobierno de Tsipras se ha defendido como ha podido del frente del no, aunque en la sesión parlamentaria ha habido tensión y abundantes críticas personales. La presidenta de la Cámara, Zoí Konstandopulu —una de las voces más rebeldes de Syriza, que además se niega a dimitir—, ha criticado ásperamente al líder de su grupo parlamentario y a Tsakalotos, a quien incluso ha llegado a echar en cara su pobre dominio del griego (ha vivido parte de su vida en Inglaterra). También ha tildado de inconstitucionales algunas de las reformas contenidas en el acuerdo, como las de las pensiones.
Tsakalotos, por su parte, ha defendido la aprobación para evitar un crédito puente que, sobre todo, sería sólo calderilla para las acuciantes necesidades financieras de Atenas (esta opción todavía sigue estando sobre la mesa). El ministro ha defendido la rebaja lograda en los objetivos presupuestarios como uno de los puntos más importantes del pacto.
Leve repunte del PIB
El PIB repuntó un 0,8% en el segundo trimestre de este año (abril-junio).
La variación interanual respecto al mismo periodo de 2014 ha sido del 1,4%.
El crecimiento ha sorprendido a los analistas, que esperaban una contracción de hasta el 0,5%.
El primer trimestre de 2015 había registrado una contracción del 0,2% respecto al cuarto trimestre de 2014.
Los datos son de la Autoridad Estadística Griega (Elstat), un organismo que los acreedores exigen reformar para garantizar su independencia.
Los controles de capital, aún vigentes, han frenado esta tendencia de crecimiento, aunque aún no hay datos.
El acuerdo del rescate se basa en previsiones de recesión para este año del 2,1-2,3%.
Calendario urgente para el plan de privatizaciones
La agencia estatal de privatizaciones (Taiped, en sus siglas griegas) ha anunciado este jueves el calendario de ofertas de licitación para los dos mayores puertos del país, los del Pireo (Atenas) y Salónica, y la deficitaria red de ferrocarriles (Trainose, en sus siglas griegas), una parte importante del tercer rescate.
Taiped ha puesto como límite de la licitación del Pireo el próximo mes de octubre; diciembre para la red de ferrocarriles y febrero de 2016 para el puerto de Salónica. Los dos últimos interesan mucho a Rusia, en especial la dársena del llamado “puerto yugoslavo” de Salónica, en desuso desde hace años. Las principales terminales de carga del puerto del Pireo están ya en manos del gigante chino Cosco desde 2009, en una concesión a 35 años.
Excluidos los bancos, el nuevo plan de privatizaciones griego pretende recabar un total de 6.400 millones hasta 2017, según los términos pactados en el rescate. Se trata de una pretensión ambiciosa, dado que entre 2011 y 2015 apenas si logró colocar 5.000 millones, algunos de ellos en operaciones dudosas, como la venta de parte del monopolio de loterías y apuestas OPAP —uno de los negocios públicos más rentables— a un consorcio greco-checo por un precio irrisorio.
El nuevo fondo de privatizaciones acordado en el tercer rescate tiene mucho más aliento, 30 años, durante los cuales deben colocarse 50.000 millones en activos. Atenas logró que al menos la sede del nuevo fondo privatizador se quede en Grecia, aún bajo la supervisión de la Comisión Europa, y se admitan variantes para sacar rentabilidad a los bienes, como el alquiler.