La primera huelga general contra Tabaré paraliza Uruguay
La central única de trabajadores hace una demostración de fuerza previa al debate presupuestario
Magdalena Martínez
Montevideo, El País
Una curiosa huelga general ha paralizado buena parte de Uruguay este jueves de lluvias torrenciales. La central única de trabajadores, PIT-CNT, pasó la semana arengando a sus seguidores con megafonía en las calles: la música de fondo de la pasada campaña electoral del Frente Amplio (FA, izquierda) y un encendido llamamiento contra el Gobierno (del FA) y a favor de la subida de los salarios.
Este paro general, el primero desde el 2008, tiene algo de pelea en familia ya que el PIT-CNT viene siendo un aliado del FA desde su llegada al poder en el 2005. Desde esa fecha, los dos Gobiernos consecutivos de la izquierda uruguaya han multiplicado el salario mínimo por tres y los sueldos han quedado indexados de forma casi automática a la inflación. La justicia laboral protege sistemáticamente a los trabajadores de los abusos, se ha reducido la informalidad y la mayoría de la población tiene acceso a los servicios de salud. Uruguay es el país con mejores datos de América Latina en términos de reducción de pobreza y disminución de las desigualdades. Si en el 2005 la pobreza afectaba al 40% de la población, ahora ronda el 9%.
Pero ante un empeoramiento de la coyuntura económica que nadie alcanza a medir (bajan los precios de las materias primas pero sube el dólar), los sindicatos han querido mandar un mensaje preventivo al Gobierno del presidente Tabaré Vázquez, quien ajusta con su gabinete los presupuestos que entrarán al parlamento a finales de agosto. Un presupuesto quinquenal (hay muy pocos tan largos en el mundo) que siempre viene precedido de una batalla campal entre los actores políticos y sociales.
Las federaciones de transporte, enseñanza pública, banca, salud pública y privada, además de sectores del comercio, se han sumado a la convocatoria, señal de que los buenos datos económicos de la modélica República Oriental del Uruguay esconden el malestar de una sociedad acostumbrada a soportar duras condiciones de vida.
Uruguay aparece sistemáticamnete en las clasificaciones internacionales como uno de los países más caros de América Latina. La canasta básica se sitúa en unos 55.000 pesos mensuales (unos 1.900 dólares) mientras que el salario mínimo es de unos 10.000 pesos (unos 410 dólares). Toda una clase media deseosa de acceder a los bienes de consumo tiene problemas para llegar a fin de mes y se topa con la falta de acceso al crédito para vivienda o para adquirir un vehículo.
Los sindicatos y los sectores más a la izquierda del Frente Amplio exigen un aumento de los sueldos y mayores inversiones públicas
Los más humildes cargan con una de las tasas de IVA más altas de América Latina (22%), comparable a las cifras de Dinamarca o Suecia, y que se aplica a muchos productos básicos.
En este contexto, los sindicatos y los sectores más a la izquierda del Frente Amplio exigen una progresión del aumento de los sueldos y mayores inversiones públicas. Tabaré Vázquez y su ministro de Economía, Danilo Astori, tratan de cuadrar las cifras, confrontados a un pronóstico de crecimiento del 3,3% para 2015 (según el FMI), inferior al promedio del 5% que se viene registrando desde hace más de una década.
Magdalena Martínez
Montevideo, El País
Una curiosa huelga general ha paralizado buena parte de Uruguay este jueves de lluvias torrenciales. La central única de trabajadores, PIT-CNT, pasó la semana arengando a sus seguidores con megafonía en las calles: la música de fondo de la pasada campaña electoral del Frente Amplio (FA, izquierda) y un encendido llamamiento contra el Gobierno (del FA) y a favor de la subida de los salarios.
Este paro general, el primero desde el 2008, tiene algo de pelea en familia ya que el PIT-CNT viene siendo un aliado del FA desde su llegada al poder en el 2005. Desde esa fecha, los dos Gobiernos consecutivos de la izquierda uruguaya han multiplicado el salario mínimo por tres y los sueldos han quedado indexados de forma casi automática a la inflación. La justicia laboral protege sistemáticamente a los trabajadores de los abusos, se ha reducido la informalidad y la mayoría de la población tiene acceso a los servicios de salud. Uruguay es el país con mejores datos de América Latina en términos de reducción de pobreza y disminución de las desigualdades. Si en el 2005 la pobreza afectaba al 40% de la población, ahora ronda el 9%.
Pero ante un empeoramiento de la coyuntura económica que nadie alcanza a medir (bajan los precios de las materias primas pero sube el dólar), los sindicatos han querido mandar un mensaje preventivo al Gobierno del presidente Tabaré Vázquez, quien ajusta con su gabinete los presupuestos que entrarán al parlamento a finales de agosto. Un presupuesto quinquenal (hay muy pocos tan largos en el mundo) que siempre viene precedido de una batalla campal entre los actores políticos y sociales.
Las federaciones de transporte, enseñanza pública, banca, salud pública y privada, además de sectores del comercio, se han sumado a la convocatoria, señal de que los buenos datos económicos de la modélica República Oriental del Uruguay esconden el malestar de una sociedad acostumbrada a soportar duras condiciones de vida.
Uruguay aparece sistemáticamnete en las clasificaciones internacionales como uno de los países más caros de América Latina. La canasta básica se sitúa en unos 55.000 pesos mensuales (unos 1.900 dólares) mientras que el salario mínimo es de unos 10.000 pesos (unos 410 dólares). Toda una clase media deseosa de acceder a los bienes de consumo tiene problemas para llegar a fin de mes y se topa con la falta de acceso al crédito para vivienda o para adquirir un vehículo.
Los sindicatos y los sectores más a la izquierda del Frente Amplio exigen un aumento de los sueldos y mayores inversiones públicas
Los más humildes cargan con una de las tasas de IVA más altas de América Latina (22%), comparable a las cifras de Dinamarca o Suecia, y que se aplica a muchos productos básicos.
En este contexto, los sindicatos y los sectores más a la izquierda del Frente Amplio exigen una progresión del aumento de los sueldos y mayores inversiones públicas. Tabaré Vázquez y su ministro de Economía, Danilo Astori, tratan de cuadrar las cifras, confrontados a un pronóstico de crecimiento del 3,3% para 2015 (según el FMI), inferior al promedio del 5% que se viene registrando desde hace más de una década.