Italia alerta ante el egoísmo y la improvisación en la crisis migratoria

Italia, El Mundo
El agravamiento de la crisis de la inmigración en los últimos tiempos amenaza con arrancar "el alma de la UE". Son palabras del ministro italiano de Asuntos exteriores, Paolo Gentiloni. El titular de Exteriores italiano teme que la crisis migratoria provoque un replanteamiento de los acuerdos de Schengen, que permiten la libre circulación de personas entre los países de la Unión Europea.
Las caóticas imágenes de los últimos días en la frontera entre Grecia y Macedonia con miles de refugiados agolpados representan una amenaza real para la libre circulación de personas, según ha asegurado Gentiloni en una entrevista publicada en el diario italiano 'Il Messagero'. Las autoridades italianas han rescatado desde el sábado a unos 4.400 inmigrantes en aguas cercanas a la costa Libia. Los inmigrantes viajaban en más de una veintena de embarcaciones que solicitaron ayuda.


El Gobierno de Macedonia llegó a bloquear la frontera para impedir el paso de los refugiados, pero, posteriormente, la reabrió y permitió el paso gradual de ellos. De hecho, hoy cientos de refugiados que huyen de la guerra de Siria han cruzado sin problemas la frontera entre Grecia y Macedonia.

"Europa corre el riesgo de mostrar lo peor de ella misma en materia de inmigración: egoísmo, toma de decisiones improvisadas y disputas entre los Estados miembros", ha manifestado el titular de Exteriores italiano.

"Lo que está en peligro es uno de los pilares fundamentales de la UE: la libre circulación de personas. Desde la costa siciliana a Kos, desde Macedonia a Hungría y a Calais, las tensiones aumentan y, al cabo del tiempo, podrían poner en tela de juicio los acuerdos de Schengen", argumenta el dirigente italiano.

"¿Podemos imaginar una Unión sin Schengen? ¿Una vuelta a las antiguas fronteras? Los inmigrantes no llegan a Grecia ni a Italia ni a Hungría, sino a Europa. Por este motivo, las normas de acogida deber ser europeizadas", explicó Gentiloni.

A este respecto, el vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, y el ministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, también han hecho un llamamiento para que la política del derecho de asilo sea unificada y reforzada y que se establezca un justo reparto de los refugiados entre los países.


La gestión para controlar la afluencia de refugiados "es el desafio más grande de Alemania desde la reunificación" del país, ha declarado Gabriel.

El gran número de solicitudes de asilo, que debe llegar al récord de 800.000 este año en Alemania, "es un deber colectivo", obliga al país "hacer más" y "tiene que cambiar bastante su política".

"Creo que este es el desafío más grande de Europa, incluso más que Grecia y la crisis financiera", continuó, señalando como una "gran vergüenza". "Europa está de alguna manera en un sueño profundo y permanece en modo de vacaciones", subrayó Gabriel.

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