Fundación, Cuba y playa: ¿Qué hará Obama cuando deje la Presidencia?

Washington, dpa
Después de 16 días de vacaciones en Martha’s Vineyard, Barack Obama acaba de reanudar oficialmente sus labores presidenciales. Aún queda tiempo hasta el fin de su segundo mandato como presidente en enero de 2017, pero ya comienzan a divisarse las primeras señales de lo que podría ocupar a Obama como ex presidente.
Obama saldrá de la Casa Blanca con 56 años, con el pelo más canoso, pero como el ex presidente más joven de la historia del país. Y el golf, que tanto le gusta practicar, no bastará para llenar su tiempo.


“Lo que seguro quiere hacer Obama es poner fin a sus labores. Completamente”, cita el diario “The New York Times” a Valerie Jarrett, una de sus confidentes más cercanas en la Casa Blanca. Y es que al parecer Obama se estaría preparando para ese momento con la misma meticulosidad y disciplina con la que se preparó para la Presidencia en 2008.

Según los rumores, entre sus preparativos se encuentran cenas regulares con invitados de alto nivel -como Toni Morrison, Eva Longoria o Malcolm Gladwell- que dan ideas a la primera dama y a sus asesores de alto rango para preparar la “infraestructura postpresidencial”.

Al parecer, incluso el cineasta Steven Spielberg estaría ayudando al presidente a desarrollar una especie de superestructura narrativa para ese momento.

Algunos apuntes: Obama podría trabajar por una reforma del régimen penitenciario, como apunta su más reciente visita a una prisión. Además, como indica su histórico discurso durante un funeral en Charleston, también podría luchar por la igualdad de blancos y negros.

Temas como la lucha contra el cambio climático, por la reforma del sistema sanitario o la igualdad de ingresos podrían integrar también la lista de la vida de Obama tras la presidencia. Otros temas potenciales: Cuba, Irán, Rusia o Irak.

Sin embargo, prepararse para esa época post-presidencial no será del todo económico. Todo gira en torno a dos proyectos principales, una biblioteca y una fundación. Y para ello se necesitarán donaciones por en torno a 1.000 millones de dólares, cita el “New York Times” a la asesora de Obama.

Además el dirigente debe cuidarse de no incurrir en los mismos errores que su predecesor Bill Clinton, que durante su época como presidente no aportó el dinero suficiente y ahora se ve obligado a recaudar cada año nuevas donaciones para su biblioteca en Little Rock/Arkansas.

Obama, según se dice, estaría planeando una biblioteca sobre todo de contenidos digitales y una fundación de “influencia mundial”. Fundaciones y biblioteca son algo relativamente esperable en el caso de los ex presidentes, así como viajes y conferencias.

Algo más concreto en una entrevista con “Politico” fue Marty Nesbitt, uno de los más estrechos amigos de Obama y quizá en el futuro activo en el periodo post presidencial.

La biblioteca tendrá su sede en Chicago, la cuna política del mandatario y el lugar será un híbrido de biblioteca, museo, archivo, sede de su fundación y una especie de sede intelectual de todo tipo de actividades, relató.

Algo que no está aún definido es la frecuencia en que querrá aparecer en público como ex presidente. David Plouffe, uno de sus más estrechos asesores en el pasado, cree que en ese sentido será una mezcla de George W. Bush -muy reservado y apenas visible- y Bill Clinton, que tuvo una presencia pública continua.

Lo que está claro es que el que será ya ex hombre más poderoso del mundo podrá elegir dónde y cómo quiere trabajar.

En su biblioteca tendrá un despacho. Aunque quizá los Obama se queden en Washington hasta que su hija Sasha, que actualmente tiene 14 años, haya terminado la educación secundaria.

Otros creen que Obama podría también tener un despacho en el campus de la Universidad de Columbia en Nueva York, donde se licenció en 1983. Descartado como lugar de residencia estaría sólo Chicago, según el “Washington Post”.

“¿Dónde, señor presidente, se ve usted en diez años?” Para responder a esa pregunta planteada el año pasado en una conversación con la web Tumblr tuvo que pensárselo mucho para al final reconocer que aún no había pensado a tan largo plazo. Sin embargo, sí tiene claro dónde pasará el tiempo inmediato tras la llegada al poder de su sucesor: “En alguna parte en la playa. Bebiendo de un coco”.

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