El desafío migratorio desborda a los Gobiernos de la Unión Europea
El ministro de Exteriores italiano insta a Bruselas a reaccionar y dejar de lado su egoísmo; de lo contrario, afirma, "correrá peligro el propio espacio Schengen"
María Salas Oraá
Roma, El País
La mayor crisis migratoria desde la II Guerra Mundial ha desbordado a los Estados miembros de la UE y amenaza con hacer tambalearse uno de los pilares de la Unión, el Tratado de Schengen, que consagra la libre circulación de personas. La masiva llegada de refugiados a Alemania, que espera recibir unos 800.000 este año; los naufragios y rescates en el Mediterráneo, con 4.400 inmigrantes a salvo este fin de semana, o la presión en algunas fronteras, como la griega o la macedonia, ponen a prueba la solidaridad de la UE cuando no la propia arquitectura europea.
Tras la última llegada masiva de inmigrantes a las costas italianas, con 4.400 en las últimas horas —y más de 100.000 en lo que va de año—, Italia ha instado este domingo a dejar de lado el egoísmo que reina en la Unión Europea en materia migratoria. Así lo manifestó ayer el ministro de Asuntos Exteriores, Paolo Gentiloni, quien alertó de que el tratamiento del drama migratorio puede poner en cuestión el espacio Schengen. “Está en riesgo uno de los pilares fundamentales de la Unión Europea”, advirtió, en referencia a la presión sobre las costas sicilianas, pero también en las islas griegas del Egeo, en Macedonia, en Hungría o en Calais.
Gentiloni, del gubernamental Partido Democrático (PD), insistió en que “los migrantes no llegan a Grecia, a Italia ni a Hungría, sino a Europa”, y por eso “las reglas de acogida deberían estar europeizadas”. Con el Tratado de Dublín, los inmigrantes que llegan a Italia —o Grecia— y piden asilo no pueden salir del país.
Gentiloni criticó que Italia coordine las labores de salvamento en el Mediterráneo y tenga que dar acogida a los miles de migrantes que llegan a sus costas a bordo de barcos europeos. Con este tratamiento de la inmigración, “Europa se arriesga a dar lo peor de sí misma, entre egoísmo, decisiones en sentidos contrarios y polémicas entre Estados miembros”, dijo, si bien celebró que los operativos de salvamento en el Mediterráneo “se hayan europeizado”. La Operación Tritón de Frontex (agencia europea de control de fronteras) tomó el relevo del dispositivo Mare Nostrum, del Gobierno italiano, aunque suelen ser la Guardia Costera y la Marina Militar italianas las que habitualmente se encargan del rescate, como este fin de semana.
La Unión Europea no quiere que su dinero se destine a levantar vallas antiinmigración. “Sin embargo, los métodos para mantener la seguridad de las fronteras son competencia de cada Estado miembro”. Estas palabras del comisario de Inmigración de la UE, Dimitris Avramopoulos, reflejan hasta dónde llega el poder de Bruselas para enfrentar este drama humano. Por un lado, la UE da y “seguirá dando” dinero mientras la tragedia perdure. Por el otro, las competencias de Bruselas tienen límites que los países no están dispuestos a borrar. “La inmigración no es un problema griego, ni alemán, ni italiano, ni húngaro, ni austriaco”, reiteró.
En este sentido, a la cumbre europea sobre inmigración que el sábado reclamó el presidente griego, Prokopis Pavlópulos, otros Estados miembros han respondido unilateralmente. El presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, celebrarán este lunes una reunión sobre la materia en Berlín. Su intención es presionar a los otros socios para actuar de forma más rápida y con mayor coordinación. París y Berlín “intentarán dar un nuevo impulso” a la respuesta europea a la crisis, según el Elíseo.
Durante un encuentro el viernes en Berlín, los ministros del Interior de ambos países, Bernard Cazeneuve y Thomas de Maizière, subrayaron que Italia y Grecia necesitan, por su ubicación geográfica, de una ayuda urgente para crear zonas de acogida para los refugiados. En lo que va de año, Grecia se ha convertido en la principal puerta de entrada a la UE de indocumentados (un 80% de ellos, refugiados procedentes de Siria, Irak o Afganistán), de ahí la petición formulada por el mandatario griego.
Hasta ahora, la Unión Europea sólo ha celebrado una cumbre extraordinaria sobre inmigración, en abril pasado, tras varios naufragios en el Mediterráneo que costaron un millar de vidas. Los socios no han logrado ponerse de acuerdo sobre el sistema de cuotas de refugiados, un tema que, según el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, analizarán este lunes en Berlín Merkel y Hollande.
Con información de Belén Domínguez (Bruselas), Enrique Müller (Berlín) y María Antonia Sánchez-Vallejo (Madrid)
María Salas Oraá
Roma, El País
La mayor crisis migratoria desde la II Guerra Mundial ha desbordado a los Estados miembros de la UE y amenaza con hacer tambalearse uno de los pilares de la Unión, el Tratado de Schengen, que consagra la libre circulación de personas. La masiva llegada de refugiados a Alemania, que espera recibir unos 800.000 este año; los naufragios y rescates en el Mediterráneo, con 4.400 inmigrantes a salvo este fin de semana, o la presión en algunas fronteras, como la griega o la macedonia, ponen a prueba la solidaridad de la UE cuando no la propia arquitectura europea.
Tras la última llegada masiva de inmigrantes a las costas italianas, con 4.400 en las últimas horas —y más de 100.000 en lo que va de año—, Italia ha instado este domingo a dejar de lado el egoísmo que reina en la Unión Europea en materia migratoria. Así lo manifestó ayer el ministro de Asuntos Exteriores, Paolo Gentiloni, quien alertó de que el tratamiento del drama migratorio puede poner en cuestión el espacio Schengen. “Está en riesgo uno de los pilares fundamentales de la Unión Europea”, advirtió, en referencia a la presión sobre las costas sicilianas, pero también en las islas griegas del Egeo, en Macedonia, en Hungría o en Calais.
Gentiloni, del gubernamental Partido Democrático (PD), insistió en que “los migrantes no llegan a Grecia, a Italia ni a Hungría, sino a Europa”, y por eso “las reglas de acogida deberían estar europeizadas”. Con el Tratado de Dublín, los inmigrantes que llegan a Italia —o Grecia— y piden asilo no pueden salir del país.
Gentiloni criticó que Italia coordine las labores de salvamento en el Mediterráneo y tenga que dar acogida a los miles de migrantes que llegan a sus costas a bordo de barcos europeos. Con este tratamiento de la inmigración, “Europa se arriesga a dar lo peor de sí misma, entre egoísmo, decisiones en sentidos contrarios y polémicas entre Estados miembros”, dijo, si bien celebró que los operativos de salvamento en el Mediterráneo “se hayan europeizado”. La Operación Tritón de Frontex (agencia europea de control de fronteras) tomó el relevo del dispositivo Mare Nostrum, del Gobierno italiano, aunque suelen ser la Guardia Costera y la Marina Militar italianas las que habitualmente se encargan del rescate, como este fin de semana.
La Unión Europea no quiere que su dinero se destine a levantar vallas antiinmigración. “Sin embargo, los métodos para mantener la seguridad de las fronteras son competencia de cada Estado miembro”. Estas palabras del comisario de Inmigración de la UE, Dimitris Avramopoulos, reflejan hasta dónde llega el poder de Bruselas para enfrentar este drama humano. Por un lado, la UE da y “seguirá dando” dinero mientras la tragedia perdure. Por el otro, las competencias de Bruselas tienen límites que los países no están dispuestos a borrar. “La inmigración no es un problema griego, ni alemán, ni italiano, ni húngaro, ni austriaco”, reiteró.
En este sentido, a la cumbre europea sobre inmigración que el sábado reclamó el presidente griego, Prokopis Pavlópulos, otros Estados miembros han respondido unilateralmente. El presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, celebrarán este lunes una reunión sobre la materia en Berlín. Su intención es presionar a los otros socios para actuar de forma más rápida y con mayor coordinación. París y Berlín “intentarán dar un nuevo impulso” a la respuesta europea a la crisis, según el Elíseo.
Durante un encuentro el viernes en Berlín, los ministros del Interior de ambos países, Bernard Cazeneuve y Thomas de Maizière, subrayaron que Italia y Grecia necesitan, por su ubicación geográfica, de una ayuda urgente para crear zonas de acogida para los refugiados. En lo que va de año, Grecia se ha convertido en la principal puerta de entrada a la UE de indocumentados (un 80% de ellos, refugiados procedentes de Siria, Irak o Afganistán), de ahí la petición formulada por el mandatario griego.
Hasta ahora, la Unión Europea sólo ha celebrado una cumbre extraordinaria sobre inmigración, en abril pasado, tras varios naufragios en el Mediterráneo que costaron un millar de vidas. Los socios no han logrado ponerse de acuerdo sobre el sistema de cuotas de refugiados, un tema que, según el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, analizarán este lunes en Berlín Merkel y Hollande.
Con información de Belén Domínguez (Bruselas), Enrique Müller (Berlín) y María Antonia Sánchez-Vallejo (Madrid)