Dos pichichis y una remontada

Villarreal, As
Soldado ha necesitado sólo siete días para limpiar las manchas que brotaron en su currículum tras pasar por el Tottenham. En una semana ha recordado que el Villarreal ha fichado a un delantero al que no se le ha calmado el hambre. Su gol, el segundo en Liga que le sitúa como máximo artillero, y sus dos asistencias de maestro le valieron al Submarino para remontar un partido perdido. Y ya de paso para explicarle en vestuarios a Bakambu (24 años, francés de origen congoleño y procedente del fútbol turco) por qué estos días también le apodarán Pichichi.


Nada al inicio se pareció al final. El Espanyol se adelantó sin avisar. Como en la jornada inaugural. Primera ocasión, primer acierto. Castillejo perdió un balón en medio campo por su exceso de precipitación, olvidando que se pedía paciencia: Víctor Ruiz estaba siendo atendido en la banda por una brecha en la ceja. Gerard, ex del Villarreal, se hizo con el balón en medio campo, recordó dónde estaba el agujero en superioridad y soltó un pase entre líneas, con Caicedo a la carrera y Pina de central, que nadie pudo frenar. El ecuatoriano burló a Areola y marcó a placer. 0-1.

El Villarreal no sabía dónde estaba. Y Gerard sembraba miedo con cada aparición. Fíjense si es bueno que la temporada pasada hizo 16 goles de amarillo sin ser fijo. Fíjense si está en forma que dejó a Marco Asensio en el banquillo sin estrenarse en Primera. Con Bruno ausente, el Villarreal no tenía hilo conductor. Demasiado individualismo y pocos referentes para sacar el balón jugado y mucho menos para desplazarlo. El descanso equilibró algo las fuerzas. Aunque Gerard y Víctor Álvarez casi sentencian con un remate poderoso (62') y una rosca al larguero (63').

Marcelino, desesperado allá en la grada (estaba sancionado), tuvo que mover el banquillo mientras la afición ya suspiraba porque el fichaje de Denis Suárez (cuatro años) se cierre una vez que Monchi reconoció que hay trato. Los cambios del asturiano no sólo aportaron ideas. Trajeron las soluciones. Baptistao, desaparecido, y Castillejo, voluntarioso pero atropellado, se fueron a la ducha. Bakambu, una bala, y Samuel, una joya, entraron con mordiente. Tanta que tres minutos después de aparecer cambiaron el partido.

Primero llegó el empate, con un pase del exmalaguista que Soldado empalmó con la habilidad de un delantero hambriento. Después, el nuevo ataque pasó el rodillo a base de intensidad. Nahuel se unió con su madurez y descaro. El Espanyol reculó tanto (Cañas entró por Caicedo) que acabó acorralado. Samuel perdonó el segundo en el 83’ tras una excelente internada de Nahuel. Pero la sociedad Soldado-Bakambu, con el Espanyol agonizando sin físico, dieron la estocada, En el 87’ llegó la remontada con un pase al espacio de Soldado y un zig-zag de Bakambu preciso. El tercero, ya en el descuento, llegó por otro pase de la muerte del ‘9’ tras un mal rechace y con un empujoncito a placer de su socio y compañero de apellido. Hasta que Messi y Cristiano despierten, el 17 del Villarreal se llamará Cédric Bakambu Pichichi.

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