Dos gendarmes turcos muertos en un ataque suicida atribuido al PKK

De confirmarse, sería el primer ataque de la organización de este tipo desde 1998

Andrés Mourenza
Estambul, El País
Un atentado suicida acabó este domingo con la vida de dos gendarmes e hirió a otros 31 en la comarca de Dogubeyazit de la provincia de Agri (este de Turquía), donde en los últimos días se han producido violentos choques entre las fuerzas de seguridad turcas y el grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).


En torno a las 3.00 de la madrugada de este domingo un tractor cargado con dos toneladas de explosivo –de acuerdo al diario Hürriyet- se empotró contra un cuartel de la Gendarmería (cuerpo policial adscrito a las Fuerzas Armadas) en la aldea de Karabulak, situada en las faldas del monte Ararat. Según informó la delegación del Gobierno de la provincia de Agri, la explosión fue tan contundente que, además de destrozar buena parte del cuartel, afectó a varias viviendas de la localidad e hirió leventemente a algunos vecinos. De los gendarmes heridos, ocho fueron evacuados en helicóptero a un hospital militar de la provincia de Erzurum y su estado es grave.

El comunicado oficial atribuye la responsabilidad del ataque al PKK lo que, de confirmarse, implicaría que se trata del primer atentado suicida cometido por la organización kurda desde 1998. En 2010, se produjo otro ataque suicida contra la policía en la plaza de Taksim (Estambul) en el que 32 personas resultaron heridas. Su autoría la reivindicó el grupo Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), cuya relación con el PKK no está clara.

Otros dos soldados turcos murieron durante la pasada noche en la provincia de Mardin (sureste) al explotar un explosivo supuestamente colocada por el PKK al paso de su vehículo. El vehículo militar se dirigía a proteger un oleoducto ya que la organización armada kurda ha atentado contra este tipo de instalaciones en las últimas dos semanas. Otros ocho militares resultaron heridos.

Estos atentados llegan un día después de que los bombardeos del Ejército turco sobre las bases del PKK en el norte de Irak acabasen con la vida de nueve civiles. “[El Gobierno] ha iniciado una investigación sobre la posibilidad de que junto a las bajas sufridas por el PKK en el campamento de Zergele se hayan podido producir pérdidas civiles, lo que acogemos con tristeza”, explicó el Ministerio de Exteriores de Turquía, en un poco habitual comunicado, ya que tradicionalmente desmiente categóricamente que sus ataques sobre las bases del PKK provoquen muertes de civiles.

Mientras varias organizaciones de la sociedad civil han hecho llamamientos por la paz, Ankara ha adelantado que la campaña contra la guerrilla continuará, y el PKK ha prometido que proseguirá la lucha hasta que se derroque el gobierno y se retome el proceso de paz interrumpido durante la pasada primavera.

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