Cristiano será el nueve ante el Betis para frenar la sequía
Madrid, As
Cristiano Ronaldo pasa por ser la solución a la repentina falta de gol del Real Madrid en este arranque de temporada. El portugués (313 goles en 301 partidos oficiales con el Madrid; a una media de 1,04 tantos por choque) no encontró el premio en El Molinón ante el Sporting en el debut liguero y buscará mejor fortuna en el Santiago Bernabéu ante el Betis.
Todo indica que la posición de Cristiano ante el cuadro sevillano será la más favorecedora para que vea puerta. En rueda de Prensa, Rafa Benítez ya avisó de que Benzema está recuperado, pero “después de tres semanas trabajando de forma individual no tiene ese ritmo que tienen sus compañeros. Está para jugar unos minutos, no sé cuantos todavía”. Por tanto, combinado esto con la muy probable vuelta de James Rodríguez al once inicial, la lógica invita a pensar que el luso será el nueve blanco en el estreno liguero en casa. Jesé, titular en Gijón, sería el damnificado y arrancaría el choque en el banquillo.
Una posición que Cristiano, pese a su querencia por arrancar pegado a la cal de la banda izquierda del ataque, conoce perfectamente, dada su experiencia de temporadas pasadas. Carlo Ancelotti ya le utilizó ampliamente como ariete el curso pasado (apenas lo hizo en el primer año del italiano en el banquillo).
Durante buena parte de la temporada, forzado por lesiones mayormente, Carletto optó por una línea de cuatro medios (Isco-Modric-Kroos-James como paradigma titular) y por dos hombres de ataque: Cristiano siempre fue uno de ellos, acompañado por Benzema o Bale en función del momento. Desde ese rol anotó goles importantes ante Liverpool, Juventus o Barcelona y dio exhibiciones anotadoras, como su póker en casa ante el Elche o el hat-trick ante el Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán.
Con José Mourinho al mando de la nave blanca fue mucho más extraño verle como punta del ataque; el técnico de Setúbal siempre le contempló como extremo por su velocidad y desborde. No obstante, sí le encontró acomodo como delantero centro en breves ocasiones como solución táctica. Así sucedió, por ejemplo, en dos de los cuatro Clásicos del final de la temporada 10/11; entre ellos, la final de Copa de Valencia, que decidió Cristiano con un cabezazo.
En su primer año de merengue, a las órdenes de Manuel Pellegrini, teóricamente contó siempre como delantero, en pareja con Gonzalo Higuaín (y de Benzema en ocasiones). Aunque por entonces siempre gozó de libertad para escorarse a la banda y lanzar diagonales hacia el centro.
Cristiano Ronaldo pasa por ser la solución a la repentina falta de gol del Real Madrid en este arranque de temporada. El portugués (313 goles en 301 partidos oficiales con el Madrid; a una media de 1,04 tantos por choque) no encontró el premio en El Molinón ante el Sporting en el debut liguero y buscará mejor fortuna en el Santiago Bernabéu ante el Betis.
Todo indica que la posición de Cristiano ante el cuadro sevillano será la más favorecedora para que vea puerta. En rueda de Prensa, Rafa Benítez ya avisó de que Benzema está recuperado, pero “después de tres semanas trabajando de forma individual no tiene ese ritmo que tienen sus compañeros. Está para jugar unos minutos, no sé cuantos todavía”. Por tanto, combinado esto con la muy probable vuelta de James Rodríguez al once inicial, la lógica invita a pensar que el luso será el nueve blanco en el estreno liguero en casa. Jesé, titular en Gijón, sería el damnificado y arrancaría el choque en el banquillo.
Una posición que Cristiano, pese a su querencia por arrancar pegado a la cal de la banda izquierda del ataque, conoce perfectamente, dada su experiencia de temporadas pasadas. Carlo Ancelotti ya le utilizó ampliamente como ariete el curso pasado (apenas lo hizo en el primer año del italiano en el banquillo).
Durante buena parte de la temporada, forzado por lesiones mayormente, Carletto optó por una línea de cuatro medios (Isco-Modric-Kroos-James como paradigma titular) y por dos hombres de ataque: Cristiano siempre fue uno de ellos, acompañado por Benzema o Bale en función del momento. Desde ese rol anotó goles importantes ante Liverpool, Juventus o Barcelona y dio exhibiciones anotadoras, como su póker en casa ante el Elche o el hat-trick ante el Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán.
Con José Mourinho al mando de la nave blanca fue mucho más extraño verle como punta del ataque; el técnico de Setúbal siempre le contempló como extremo por su velocidad y desborde. No obstante, sí le encontró acomodo como delantero centro en breves ocasiones como solución táctica. Así sucedió, por ejemplo, en dos de los cuatro Clásicos del final de la temporada 10/11; entre ellos, la final de Copa de Valencia, que decidió Cristiano con un cabezazo.
En su primer año de merengue, a las órdenes de Manuel Pellegrini, teóricamente contó siempre como delantero, en pareja con Gonzalo Higuaín (y de Benzema en ocasiones). Aunque por entonces siempre gozó de libertad para escorarse a la banda y lanzar diagonales hacia el centro.