Como en Anoeta, otro polémico '11' pone a Luis Enrique en el foco
Barcelona, As
Ocho meses y medio después de otro once más polémico aún que estuvo a punto de dar con sus huesos en la calle, Luis Enrique sorprendió en Bilbao con otra alineación ‘diabólica’ que le puede arruinar al Barcelona la opción del Sextete. También fue en el País Vasco, concretamente en Anoeta, donde el asturiano el 4 de enero de 2015 confeccionó su otro once más discutido desde que está en el Barcelona. Picado por una discusión con Messi en el entrenamiento del día anterior, el asturiano prescindió del argentino en el once en el primer partido del año ante la Real Sociedad. No contento con eso, tampoco puso a Neymar horas después de que el Madrid cayese en Mestalla ante el Valencia y el Barça tuviese la oportunidad de echarle el aliento en la carrera por el liderato. Otros tres pesos pesados, Piqué, Rakitic y Daniel Alves, también lo vieron desde el banquillo de inicio. Aquello levantó mucha polvareda. Luis Enrique, con Munir en el once, por ejemplo, salió muy tocado de aquella crisis. El Barça perdió, Zubizarreta fue destituido por un nerviosísimo Bartomeu, Puyol se marchó y corrieron como la pólvora informaciones acerca de un supuesto órdago del argentino al presidente: “O Luis Enrique o yo”. De aquello salió un Barcelona que hasta final de temporada sólo perdió dos partidos (Málaga en Liga 0-1 y Champions 3-2 en Múnich ante el Bayern) y fue campeón de todo: Copa, Liga y Champions. En Anoeta, por ser completos, jugaron Bravo; Montoya, Mascherano, Mathieu, Jordi Alba; Busquets, Xavi, Iniesta; Pedro, Suárez y Munir.
Resultan más comprensibles las rotaciones en San Mamés. El Barcelona venía de un sobresfuerzo en Tblisi, prórroga incluida, para ganar la Supercopa de Europa al Sevilla. Además, el equipo aterrizó el miércoles por la mañana sin dormir. No hubo tiempo ni de recuperación ni de preparación de partido. Daniel Alves, Mascherano o Messi apenas se han entrenado desde la vuelta de vacaciones y, para colmo, Luis Enrique tenía una ‘deuda moral’ con los jugadores que han hecho la pretemporada completa y que reclaman más minutos. Casos como los de Bartra y Sergi Roberto, por ejemplo, sorprenden. Después de plantearse su salida en verano quejándose de falta de continuidad, tiraron lamentablemente la camiseta de titular este sábado por la noche de San Mamés. Ninguna de las rotaciones de Luis Enrique funcionó. Rafinha estuvo lento y Adriano demostró una lentitud alarmante, lejos de aquel jugador exubrante que impresionaba en forma. Ya está lejos de la élite. El once, en fin, se convirtió en diabólico y jugó muy en contra de Luis Enrique El asturiano, como no podía ser de otra manera (una de sus coletillas más utilizadas) asumió la responsabilidad de la derrota y del 4-0. Hubo un matiz respecto a Anoeta. Aquel día aseguró cuando le preguntaron si repetiría once: “Eso nunca se sabe”. En el Camp Nou jugará su once de gala (excepto Jordi Alba y Neymar) pero puede que ya sea demasiado tarde.
Ocho meses y medio después de otro once más polémico aún que estuvo a punto de dar con sus huesos en la calle, Luis Enrique sorprendió en Bilbao con otra alineación ‘diabólica’ que le puede arruinar al Barcelona la opción del Sextete. También fue en el País Vasco, concretamente en Anoeta, donde el asturiano el 4 de enero de 2015 confeccionó su otro once más discutido desde que está en el Barcelona. Picado por una discusión con Messi en el entrenamiento del día anterior, el asturiano prescindió del argentino en el once en el primer partido del año ante la Real Sociedad. No contento con eso, tampoco puso a Neymar horas después de que el Madrid cayese en Mestalla ante el Valencia y el Barça tuviese la oportunidad de echarle el aliento en la carrera por el liderato. Otros tres pesos pesados, Piqué, Rakitic y Daniel Alves, también lo vieron desde el banquillo de inicio. Aquello levantó mucha polvareda. Luis Enrique, con Munir en el once, por ejemplo, salió muy tocado de aquella crisis. El Barça perdió, Zubizarreta fue destituido por un nerviosísimo Bartomeu, Puyol se marchó y corrieron como la pólvora informaciones acerca de un supuesto órdago del argentino al presidente: “O Luis Enrique o yo”. De aquello salió un Barcelona que hasta final de temporada sólo perdió dos partidos (Málaga en Liga 0-1 y Champions 3-2 en Múnich ante el Bayern) y fue campeón de todo: Copa, Liga y Champions. En Anoeta, por ser completos, jugaron Bravo; Montoya, Mascherano, Mathieu, Jordi Alba; Busquets, Xavi, Iniesta; Pedro, Suárez y Munir.
Resultan más comprensibles las rotaciones en San Mamés. El Barcelona venía de un sobresfuerzo en Tblisi, prórroga incluida, para ganar la Supercopa de Europa al Sevilla. Además, el equipo aterrizó el miércoles por la mañana sin dormir. No hubo tiempo ni de recuperación ni de preparación de partido. Daniel Alves, Mascherano o Messi apenas se han entrenado desde la vuelta de vacaciones y, para colmo, Luis Enrique tenía una ‘deuda moral’ con los jugadores que han hecho la pretemporada completa y que reclaman más minutos. Casos como los de Bartra y Sergi Roberto, por ejemplo, sorprenden. Después de plantearse su salida en verano quejándose de falta de continuidad, tiraron lamentablemente la camiseta de titular este sábado por la noche de San Mamés. Ninguna de las rotaciones de Luis Enrique funcionó. Rafinha estuvo lento y Adriano demostró una lentitud alarmante, lejos de aquel jugador exubrante que impresionaba en forma. Ya está lejos de la élite. El once, en fin, se convirtió en diabólico y jugó muy en contra de Luis Enrique El asturiano, como no podía ser de otra manera (una de sus coletillas más utilizadas) asumió la responsabilidad de la derrota y del 4-0. Hubo un matiz respecto a Anoeta. Aquel día aseguró cuando le preguntaron si repetiría once: “Eso nunca se sabe”. En el Camp Nou jugará su once de gala (excepto Jordi Alba y Neymar) pero puede que ya sea demasiado tarde.